«Era de esperar, estas personas no se reinsertan»

El abogado de la familia de Leticia Lebrato, la vallisoletana de 17 años a la que violó y asesinó Pedro Luis Gallego en julio de 1992, no se mostró sorprendido ayer por la detención del agresor sexual. «Era de esperar, porque estas personas no se reinsertan». «Son un peligro para la sociedad», aseguró el letrado, Luis Antonio Calvo, en respuesta a este periódico. «En su día tratamos de impedir que fuera puesto en libertad y conseguimos que se le aplicara la doctrina Parot», explicó, pero luego tumbó esa medida el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), por considerar que en su caso se estaba aplicando con carácter retroactivo.

Y eso que varios informes psicológicos desaconsejaron su puesta en libertad, a finales de 2013. El reo había rechazado todos los cursos, talleres y tratamientos de rehabilitación de violadores durante su estancia en prisión. La aplicación temporal de esa doctrina consiguió que se prolongara su internamiento cinco años, ya que de otra manera hubiera salido en 2008, pero se quedó a 9 años de lo pretendido por la acusación.

«Son personas que se comportan perfectamente en prisión, porque allí no tienen la posibilidad de cometer el delito», aseguró Calvo. «De esa forma obtienen beneficios penitenciarios por buen comportamiento, pero en cuanto están en libertad vuelven a delinquir».

Por eso, el propio abogado y la Asociación Clara Campoamor, de la que es miembro, plantean que habría que buscar «una solución para este tipo de personas», que pasa por «una modificación legislativa». Y es que se necesita «un control continuo de esta gente incluso después de salir de prisión».

Calvo defendió también a la familia de la víctima de otro crimen similar en Valladolid, igual de trágico y conocido: el caso de la niña de 9 años Olga Sangrador, asesinada en junio de 1992 por otro agresor, Valentín Tejero. «Ocurrió lo mismo, el culpable salió en libertad casi simultáneamente al asesino de Leticia Lebrato. Ahora nos toca esperar a ver cuándo hace también este otra de las suyas».

El letrado recordó que gracias a la doctrina Parot «iba a estar encarcelado hasta 2022», pero el TEDH lo imposibilitó. «Yo siempre entendí que la eliminación de la doctrina Parot no era para este tipo de criminales», señaló.

En cuanto a la conveniencia de la pena de prisión permanente revisable, creada en el nuevo Código penal de 2015, Calvo está de acuerdo con su conv eniencia en los delitos perpetrados después de su entrada en vigor. «Sí es efectiva, pero está pensada para los delitos más graves. Sólo se aplica cuando hay asesinato», explicó.

Las dos violaciones y dos tentativas de violación que se le imputan ahora a Gallego «no le van a acarrear esa pena en ningún caso», explicó. «Por mucho que diga el ministro Catalá que todo está solucionado tras el cambio del Código Penal, nosotros creemos que eso no es así. Hay que establecer otras medidas de control».

Por eso, Calvo demanda normas que permitan la vigilancia de todos los violadores, y no sólo de los que, además de cometer una agresión sexual, hayan asesinado a sus víctimas.

«Hubo muchos que lo lamentaron pero el sentido común a veces se olvida» reflexiona Saturnino López, el sacerdote que lidera la causa de beatificación de Marta Obregón, víctima burgalesa del violador del ascensor. Sostiene que para la familia «es tremendo» y «un momento muy doloroso especialmente para ellos pero creo que para todas las personas de buen sentimiento». Tanto el sacerdote como la familia de Marta ya sabían que «este hombre estaba sometido a controles que debía cumplirlos en fechas determinadas pero es difícil tener controlada a una persona constantemente».

En cuanto al proceso de beatificación de Marta Obregón, que arrancó en junio de 2011, López, estima que «no tardando mucho podremos hacer una clausura oficial del proceso de recogida de testimonios y material y se trasladará todo al Vaticano a la Congregación para la Causa de los Santos». Una vez enviado el caso tendrán que esperar lo que se determine desde el Vaticano. Si es afirmativo se elabora un libro para enviar al Colegio de Cardenales que informa al Papa y decide la fecha de la beatificación.