Diario de Valladolid

LA QUINTA ESQUINA. MANUEL VECINO. Presidente del Colegio Oficial de Arquitectos de Valladolid.

«El plan Rogers era la mejor opción y la nueva decisión depende ahora de cómo se formalice»

Manifiesta que el Ayuntamiento debe abrir un debate en el que todos los sectores de la sociedad aporten su postura para la permeabilización de la vía. «Con el dinero que se va a invertir se pueden hacer cosas interesantes»

Manuel Vecino ayer en ‘La Quinta Esquina’, programa emitido en La 8 Valladolid.-MIGUEL ÁNGEL SANTOS

Manuel Vecino ayer en ‘La Quinta Esquina’, programa emitido en La 8 Valladolid.-MIGUEL ÁNGEL SANTOS

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Estibaliz Lera

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Valladolid se olvida del soterramiento y apuesta por una integración en superficie o permeabilización de la vía, en la que se creará una gran calle que unirá Recoletos, el Campo Grande y Delicias. Una propuesta que, en palabras del presidente del Colegio Oficial de Arquitectos de Valladolid, no es ni buena ni mala, «todo depende de cómo se formalice».

Manuel Vecino acudió ayer a la llamada de La Quinta Esquina de La 8 Valladolid, programa en el que colabora EL MUNDO DE VALLADOLID y Castilla y León esRadio. En ese espacio reconoció que «el soterramiento era la mejor opción técnica, pero era cara». Añadió, además, que el plan Rogers fue consensuado en el pleno municipal y todas las partes estaban de acuerdo de que era «aceptable».

No quiso entrar a valorar si la decisión es un parche o una solución que tendrá que ser retocada en unos años, lo único que puntualizó es que con la cantidad de dinero que se va a invertir se pueden hacer cosas «muy interesantes».

En este sentido, Vecino insistió en que la «formalización» es la clave tanto del soterramiento como de la solución actual. «Un soterramiento sin más podría ser bueno porque une dos mundos, pero depende de cómo se unan», apostilló, antes de añadir que el Ayuntamiento no puede tomar decisiones sin consultar a la ciudadanía. Por ello, abogó por abrir ahora un debate en el que todos los sectores de la sociedad aporten su postura. «Espero que debatamos, comentemos y propongamos», zanjó el presidente del Colegio Oficial de Arquitectos de Valladolid, que se puso a disposición del Consistorio para asesorar en todo lo que necesiten.

La vía, a su juicio, supone una barrera física que altera el urbanismo de la ciudad y este cambio influye, ya que «cuando el Ayuntamiento se planteó el plan de ordenación asumió el plan Rogers y ahora que ya no se va a hacer, habrá que solucionar todo lo que va anexo».

Insistió en que renunciar al soterramiento no significa estar sometidos a «una infelicidad urbanística». Es verdad, apuntó, que la manera de la renuncia ha sido «lamentable y dolorosa», sin embargo, eso no significa que la otra opción vaya a ser «un desastre absoluto».También manifestó que a la hora de hablar del soterramiento no se puede dejar de lado ni el bypass de mercancías ni los talleres de Renfe. Por ello, solicitó que, al menos, se actué en esos lugares.

Sobre las necesidades urbanísticas de la ciudad del Pisuerga, afirmó que los barrios son espacios fundamentales y, a su juicio, la sociedad no debería permitir que haya viviendas y zonas insalubles. «La intervención de los barrios es básica, pero también el centro porque es patrimonio de todos», apostilló.

El presidente del Colegio Oficial de Arquitectos de Valladolid es consciente de que el urbanismo es «cambiante» y, tal y como explicó, no puede ser considerado una ciencia, puesto que depende de «muchas connotaciones políticas» y de las necesidades de la sociedad.

De la crisis económica, afirmó que «nadie» preveía que iba a ser tan larga. Además, consideró que «todos» contribuyeron a que la burbuja inmobiliaria creciera y «nos estallara en las narices». No obstante, se mostró positivo y aportó datos que van en esa senda: en 2015 había siete viviendas unifamiliares terminadas, mientras que en 2017 ya tienen las primeras promociones de viviendas. En este sentido, sostuvo que lo ideal tampoco es volver a la situación de antes de la recesión, donde las personas las consideraban un bien material. «Si volvemos a esa situación mal vamos», destacó. Si bien tampoco ve mal que la sociedad «especule», porque «todos los sectores lo hacen».

Manuel Vecino opinó que «la sociedad ha dejado la vivienda en manos privadas y eso trae consecuencias buenas y malas» y lamentó que haya gente que viva en la calle. Eso sí, precisó que la solución tampoco pasa por «regalar» casas a todos los que lo necesiten. «Es una cuestión que tenemos que regular y concretar; no podemos ir a lo loco».

En su mano tampoco está la receta para bajar el precio de las casas. De hecho, puso como ejemplo a su padre, quien compró una vivienda «digna» en los años 70 y la pudo pagar en nueve años. «Ahora es complicado, ya que la vivienda es cara en proporción a los sueldos». A esto se une las obligaciones legales que en esa época no existían.

El presidente del Colegio Oficial de Arquitectos de Valladolid expuso que es «necesario» que haya «una concienciación generalizada» porque cuando un arquitecto proyecta con la accesibilidad y eficiencia energética en el alma pasan «desapercibidas». «Si conseguimos evolucionar socialmente para tener esos referentes dentro, conseguiremos que la accesibilidad y la eficiencia energética estén a la orden del día», destacó.

Sobre la burocracia de las administración, declaró que es «una carrera de obstáculos», donde si las personas se cansan a mitad de camino perderán la subvención, pero si logran llegar al final «puede que lo consigan».

Aconsejó a los ayuntamientos que no es «momento» para «grandes cambios» en los planes urbanísticos. Por este motivo, consideró que «puede que fuera exagerado» que un municipio como Medina de Rioseco quisiera construir 400 viviendas y un campo de golf a dos kilómetros de la localidad.

El broche lo puso la ciudad del futuro. De ella, manifestó que llegará pero «a largo plazo», porque «todo es costoso y más en España». «Todo ha cambiado tanto gracias a las intenciones políticas como privadas», concluyó Manuel Vecino.

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