Diario de Valladolid

«Sin educación somos súbditos del poder»

Nicolás Castellanos ofrece una conferencia sobre el rol del misionero en la cooperación

El misionero Nicolás Castellano en el I Congreso Formativo de Cooperación Internacional.-ICAL

El misionero Nicolás Castellano en el I Congreso Formativo de Cooperación Internacional.-ICAL

Publicado por
Iria Torres

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Con entusiasmo, positivismo y mucha fuerza en sus palabras se dirigió el obispo emérito de Palencia y presidente de la Fundación Hombres Nuevos, Nicolás Castellanos, ante una sala llena de jóvenes espectadores en el I Congreso Formativo de Cooperación Internacional celebrado ayer en el Palacio de Congresos del Conde Ansúrez. El «padresito» Castellanos, así es como conocen a este misionero en Bolivia tras 25 años de proyectos solidarios e internacionales en el país, dictó la conferencia ‘El rol del voluntario en la cooperación’. Una charla, en la que desde su humilde punto de vista, explicó el papel fundamental del misionero y la lucha contra la pobreza, «un problema planetario difícil de solucionar, pero no imposible». «Vengo a mostrar la pobreza, y que la gente tenga la opción de colaborar», destacó minutos antes del inicio de la ponencia.

Castellanos, que fue Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1998, ofreció una clase magistral en la que citó la ‘Utopia’ de Eduardo Galeano, y animó a los espectadores a «soñar» y a «avanzar caminando». El presidente de la Fundación destacó que «la evolución de una sociedad se mide por la capacidad de integrar a todos sus miembros» y, añadió, que «tenemos que tener a los pobres como amigos y ponernos en su piel». El obispo emérito de Palencia expuso que la herramienta principal para combatir la pobreza fue, es y será la educación, «para dejar de ser súbditos del Estado y convertirnos en personas libres», apuntó. Por ello, desde la Fundación realizan proyectos de cooperación destinados principalmente a cubrir las necesidades básicas «reales» en educación y sanidad en el país latinoamericano.

«Hay 800.000 niños que no tienen escuela, 700.000 niños adolescentes trabajadores. Un país que no tenga escuela de calidad y escuela que eduque en valores jamás saldrá de la pobreza», sentenció Castellanos. La fundación gestiona además la única facultad de teatro de todo el país, con la colaboración con la Universidad Católica. «Debemos luchar contra el egoísmo y egocentrismo, la felicidad no consiste en acumular objetos materiales. La felicidad es hacer la justicia, y la justicia consiste en que todos los seremos humanos vivamos con unas necesidades básicas satisfechas», aseguró.

El misionero afirmó que Castilla y León es un a Comunidad «solidaria», aunque debería serlo más. Una de sus nuevas participaciones será con la Junta para habilitar dos internados en el Altiplano y, «que los niños puedan ir al colegio sin tener que andar cinco o seis horas diarias para ir y otras tantas para volver a sus casas», resumió el religioso.

El padre Castellanos aprovechó además la ocasión para defender el papel de la mujer en la institución religiosa. «Si las mujeres se borrasen de la iglesia, nos quedaríamos sin público. Y, sin embargo, no les permiten participar en la toma de ninguna decisión, algo que debe cambiar», reivindicó. Más de 5.000 voluntarios que formaron parte de los 25 años de trabajo de la Fundación, y que experimentaron un «profundo cambio» en sus vidas, ahora son más «felices», destacó el obispo emérito de Palencia. «El voluntariado se basa en la cultura de solidaridad, se trata de cambiar los modos de pensar, de sentir y de actuar, siempre hacia el amor social», apostilló.

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