Tejerina sitúa Valladolid en el ‘olimpo’ del concurso de Bruselas

Isabel García Tejerina, ministra de Agricultura, Pesca y Alimentación, abogó ayer por el dinamismo de la provincia de Valladolid como mejor reclamo de todo tipo de actividad en la presentación de los premios del Concurso Mundial de Bruselas que dedicados al vino se celebrarán en la capital vallisoletana.

García Tejerina, que reconoció haber ofrecido todo el apoyo institucional a la iniciativa que hará de Valladolid capital mundial del vino, también aseguró que «la proyección internacional de estos premios será buena para Valladolid», pero además añadió que es una oportunidad para que desde fuera se conozca un sector pujante como es el vitivinícola en Valladolid.

En el contexto de una provincia líder en el mercado del vino, tanto en ventas como en calidad, como además en la presencia de denominaciones de origen de tanta presencia en el mercado, la ministra quiso situar a Valladolid en lo más alto. De hecho, aseguró ser «la provincia más dinámica».

El acto, celebrado ayer en el hotel Ritz, contó con una amplia representación de la sociedad vallisoletana, en todos los ámbitos, tanto empresariales, políticos o económicos, y participaron el alcalde de Valladolid, Óscar Puente; el presidente de la Diputación de Valladolid, Jesús Julio Carnero; y el responsable de los premios, Baudoin Havaux.

Ya en el apartado relativo a los premios que otorga la organización del Concurso Mundial de Bruselas, Isabel García Tejerina aludió a los éxitos cosechados en ediciones anteriores por los caldos españoles. Y sobre esta destacada participación auguró los mejores en cuanto a la calidad en general del vino que se hace en España para la presente edición. Pero además la ministra se mostró segura de que todo lo que puede ofrecer Valladolid en este sentido será un acicate para convencer al jurado.

De hecho, según lo previsto por la organización, se prevé que entre unos 350 especialistas, críticos, periodistas y catadores, además de ofrecer sus resultados entre los vinos seleccionados y premiados, puedan conocer el estado actual del sector del vino. Y en este apartado, la ministra recordó tanto a agricultores como a bodegueros y demás sectores implicados tanto en la producción como en la distribución.

De esta manera, García Tejerina se refería así a lo que denominó como «vínculos sociales», unidos al propio desarrollo de un sector que, como se dijo ayer, ha vivido una auténtica revolución sólo en los últimos 30 años.

En el ámbito territorial correspondiente a su ministerio, García Tejerina recalcó la importancia del sector en todo el territorio español, tanto por su valor cultural y simbólico como por su aportación a la economía española.

Dirigiéndose al público pero en lo personal al responsable de los premios, Isabel García Tejerina se mostró encantada de que «se hagan en una tierra de vinos excelentes como es Valladolid. Y que además aporta vinos diferentes», aseguró en el sentido del valor de las diferentes denominaciones de origen existentes en esta provincia.

Por otro lado, para García Tejerina también fue importante destacar que «estos premios se ha situado entre los más importantes del mundo, entre los mejores, y considerados como las Naciones Unidas del Vino», aseveró.

Otro de los aspectos valorados por la titular de Agricultura en referencia a los premios que se entregarán en Valladolid entre el 5 y 7 de mayo fue el de que «son un referente mundial tanto por su trabajo como por su misión de divulgar el vino y promocionar su venta y producción», explicó.

A ello sumó García Tejerina la idoneidad de Valladolid «como magnífico lugar de encuentro y celebración. También para poner en 2017 a Valladolid por su valor y proyección internacional», remarcó.

Y de igual manera, respecto al vino y lo que lo rodea, a aportación vallisoletana para que se lleven a cabo catas de calidad en «un lugar de encanto como es Valladolid», y de igual forma «disfrutar de la gastronomía, conocer las bodegas y las denominaciones de origen», relató García Tejerina para así dejar claro que su origen vallisoletano es una pasión que practica con emoción y devoción, sin necesidad de obligación.