El comité de Auvasa tumba la propuesta de CSIF para reordenar los descansos

Poco ha durado la propuesta de CSIF para desbloquear el conflicto entre la plantilla de Auvasa y el Ayuntamiento. El comité de empresa tumbó ayer el planteamiento expresado el pasado jueves por el sindicato –con una presencia minoritaria en el órgano de representación de los trabajadores con tres de trece delegados– en el que sugería reorganizar y distribuir los descansos en las paradas de donde salen las líneas para poder cumplir con la sentencia que reconoce el derecho de los conductores a disponer de treinta minutos por cada seis horas y, de esta forma, evitar la implantación de la jornada partida con la que amenaza el Consistorio.

Así lo indicó a este diario el presidente del comité de empresa, José Luis Bustelo, que explicó que la sentencia establece de forma explícita «tiempos de descanso», por lo que lo expresado por CSIF no se ajustaría a lo contenido en la resolución del Tribunal Supremo. «Esos minutos son trabajo efectivo, no descanso», señaló el representante sindical, que instó al Consistorio a negociar cómo puede aplicarse la decisión del juzgado de forma independiente a la regulación de las líneas.

Bustelo manifestó que, desde la plantilla, están dispuestos a que ese tiempo se aplique al comienzo y al final de los horarios de cada línea y aseguró que las últimas conversaciones con la dirección de la empresa para lograr a una solución a este conflicto tuvieron lugar en abril. Además, el presidente del comité declaró que habían solicitado, sin éxito, una reunión la próxima semana con el equipo de Gobierno municipal para intentar llegar a un acuerdo que, cada día, parece más improbable, por lo que los trabajadores no descartan movilizaciones y parones para después de verano, algo que decidirán en una asamblea el próximo jueves.

«Cauces legales»

También la próxima semana, en concreto el viernes, se reunirá, con toda probabilidad, el Consejo de Administración de Auvasa, según informó a este diario el concejal de Movilidad y Seguridad, Luis Vélez, quien, en la línea de lo expresado por el regidor el pasado jueves, expresó que ese encuentro servirá para activar la implantación de la jornada partida en la empresa, un cambio que supondrá la inaplicación de parte del convenio actual, prorrogado desde 2013 y pendiente de renovación.

Vélez desgranó que, una vez que la dirección de la empresa opte de forma definitiva por este rumbo, se abrirá un periodo de negociación con la plantilla tal y como marca el reglamento, pero indicó que, haya o no acuerdo, existen «cauces legales» para aplicar la jornada partida, la única alternativa que contempla el Consistorio si los trabajadores mantienen su postura, ya que cualquier otra acarrearía, según sostuvo el concejal, un desembolso que las arcas municipales no pueden permitirse.

En esta línea, Vélez recordó que el mantenimiento en el tiempo de este conflicto acarrea consecuencias económicas para la empresa, ya que son días que se suman a los que ésta debe a los empleados, muchos de los cuales han presentado demandas en los juzgados para recuperarlos sobre la base de la sentencia emitida por el Tribunal Supremo.

El edil defendió que Auvasa es una empresa pública «para lo bueno y para lo malo», por lo que está sometida a una legislación que imposibilita desembolsar mayores cantidades al depender del presupuesto municipal, algo que prohibiría la Intervención del Ayuntamiento –el organismo encargado de la contabilidad y el control de interno de la economía consistorial–. «No es cuestión de que se quiera o no se quiera, es que no tenemos margen de maniobra», concluyó Vélez.

El calendario y el nuevo convenio, los otros conflictos

A pesar del protagonismo que ha tomado el conflicto derivado de la aplicación de la sentencia del Tribunal Supremo referida a la media hora de descanso de los conductores, el choque entre Ayuntamiento y trabajadores se evidencia también en otras negociaciones que se mantienen encalladas desde hace tiempo y en las que la posibilidad de avance o cambio parece también reducida.

Uno de los aspectos donde el enfrentamiento es más visible es el del calendario para 2018, que, ya en las pasadas Navidades, motivó la huelga de autobuses al negarse la dirección de la empresa a implementar 94 tríos de conductores y sostener que sólo podían mantener 87. La mayor parte de las líneas de Auvasa se organizan en tríos: un conductor para el turno de mañana, otro para el de tarde y otro que descansa. El problema al que aludían desde el Consistorio es que para incrementar el número de combinaciones habría que contratar más personal, ya que los trabajadores con jornada reducida no se ajustarían a este modelo, algo que rechazaba el comité.

El concejal de Movilidad, Luis Vélez, aseguró a este diario que, si en la negociación de los calendarios tampoco se llega a un acuerdo, se aplicará el convenio para lograr que el 30 de septiembre –fecha tope para entregarlos– estén listos, ya que la voluntad del Consistorio es «cumplir la legalidad».

También suscita enfrentamientos la renovación del convenio de la empresa, postergado desde 2013 y que el Ayuntamiento pretende «flexibilizar» para «adaptarlo a las necesidades» reales, mientras que, desde el comité de empresa, denuncian que la voluntad de la concejalía de Movilidad es que los conductores estén obligados a trabajar en determinados días a pesar de que coincida con sus jornadas de libranza.