CRIMEN EN LA RONDILLA
El juzgado decreta prisión preventiva y sin fianza para la madre y su pareja
Ambos, militares de profesión, mostraron gran frialdad desde el momento de su detención
La madre de Sara y su pareja, el presunto homicida, fueron enviados ayer a prisión sin posibilidad de fianza, según la orden decretada por la jueza que instruye el caso. La decisión de la titular del Juzgado de instrucción número 6 de Valladolid incluyó una orden de alejamiento sobre la menor de 12 años, hermana de la fallecida y que permanece en la actualidad bajo la tutela de la Junta de Castilla y León.
Tanto la madre como su pareja eran militares de profesión. La mujer, de alrededor de 35 años, era tenía el rango de cabo y prestaba servicio, en la actualidad, en el Centro de Comunicaciones de Capitanía, mientras que la identidad del homicida, al cierre de esta edición, no había trascendido. Según confirmaron fuentes del caso a Europa Press, ambos mostraron gran frialdad durante su estancia en los juzgados desde su detención el pasado jueves.
La pareja se había mudado junto con las niñas hace ocho meses al 1º B del número 43 de la calle Cardenal Torquemada, en Rondilla, donde vivían en régimen de alquiler. Según pudo saber este periódico, ella, natural de la localidad de Pedrajas de San Esteban, había dejado al padre de las niñas, un ciudadano de nacionalidad rumana, por su actual compañero sentimental.El progenitor visitaba a sus hijas en los momentos en los que el presunto homicida no se encontraba en casa, ya que tenía fama de violento, según indicaron los vecinos del barrio donde residían, quienes también señalaron que más de una vez se le había visto ebrio y que la niña fallecida lloraba con mucha frecuencia.
Sorpresa general
Muchos de los vecinos del bloque en el que residían desconocían el fallecimiento de la pequeña y los signos de maltrato y abuso sexual que presentaba a su llegada al hospital, por lo que la tónica general fue de sorpresa ante la muerte de la niña. «Eran vecinos normales», señaló uno de los vecinos, que se mostró impactado por el fallecimiento de la niña y lo relacionó con gritos que se escuchaban en ocasiones en el inmueble. «A veces se oían gritos, pero te asomabas a la ventana y no sabías de dónde venían», declaró este hombre.
El alcalde de Pedrajas, Alfonso Romo, aseguró que el municipio se encontraba «mal» por el fallecimiento de la menor. Romo indicó que un hermano de Davinia Muñoz todavía vive en la localidad y mostró su «sorpresa» porque se trata de una familia «normal» que «no han dado de qué hablar». Además, sostuvo que «en la vida se les había notado nada raro y por eso el pueblo se ha sorprendido de esta noticia «tan fuerte».
Para hoy, hay convocada una concentración en Fuente Dorada por distintas asociaciones contra la violencia y el maltrato en repulsa del asesinato de la niña.