UN HOMBRE | UNA ARTESANÍA - MIGUEL ÁNGEL MAROTO
«Hay mucho bicho malo, por eso los domadores de pulgas somos tan importantes»
Miguel Ángel es un artesano del medio rural. Tiene su taller en la aldea y en la Corte: Cabañas de Polendos y Segovia, desde donde defiende su creatividad. Es ilustrador y editor de obra gráfica original. Forma parte de la pequeña revolución artesana de Las Caravas. Ha realizado más 150 exposiciones, entre individuales y colectivas, además de innumerables actividades experimentales, cortometrajes, conciertos e intervenciones performáticas en espacios culturales y salas de arte españolas. Por si todo esto fuera poco, en su Galería Numen de Cabañas de Polendos tiene un circo donde doma pulgas.
PREGUNTA.- Arte urbano, graffiti, dibujo, ilustración, diseño, escultura, fotografía, literatura, música, arte sonoro, performance, pintura, teatro y, ante todo, grabador, hijo de la imprenta y docente. Con tanta actividad, sería el colmo que le diera una lipotimia en la linotipia…
RESPUESTA.- (Ríe). Este ritmo es así y hay que seguir haciendo las cosas lo mejor posible.
P.- ¿Qué es el grabado embotellado?
R.- Lo creé y desarrollé introduciendo una estampa original en una cápsula de cristal. Llevo 17 años metiendo grabados en botellas de vino.
P.- Pero eso de meter estampas religiosas en un vidrio siempre se hizo en los pueblos…
R.- Sí, mi madre y mi abuela me contaron que, antiguamente, los pastores metían una estampilla de la virgen en una botella y colocaban luego una vela encima para rezar en las noches de invierno, de frío y de tormenta. Y yo he llevado esa idea al arte contemporáneo.
P.- ¿Tiene futuro su oficio de grabador en plena era digital?
R.- Me gusta pensar que sí y que siempre será necesario, porque un grabado no pasa de moda y dura más de 500 años, mientras que el futuro de un cd o un pendrive es incierto y no es original.
P.- ¿Por qué dice que detrás de un grabado está la mano de cinco artistas?
R.- Porque primero trabaja el dibujante; luego el grabador, que se encarga de transportar el dibujo a la estampa; luego viene el entintador; después el estampador y, por último, el iluminador, que decora el grabado a mano, con pinceles muy finos y con lupa.
P.- ¿Cuál sería la performance de su vida?
R.- Llevar a escena mi libro de autor sobre el Apocalipsis en clave de performance, y la obra ‘El Suicidio del A ¿…? E’. El primero tardé seis años en hacerlo.
P.- Imagínese que tiene un sueño y está tomándose una cerveza con Gutenberg.
R.- Le diría que es una lástima que no esté tan considerado como debería porque, aunque todo el mundo piense que se inventó la imprenta, en realidad se inventó los tipos móviles de metal y realizó grandes investigaciones sobre el desarrollo de la tinta.
P.- Alterna su actividad entre Segovia y Cabañas de Polendos. ¿Dónde está más a gusto, en la Corte o en la aldea?
R.- Para mí es importantísimo estar bien en ambos lugares. Y lo estoy.
P.- ¿La fuente de inspiración que más le motiva?
R.- El arte primitivo, el Surrealismo, el Expresionismo, el Romanticismo, el rock, la performance, Goya, Dalí y Picasso.
P.- En Cabañas de Polendos hay personas que trabajan el vidrio, la madera, la cerámica, el textil, la alfarería, la joyería… ¡pero si hay más artesanos que vecinos!
R.- Pues casi, casi… Y hay que añadir el buen público que viene hasta aquí.
P.- La artesanía se ha convertido en el motor turístico de su pueblo y ese es el sueño de muchos alcaldes que luchan contra la despoblación, ¿dónde está el secreto?
R.- Sigo creyendo en este proyecto, pero no solo hay que apostar por las artesanías, sino también por el arte contemporáneo y experimental. Y aquí hemos celebrado incluso encuentros internacionales.
P.- Sus vecinos disfrutan del arte contemporáneo sin necesidad de viajar a una gran ciudad. ¿Valoran este lujo?
R.- Cada vez más, porque esto cada vez es menos raro, afortunadamente.
P.- ¿Lo que se hace en Cabañas de Polendos es turismo sostenible?
R.- Todo es sostenible si se sostiene y se trabaja para sostenerlo, porque las cosas no se sostienen solas. Todas las ayudas son pocas.
P.- ¿Se puede crear arte contemporáneo en el medio rural?
R.- Totalmente. De hecho, ya desarrollamos la I Convocatoria Internacional Land Art Galería Numen hace tres años, con mucho éxito, de donde salió una asociación nacional.
P.- ¿Se siente más artista o emprendedor?
R.- Ambas cosas… ¡qué remedio!
P.- Por cierto, volviendo a su Galería Numen, me han dicho que es el domador de un circo de pulgas…
R.- Cierto, soy uno de los estrambóticos domadores de pulgas que hay por el mundo.
P.- Y este mundo, ¿cómo lo ve? ¿Hay más pulgas malas que pulgas buenas?
R.- Hay mucho bicho malo, por eso los domadores de pulgas somos tan importantes.
P.- ¿Qué es el arte para un polifacético como usted?
R.- Es un modo de vida y un medio de expresión fundamental. ¡El arte es una espiral sin fin!