«Yo no tengo la sensación de ponerle nervioso a Óscar Puente»

P.– El distinto color de Ayuntamiento y Diputación ha sacado más a menudo a la palestra, en el último año, las relaciones entre ambas instituciones. Por ejemplo, ¿se alcanzará un acuerdo con el Ayuntamiento de Valladolid en cuanto al servicio de bomberos?

R.– Vamos a intentarlo entre todos. Hemos tenido reuniones la semana pasada y esta. Están en contacto los técnicos, y el diputado y concejal responsables. Si somos capaces de llegar a un acuerdo, bienvenido sea. Y si no, estudiaremos alguna otra solución que permita a la Diputación prestar a los ciudadanos del alfoz un servicio tan importante y tan necesario como es el de extinción de incendios, y el resto de actividades a las que se dedican los bomberos.

Por ahora las cifras están muy alejadas. Estamos muy lejos de ese millón de euros que pide el Ayuntamiento de Valladolid. La cifra que hemos ofrecido está en torno a los 300.000 euros. Pero eliminamos muchas tareas al parque de Bomberos de Valladolid, dejándole sólo lo prioritario.

Esencialmente la extinción de incendios y la atención y auxilio en accidentes de tráfico. El resto de servicios lo asumiremos en nuestros parques de bomberos. Todo eso cuantifica.

P.– Tordesillas pide el mantenimiento de su parque de bomberos. ¿Depende su futuro de la solución que se adopte?

R.– Yo no tengo en este momento ningún estudio, ni he tomado ninguna determinación en ese sentido. Si llegamos a un acuerdo con el Ayuntamiento de Valladolid, mantendremos el statu quo actual. En caso contrario es cuando tenemos que estudiar las posibilidades, y ver si trasladamos uno de los parques cerca del alfoz.

P.– Usted además de presidente de la Diputación, y de su peso en el PP regional, es concejal del Ayuntamiento de Valladolid. ¿Por qué le pone tan nervioso a Óscar Puente, que hace poco le responsabilizaba a usted de la crispación y los enfrentamientos entre el Grupo del PP y el equipo de Gobierno?

R.– ¿Que le pongo nervioso? No tengo yo esa sensación, ni mucho menos lo pretendo. Creo que la relación con el alcalde de Valladolid, por parte del presidente de la Diputación de Valladolid, es una relación totalmente cordial y que entra dentro de la más absoluta normalidad, y de la relación entre ambas instituciones. Si le pongo nervioso, como usted señala, es algo que debe contestar él.

Diputación y Ayuntamiento estamos trabajando muchas cosas de común acuerdo, como yo creo que deben colaborar las instituciones. Desde la propia Seminci hasta la Feria del Libro –acabamos de celebrarla en la Plaza Mayor, y ha tenido como centro neurálgico el Teatro Zorrilla, que depende de esta Institución provincial–. O pasando por todo el trabajo conjunto que estamos realizando para la organización del Concurso Mundial del Vino de Bruselas, que tendrá lugar el próximo año.

Es una relación positiva y en aras, yo creo, en este caso, del beneficio de los vecinos de la capital.

En cuanto a las manifestaciones que usted dice: de cómo se organicen los demás grupos políticos, ni he entrado, ni voy a entrar. Bastante tiene cada uno con organizar su propia casa.

P.– Después de 20 años, el PP ha perdido el gobierno de la capital. ¿Está ahora la ciudad mejor que hace un año? ¿Cómo valora la gestión del tripartito, y cómo la labor de oposición del Grupo popular?

R.– Yo creo que la ciudad está peor. Nosotros durante 20 años hemos mantenido una serie de proyectos que han convertido a Valladolid en un referente. Esos proyectos, en este momento, están en una situación de impasse.

Nosotros venimos de 20 años de gobierno. Acaba de pasar el primer año que estamos en la oposición, después de haber ganado unas elecciones de forma clara, y esto lo quiero significar. A nosotros en la oposición no nos ponen los vecinos de Valladolid, sino un acuerdo de tres grupos políticos.

Algo que se ha pretendido hacer también con el Gobierno de España. Una posibilidad que hemos sufrido los españoles durante meses tras el 20-D, y que ha tenido gracias a Dios otro sentido. Porque el que gana las elecciones es el que tiene que gobernar, y el que las pierde, el que tiene que pasar a la oposición. Es una regla de oro que uno aprende de pequeño: el que perdía era el que se quedaba sin la canica. Tan elemental que lo entiende cualquiera.

Pero en vez de eso, tres partidos se ponen de acuerdo para ponernos en la oposición. Nos tenemos que adaptar y estamos en ese proceso de adaptación. Cada día estamos más coordinados, está más ahormada esa función de oposición, y vamos a seguir trabajando por una cosa muy clara, que es defender los intereses de los vecinos de la ciudad de Valladolid.

P.– ¿Qué le parece la decisión unilateral del tripartito de municipalizar la gestión del agua, pese a que es una de las mejores y más baratas de España?

R.– Yo respeto la decisión, pero, sinceramente, no la entiendo. No me gusta. Había otras opciones, porque el servicio funcionaba perfectamente.

P.– En Valladolid se llevó el PP el batacazo más importante, porque perder Valladolid no es perder una capital de provincia más. Un año después, las generales han dado un síntoma de recuperación. ¿Cree que ha habido un punto de inflexión y que el PP va a poder recuperarse?

R.– Estoy convencido de ello. El Partido Popular, en los dos procesos electorales desde las municipales de 2015, no ha parado de crecer. Yo creo que se ha producido esa línea de inflexión y es lo que vamos a mantener en el futuro.

Nosotros gobernamos en 153 ayuntamientos de la provincia. Gobernábamos en 2011 en 173, habíamos perdido 20. Estoy convencido que en el 2019, cuando se produzcan las elecciones, vendrán muchos más municipios a acrecentar esa cifra de 153.

El momento más bajo que tuvo el Partido Popular fueron las Elecciones Europeas, en 2014. Desde las autonómicas, de un año hasta ahora, sólo hemos crecido.

En el 20-D, el PP gana en 208 municipios de la provincia de Valladolid. En el 26-J la cifra sube a 213. Un total de 18.000 votos subimos el 20-D en relación a las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2015. Otros 10.000 acabamos de subir el 26-J. Es decir, en un año hemos recuperado 28.000 votos. Una cifra muy importante.

Aquí en la capital hemos recuperado entre el 20-D y el 26-J un total de 6.000 votos. Hemos ganado en casi todos los municipios de la provincia, en casi todos los barrios de la capital… Todo eso ¿de qué no está hablando? De que los militantes, los simpatizantes, los votantes del PP muestran una confianza que nosotros tenemos que saber administrar, y devolver lo mejor de nosotros. Los resultados de 2019 serán, sin duda, mucho mejores, y yo espero que recuperaremos, en las próximas elecciones generales en 2020, el tercer diputado en la provincia, y el Ayuntamiento de Valladolid, y muchos de los Ayuntamientos de la Provincia.

P.– ¿Cómo es la vida en el Partido Popular de Valladolid después, y sin, León de la Riva? ¿Es más insegura, pero a la vez más sosegada?

R.– El Partido Popular es un partido de equipo, no de personas. Bien es cierto que Javier León de la Riva tenía una fortísima personalidad, una personalidad que canalizaba toda hacia lo mejor para su ciudad. Ahí están los resultados y los datos. 20 años de gobierno del PP y al frente un alcalde como León de la Riva han dado lugar a la mayor de las transformaciones históricas que ha tenido esta ciudad, y que podría imaginar.

Ese tipo de equipos que conformaba León de la Riva han transformado esta ciudad. Yo siempre voy a querer que mi ciudad y provincia prosperen y alcancen mejores cotas de bienestar social y económico.