Cerrar

«Reconocí una pantorrilla y salí corriendo asustado»

El pescador que descubrió el cadáver pensó al inicio que era un muñeco / Al no tener saldo en el móvil, corrió hasta Rondilla en busca de la Policía

Pedro Dual, el pescador que descubrió el cadáver, muestra el lugar exacto donde halló el cuerpo.-J. M. LOSTAU

Publicado por
Íñigo Arrúe
Valladolid

Creado:

Actualizado:

En la crónica negra de Valladolid existe una anécdota a la que siempre se recurre para explicar lo que es una auténtica casualidad en el hallazgo de un cuerpo.

Esta, de hace años, es la de una prostituta de un club de alterne de la provincia, muerta al parecer por una sobredosis, pero que fue enterrada en el pinar. Ahí permaneció un tiempo, bajo tierra, hasta que un lugareño fue a hacer sus necesidades en ese lugar tan apartado y , descubrió, horrorizado, cómo una mano sobresalía de la arena. Era la prostituta de la que nada se sabía.

Sin llegar a este nivel de casualidad, el descubrimiento del cuerpo de Sebastián V. R., tuvo la alianza de varios factores que se alinearon para su hallazgo.

Y no solo porque el descubridor, Pedro Dual, de 45 años, estuviera a punto de recoger sus aperos de pesca y marcharse porque ya anochecía. Es que este escondido paraje del Soto de la Medinilla no es precisamente uno de sus lugares habituales de pesca de barbos.

«Lo curioso es que voy muy poco a pescar a esta zona. Sí que la frecuento más para pasear por el camino de arriba con un amigo mayor, pero no para lanzar la caña», confesaba ayer aún no repuesto de lo que vio.

Cuenta Dual que el domingo estuvo pescando por la tarde y poco antes de las 9 de la noche le dio por refrescarse, mojándose la cara. «Me puse al lado del tronco y cogí agua con la mano para echármela por el rostro, Ahí fue cuando vi algo raro», recuerda.

Al principio, nada inquietante. Pensó que sería algún muñeco. «Lo primero que pensé es que era un muñeco, ropa o trapos, porque en la chabola que está cerca hay muchas cosas de esas. Pero cogí un palo y lo toqué. ¡Ahí vi que estaba duro!».

En ese momento, este cursillista de un centro de formación de Pajarillos empezó a intuir que el bulto bajo el agua igual podía ser algo más preocupante, ya que recordó además que olía mal en el ambiente. «No sé como huelen los cadáveres, pero olía raro, mal», insistió

Así que observó con más detenimiento y vio que lo que sobresalía más del agua eran dos piernas. El cuerpo, boca abajo, con el tronco más profundo, estaba semivestido y pudo reconocer en concreto una pantorrilla, el gemelo desnudo de una pierna humana.

Ahí entró en estado de nervios. Su único deseo era comunicarlo cuanto antes a la Policía, pero casualmente su teléfono móvil carecía de saldo para hacer llamadas y tampoco había nadie en la zona. «Eso no era normal. Hasta el último momento quise creer que era un animal, pero no. Me asusté mucho y salí corriendo».

Se puso a andar y llegó hasta Santa Clara, en la Rondilla, lugar en el que avistó una patrulla de la Policía Municipal y abordó a los agentes para comunicarles lo que había visto. Los policías rebotaron el hallazgo al Cuerpo Nacional de Policía y a los Bomberos y se marcharon con Dual al lugar donde encontró el cuerpo.

«Ya anochecía y tuvieron que usar linternas, pero me acordaba bien del sitio, así que lo encontraron pronto, aunque la extracción del cuerpo tardó muchísimo más porque no era fácil para los Bomberos sacarlo por esa orilla», aseguró Dual.

De hecho lo sacaron del agua desde la orilla de enfrente, justo por debajo de la trasera de la factoría de Michelin. En el ajetreo de la noche no faltó tampoco la llegada de la comisión judicial y la preceptiva intervención del juez y el forense para el levantamiento del cadáver.

El cuerpo, en esos momentos sin que se conociera la identidad de la víctima, fue conducido al Instituto Anatómico Forense poco antes de medianoche. Esa madrugada fue una de las peores de su vida. «No dormí en toda la noche pensando en lo que vi», concluyó.

Cargando contenidos...