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El Val se ‘enchufa’ a la energía verde

Reduce la demanda energética en un 75% e incrementa el uso de las renovables / Usa bombas de geotermia, un circuito de ventilación natural, así como mejoras en la iluminación o refrigeración

Fachada acristalada del tradicional Mercado del Val.-J.M.LOSTAU

Publicado por
Estibaliz Lera

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El Mercado del Val se ha enchufado a la energía verde. Ha pasado de ser un edificio centenario a convertirse en uno de los más eficientes de Europa. Las mejoras realizadas durante su rehabilitación podrían reducir el consumo energético hasta en un 75%, lo que permitiría recuperar la inversión en un plazo máximo de siete años, según señala Javier Antolín, investigador del Centro Tecnológico Cartif, uno de los socios del proyecto europeo, que comenzó en octubre de 2013 y terminará en septiembre de 2017.

Entre las acciones que se han acometido figuran la implantación de un circuito de ventilación natural, así como mejoras en la iluminación, refrigeración o revestimiento. «Lo que hemos hecho es recuperar una parte de nuestro patrimonio, pero adaptándonos al siglo XXI».

Uno de los cambios más visibles es la fachada acristalada que recorre todas las caras del edificio. Tiene, entre otros elementos, ventanas movibles que se encuentran en la parte superior y en el techo, que lo que hacen es conseguir una ventilación natural y así reducir la demanda energética del edificio, principalmente en verano.

También consta de unas persianas movibles, que se han colocado en la fachada sur para en verano evitar la entrada de la radiación solar, y en invierno calentar el mercado con los rayos del sol.

La envolvente de cristal, explica el investigador, ha sido seleccionada para adaptarse a las condiciones concretas de Valladolid. Todos los elementos van controlados por un sistema inteligente del edificio y una estación meteorológica –se encuentra en la azotea–, que toman las decisiones en función de las condiciones interiores y exteriores para que siempre haya una situación óptima tanto en consumo energético como de confort de las personas que están dentro.

El sistema de bombas de geotermia es otra de las implementaciones que convierte al complejo en el primer edificio bioclimático que alberga puestos comerciales. «En verano vierte el calor del edificio al terreno y en invierno atrapa ese calor y lo traslada el centro», sostiene Antolín, quien añade que con «un pequeño aporte eléctrico» cubre toda la demanda.

Otra solución adaptada a los nuevos tiempos es el sistema de refrigeración que, a través de un intercambiador, va a recuperar el calor de las cámaras y vitrinas frigoríficas para utilizarlo en el sistema de climatización. «Esto es muy interesante porque hasta este momento se desperdiciaba.

Lo que nosotros vamos a hacer es utilizarlo para el aire acondicionado y así cerrar el ciclo de la energía», subraya el investigador de Cartif.

Los medidores eléctricos y térmicos forman parte del nuevo Val. Su objetivo es medir el consumo energético del edificio y de esta manera se puede comprobar si existe alguna desviación y corregirla con el sistema de control inteligente, que monitoriza el espacio a través de una serie de sensores: temperatura, lluvia, humedad, dióxido de carbono, luminosidad...

El proyecto, que ha contado con un presupuesto de alrededor de 900.000 euros, ha utilizado una serie de simuladores y modelos energéticos que ha permitido, tal y como comenta, «saber qué tecnologías eran las más adecuadas y cómo integrarlas».

La principal innovación es, a su juicio, que han conseguido mantener la estructura original pero añadir nuevas tecnologías. «Estamos muy contentos de hacer proyectos para nuestros conciudadanos. Queremos que empiece a funcionar y que los usuarios vean y noten que la temperatura ambiente es mucho mejor que antes». En este sentido, manifiesta que la tendencia actual es «volver a los orígenes pero utilizando el sentido común y aprovechando las características del edificio».

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