Diario de Valladolid

Un hombre | Un vino

Rafael Moneo: «Gracias al vino, todavía soy un aprendiz»

Rafael Moneo es propietario de La Mejorada (Olmedo, Valladolid) desde 2007. El proyecto, iniciado en 1999 junto a otros dos socios, tiene 40 hectáreas de viña. El lagar y la nave de crianza están en el interior del complejo conventual.-ARGI

Rafael Moneo es propietario de La Mejorada (Olmedo, Valladolid) desde 2007. El proyecto, iniciado en 1999 junto a otros dos socios, tiene 40 hectáreas de viña. El lagar y la nave de crianza están en el interior del complejo conventual.-ARGI

Publicado por
Javier Pérez Andrés

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Rafael Moneo es de la añada del 37. Nació en Tudela (Navarra). Es arquitecto de prestigio, una profesión con la que ha tocado el cielo. Es el único español galardonado con el Premio Pritzker, considerado el ‘Nobel’ de la arquitectura. Recibió el Príncipe de Asturias de las Artes y atesora un asombroso currículum profesional, con obras en distintas partes del mundo. Tras esta entrevista, vuela a Estados Unidos para impartir clases universitarias.

Pregunta .- ¿Qué tiene esta versión que no tengan las anteriores?

Respuesta .- Creo que sí: hacemos un vino bueno. Queríamos que Olmedo y La Mejorada dispusieran de un vino que reflejase esta tierra, distinta a otros suelos próximos, como Rueda o Toro. No hay que sorprenderse, dado que hay escrituras que reflejan viñedos en la zona desde siempre. Desde principios del siglo XV hay documentación relacionada con La Mejorada. De hecho, los frailes recibían herencias de viñedos y se preocupaban por reponer las viñas que se perdían. Así que no hacemos más que prolongar la historia de un suelo que siempre ha estado asociado a un vino.

P .- Rafael Moneo tenía muy claro que no era el capricho de hacer un vino más…

R .- Yo sabía de la existencia de La Mejorada desde siempre, porque antes del vino ya conocía su arquitectura y la irresistible atracción que tuvieron por este lugar los Reyes de Castilla. Era una tentación intervenir en un lugar como este, en su capilla. Es tan importante para mí, que nunca lo he entendido como una propiedad. Soy solo un transeúnte de La Mejorada, pero trataré de darle sentido.

P .- Tiene un peso histórico impresionante, con los poderosos Jerónimos, Los Reyes Católicos, Colón, Calos V, Berruguete…

R .- Nunca he dormido aquí. Me infunde un enorme respeto. En la medida de lo posible, hemos intentado rescatar todos los elementos que estaban vivos. Lo que queda es la capilla que, afortunadamente, se íntegra con los restos de norias, pesqueras, almacenes, puertas de entrada… He tratado este lugar del modo más respetuoso del que he sido capaz. Y hemos tenido suerte porque el vino podría no haber salido tan bueno, pero en eso se ve que los primeros ocupantes de estas tierras descubrieron su potencial. Los Jerónimos sabían lo que hacían con la viña y el vino.

P .-¿De dónde le viene su afición al vino?

R .- Nací en tierra de vinos. Recuerdo que en la Ribera de Navarra se aprovechaba el vino de grado, el vino de pelo en pecho, muy áspero. Aprendí a beber un poco en La Rioja, cuando hice el Ayuntamiento de Logroño. Allí me di cuenta de que, gracias a los vinos de cosechero que bebíamos en la calle Laurel, después de terminar la visita a las obras, dos pueblos no tienen el mismo vino, o que aguas arriba o abajo del Ebro daban lugar a vinos muy distintos. Después, el contacto con la familia Magaña, vinculada a la viticultura y al vino, reforzó esta afición.

P .- ¿Cómo compagina la bodega con la arquitectura?

R .- Es un buen complemento en mi vida profesional. Tengo la ocasión de conocer otras gentes y otros intereses. Me gusta esa sensación de que el vino acaba imponiendo su ley, a pesar de prescriptores, gustos y modas. Hay algo objetivo en el vino, donde se reconoce una sensorialidad a la hora de degustarlo. Es bueno reconocer esa sensación de que la tierra es capaz de expresarse a través de algo palpable, en el sentido más sensorial.

P .- Los nombres del vino están claros. La Mejorada, Villalar… ¿Y Tiento?

R .- La Mejorada, por el monasterio. Villalar, por la vinculación de Padilla a este lugar. Y Tiento porque es una palabra llena de polisemia.

P .-¿Cuál?

R .- Un tiento es no dar las cosas por acabadas, pero también es un cante flamenco. Hay algo de modestia, de que nada tiene condición definitiva. La palabra surgió un día por la mañana, al salir de la capilla. Es un bonito nombre para un vino. Tiene que ver con términos fonéticos y gráficos del propio tinto.

P .- ¿Cómo le sientan los premios que recibe por sus vinos?

R .- De los concursos de vinos me fío un poco menos, pero sí escucho, oigo y aprendo de quienes entienden de vino. Gracias al vino, a mis años, todavía soy un aprendiz.

P .-¿Fermentará el mosto esta añada en la nueva bodega de los Palacios, en Corullón?

R .- Esta vendimia, seguro. Es una bodega hermosa, responde a la ambición y a la exigencia. Además, se construye con una soltura económica que yo no he tenido en mi vida. Mi bodega de La Mejorada es más modesta.

P .- La bodega Chivite fue la primera. ¿Cuál será la última?

R .- No la hay, salvo un pequeño arreglo que haré a unos amigos bodegueros de Mallorca, Can Ribas.

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