Valladolid acoge a 94 refugiados en busca de asilo político en España
El colectivo más numeroso es el de sirios que huyen de la guerra, con 28 personas, seguido de los venezolanos / Pasan los 6 primeros meses en pisos tutelados por Cruz Roja, Accem y Procomar
Unos huyen de la guerra que asola su país desde hace años, otros llegan a España por miedo a la persecución política en su patria o por alejarse del clima de violencia y represión que reina en sus lugares de origen. Todos vienen como refugiados en busca de asilo político y 94 de ellos están en Valladolid, en pisos de Cruz Roja, Accem o Procomar, las tres organizaciones no gubernamentales que acogen a estos exiliados del siglo XXI.
La discreción con la que llevan su adaptación a la nueva vida en Valladolid hace difícil acceder a ellos y más aún tomar fotografías. Con una dura historia a sus espaldas en muchos casos, son reacios a hablar y hacerse visibles en una sociedad extraña para ellos, aunque, en general, la adaptación es buena. «No hay problemas de adaptación, por lo general están a gusto aquí, un sitio que tiene cosas de gran ciudad pero sin ser agobiante como puede ser Madrid», afirma Natalia Martín, responsable para los refugiados de Cruz Roja en Valladolid.
Esta organización se ocupa de 46 solicitantes de asilo, 21 de ellos de Siria, 10 de Venezuela, 8 de El Salvador y 7 de Irak. Con el problema del idioma resuelto, las cosas son más fáciles para los refugiados de América Latina, pero resulta complicado en especial para sirios e iraquíes.
El de los sirios es el grupo más numeroso. Son 28 personas, las 21 que están con Cruz Roja más otras 7 que dependen de Accem, todos ellos reubicados, es decir procedentes de otro país de la Unión Europea. Los 28 forman parte del contingente de 16.000 refugiados que se comprometió a acoger España, aunque hasta el momento sólo han llegado 1.700. Pero el idioma es para ellos un obstáculo a menudo insalvable. Para la mayoría, Valladolid será un lugar de paso. Transcurrido el periodo de 24 meses que dura el programa de acogida, antes quizá, tomarán rumbo a otro país o a otro lugar de España en el que tienen familiares o conocidos.
De los 24 meses que dura el programa de acogida para todos los refugiados, los seis primeros los pasan en pisos tutelados, siete cedidos por el Ayuntamiento: tres a Cruz Roja, tres a Accem y uno a Procomar. Es un periodo en el que, sobre todo, se incide en la enseñanza del castellano. «La mayoría tienen muy claro que han podido escapar y su predisposición es muy grande», afirma el responsable regional de Accem en Castilla y León, Daniel Duque.
Con siete pisos para refugiados en Valladolid, esta organización acoge a 38 solicitantes de asilo: 13 de Venezuela, 7 de Siria, 4 de Costa de Marfil, 4 de Rusia, 2 de Ucrania y 8 más de nacionalidades distintas. Tanto en el caso de Cruz Roja como Accem o Procomar, esta última organización con 10 solicitantes de asilo de Ucrania a su cargo, muchos de los refugiados abandonaron ya los pisos tutelados preparados para los seis primeros meses y residen en viviendas de alquiler «para que tengan cierta autonomía e independencia», señala Natalia Martín, aunque siguen bajo el control de los responsables de cada organización. De los 10 que están con Procomar, todos ellos de Ucrania, cinco están en fase de acogida y los otro cinco, miembros todos de una familia, ya viven en régimen de alquiler.
El objetivo último, aunque en muchos casos difícil de cumplir, es facilitar la inserción tanto social como laboral de los refugiados. Un escaso porcentaje lo conseguirá. La experiencia demuestra que el porcentaje de refugiados que logra encontrar trabajo «es similar al de los colectivos de exclusión», afirma Duque como responsable de una organización, Accem, que se ocupa de la acogida de 200 solicitantes de asilo en la Comunidad. Duque añade que «si ya es complicado encontrarlo para los de aquí, cuanto más para estas personas».
Con independencia de su suerte aquí, hay un deseo común en todos ellos: que sus países recuperen la normalidad para regresar cuanto antes.
Lista de espera para acceder a una plaza de refugiado
Desde que se puso en marcha el programa de acogida de refugiados el pasado año, los pisos de acogida de Valladolid nunca han estado vacíos. Es el Ministerio del Interior el que decide el destino de los refugiados cuando llegan a España en función de las disponibilidades de plazas de cada ciudad. Salvo casos excepcionales como el de la familia siria que apenas pasó una semana en Valladolid y se marchó sin previo aviso, la mayoría suele agotar el periodo de 24 meses que dura el programa de acogida. Luego, sobre todo en el caso de los refugiados sirios, con familiares y conocidos dispersos por otros países tras un éxodo masivo a raíz de la guerra, suelen abandonar la ciudad. No hay un perfil de solicitante de asilo. En el caso de los países en guerra, como Siria e Irak, suelen ser familias, mientras desde Venezuela llegan más personas solas. «Llega desde gente adulta a niños, jóvenes y familias numerosas con tres o cuatro hijos», afirma Daniel Duque. No todos conseguirán el asilo. El responsable de Accem en Castilla y León calcula que un 50% de los solicitantes obtendrá «algún tipo de protección» por parte del Gobierno, casi segura para los que huyen de un conflicto bélico que, como en el caso de Siria e Irak, se ha cobrado ya miles de víctimas. Pero recuerda que España, como el resto de países de la UE que se comprometieron a admitir refugiados, está todavía muy lejos de los 16.000 que le correspondieron en el reparto que se firmó tras la llegada de miles de personas a las fronteras de la Unión Europea en busca de asilo. La responsable para los refugiados de Cruz Roja en Valladolid, Natalia Martín, añade que «la necesidad de plazas es muy grande y hay mucha gente en lista de espera» para que se les asigne un destino. En el caso de Valladolid, el Ayuntamiento aprobó la pasada semana la prórroga del convenio para la cesión de seis pisos a Cruz Roja y Accem, acuerdo que se amplía a Procomar, a la que se cede una vivienda.