Cerrar

Un garaje repleto de ídolos

Alberto Martínez, de 48 años, crea Touch the Idols para compartir sus pasiones cinéfilas, musicales y editoriales / A través de su tienda ‘online’ vende carteles, vinilos y libros con historia

El emprendedor Alberto Martínez, rodeado de artículos de cine, en el garaje de su casa en Simancas.-MIGUEL ÁNGEL SANTOS

Publicado por
Estibaliz Lera

Creado:

Actualizado:

El material gráfico que acompaña en forma de publicidad a las películas, carteles, dosieres de prensa, y pases de mano: a menos que sean conservados por personas afines al celuloide, termina en la basura. Pero si sobrevive se convierte en un tesoro, con más valor sentimental que físico, pero imprescindible para los amantes del séptimo arte. Lo mismo pasa con los vinilos y los discos de pizarra. Legajos que los seguidores de la cultura con historia quieren tener en su salón.

Imagínese que todos esas alhajas se encuentran en un garaje en Simancas. Sí, una cochera repleta de ídolos que algún día fueron de masas y que hoy son objetos fetiche para coleccionistas. El dueño de ese enclave es Alberto Martínez. Este emprendedor de 48 años, tras perder su trabajo como comercial, decidió hacer de sus pasiones cinéfilas, musicales y editoriales, su sustento. Así que creó Touch the Idols, una tienda online con piezas que cuentan historias pasadas, de otro tiempo y de otras gentes.

«A pesar de la vorágine digital, hay un nicho de negocio para recuperar trabajos antiguos», sostiene. Y, precisamente, eso es lo que ha hecho. Cuenta con una tienda virtual donde adquirir objetos que no se encuentran en los establecimientos habituales. Sin embargo, reconoce que no es profeta en su tierra, ya que la mayor parte de sus productos viajan a Estados Unidos. También tiene público en Europa –Francia, Inglaterra y Bélgica–, los países árabes y Australia.

Su día a día consiste en la investigación. Pasa largas horas pegado al ordenador rastreando, seleccionando, adquiriendo material o curioseando pistas que le pueden llevar a mercadillos donde adquirir estas joyas que van desde nuevas referencias hasta rarezas muy jugosas. «No es un negocio tradicional donde se te acaba la pieza y pides diez más a tu proveedor. Cada pieza es única e irrepetible».

Martínez afirma que su producto estrella es la cartelería de cine. Trabaja con revistas antiguas, pases de mano, fotocromos, dosieres... Cuenta con productos muy llamativos como los carteles de las películas Solo ante el Peligro y Cabaret en polaco. Otro de sus artículos más atractivos es el cartel de 2 metros por 1 metro de La leyenda de la ciudad sin nombre. «Los más demandados son los de las películas de terror y ciencia ficción», apunta.

Libros también vende, pero, en este caso, son ejemplares de pequeñas editoriales autogestionadas. «Volúmenes de música y cine que no encuentras en Fnac». Apuesta por la cultura alternativa y por sacar a la luz artículos de talentos que, en ocasiones, se pierden en las estanterías. La música también está presente en su garaje. Desde allí vende a todo el mundo discos de vinilo y de pizarra de todo tipo de artistas pero, sobre todo, de bandas antiguas y rock.

Además de su tienda virtual que arrancó en 2015, cuenta con un rincón en varios marketplaces especializados. En ellos, según reconoce, es donde se formalizan la mayor parte de las ventas. «Estas plataformas saben cómo hacer atractivo tu producto y colocarlo en el lugar idóneo, sin embargo, pierdes la imagen de marca».

Por este motivo, Alberto Martínez abrirá en otoño una tienda virtual llamada Spanish Vintage Posters solo para el mercado americano. En España seguirá actualizando su web, blog y redes sociales.

«Todo el mundo está en internet y, aunque tengas centenares de seguidores en Facebook, es muy difícil vender», reflexiona. Eso sí, este emprendedor vallisoletano ya ha superado obstáculos en su nueva andadura gracias a dos másteres que ha realizado para reciclarse. Uno de comercio exterior y otro, que terminó hace unos días, de negocios digitales. Precisamente, con este último posgrado ha aprendido a ‘venderse’ y tiene en mente prepararlo todo este verano para regresar por la puerta grande.

Además de colocar a su empresa en el puesto de salida de los buscadores más populares, quiere que el público de la calle conozca sus joyas. Así que tiene previsto exhibir los productos en diferentes salas de exposiciones de Castilla y León y Madrid. En sus inicios ya lo hizo. En concreto, realizó cinco muestras en La Atómica y varios locales de la ciudad del Pisuerga como el bar Pigiama, Matilda, el Café Beluga o Gondomatik, que mostraron al mundo durante un tiempo estos tesoros del cine, la música y la escritura.

Y si sigue soñando le encantaría que estas exposiciones se incluyeran dentro de la programación complementaria a las proyecciones de la Semana Internacional de Cine de Valladolid. Tiene claro que seguirá creciendo manteniendo su esencia: «Dignificar y dar otro enfoque al coleccionismo, así como involucrarse en la dinamización cultural de Valladolid».

Cargando contenidos...