Cerrar

ENTREVISTA A JESÚS JULIO CARNERO, PRESIDENTE DE LA DIPUTACIÓN DE VALLADOLID

«Las diputaciones no van a ser moneda de cambio de un pacto»

Tras un año de gobierno sin mayoría absoluta, apuesta por el diálogo y el consenso de la misma manera que lo hizo cuando la tuvo en la anterior legislatura

-Pablo Requejo

Publicado por
PABLO LAGO / S. G. DEL CAMPO
Valladolid

Creado:

Actualizado:

Asegura que lo que le preocupa es que España «salga de la crisis» y para ello se necesita «un gobierno serio, estable y responsable». Descarta que para ello el PP se pliegue a la línea política de Ciudadanos en cuanto a la supresión de las instituciones provinciales. «No hay que olvidar que Rajoy fue presidente de la Diputación de Pontevedra, y sabe perfectamente cuál es su papel», remarca.

Pregunta.– Un año de gobierno en la Diputación sin mayoría absoluta no le ha supuesto a usted especiales dificultades, acostumbrado a alcanzar consensos y al diálogo pese a contar con la mayoría absoluta que tuvo el PP...

Respuesta.– Nos ha supuesto a todos, al equipo de Gobierno, y a todos los compañeros diputados de la Corporación, muchísimo trabajo, muchísimo esfuerzo en dialogar mucho... Eso es importante destacarlo, porque siempre que uno quiere llegar a acuerdos necesita trabajarlos. Ya estábamos acostumbrados, pero ahora ese esfuerzo es mayor, si cabe, dada la configuración de la Diputación, la más plural de toda la historia.

P.– ¿Por qué en su partido, en el ámbito nacional, no se fijan en casos como el suyo, donde el diálogo es una virtud, y no una necesidad?

R.– Hay otros ámbitos, dentro de mi partido, que son ejemplo de ese diálogo y ese consenso. No tiene tanto que ver con las opciones políticas y sí con las personas. Las hay, en todos los ámbitos ideológicos, que entienden la política desde el diálogo. Y desde luego las hay, y yo las conozco, en el Partido Popular, de forma clara.

P.– Fue investido con la abstención de Ciudadanos. ¿Cómo se convive con un socio que dice que hay que clausurar las diputaciones?

R.– Teniendo muy claro que la opción ideológica de ese partido es ésa, precisamente: que las diputaciones deben desaparecer. A partir de ahí, sabiendo el momento que a cada uno le toca vivir. Éste es el que nos da la Constitución del 78, en la que las diputaciones están reconocidas como el órgano de gobierno y administración de la provincia. Todo esto en conjunto es lo que te permite avanzar y tener una relación dialogada.

P.– ¿Cuál es su sensación en cuanto a la llegada de estas nuevas formaciones a la política, los casos de Podemos y de Ciudadanos?

R.– Son fruto de lo que hemos querido los españoles en un momento histórico determinado.Una crisis económica ha hecho que la gente se desencantara de muchas cuestiones y, entre ellas, de las opciones más antiguas, como los partidos tradicionales. ¿Qué grado tendrán de consolidación estos nuevos partidos? El futuro lo dirá. Hoy por hoy hemos visto que los resultados de las elecciones generales del 26-J no apuntan a la consolidación de estos nuevos partidos.

¿Qué ocurrirá de aquí a la próxima legislatura, que yo espero que sea dentro de cuatro años a nivel nacional? Pues es muy difícil predecirlo. Va a estar en función de cómo operen estos partidos, de cómo esté la situación económica de España, y de cómo podamos los partidos adaptarnos a la nueva realidad, desde el punto de vista de aspectos importantes como pueda ser la renovación, la regeneración, la participación... Que seamos cada vez un partido más abierto.

P.– Imagino que a usted, como al alcalde de Salamanca y al presidente de la Junta de Castilla yLeón, le tranquiliza más este giro que ha dado Ciudadanos, acercándose al PP...

R.– A mí me gusta más. Sí, me tranquiliza, pero sobre todo me gusta más, porque yo prefiero estar con los que entiendo que son más cercanos a mí. Pero vamos a ver cómo evolucionan los acontecimientos. Yo creo que es demasiado pronto todavía.Acabamos de ver la situación que se acaba de producir en el Congreso de los Diputados, vamos a ver cómo van avanzando los acuerdos hacia un hecho que es el que nos tiene que importar: ver si somos capaces de darnos un nuevo gobierno, que sepa tirar del carro del crecimiento económico para acabar de salir de la crisis económica profunda en la que todavía estamos.

P.– En el caso de Podemos, que en la sesión de investidura vilipendió a todo el que estaba por aquí; que en un año se ha limitado a votar en contra incluso de sí mismo, y a cobrar el sueldo que tanto repudiaba...

R.– El diputado de Sí Se Puede, como usted dice, hizo un discurso en el momento de la investidura con el que yo no estoy nada de acuerdo, pero sin lugar a dudas en este año él ha ido conociendo cada día más y mejor la institución, y yo creo que habrá cambiado de opinión... Pero en todo caso, eso habrá que preguntárselo a él, lógicamente.

P.– Pero tendrá que trabajar algo para justificar el sueldo que está cobrando, ¿no?

R.– Yo creo que ellos están trabajando.En todos los plenos presentan una proposición. En muchos casos proposiciones que son aprobadas por unanimidad. En este último Pleno han presentado una proposición en relación con las personas con discapacidad en el medio rural, y todos los grupos políticos nos hemos puesto de acuerdo.

Están haciendo una labor, y conociendo cada día más la realidad de esta institución, lo que representa, y conociendo la realidad de nuestros pueblos.

R.– Cuando Ciudadanos votó en Pleno, inesperadamente, en contra de las Ubost, justo cuando a nivel nacional estaba ‘coqueteando’ con el PSOE para formar un gobierno, ¿usted se preocupó?

R.– Lo que pasó es que se abstuvieron en Comisión, y luego cambiaron el voto en el tránsito al Pleno. Es un cambio legítimo, pero de ahí vino la sorpresa. No tanto preocupación como sí sorpresa. ¿Que coincidió en el tiempo? Bueno, hablando después con ellos, yo creo que era una directriz de partido a nivel de Comunidad, y ahí quedó.

P.– ¿Forma parte de su ADN, eso de ser cambiantes?

R.– No. Forma parte de una directriz específica que en cuanto a la ordenación del territorio estaba marcada desde las instancias regionales. Creo que fue así. Tampoco hemos indagamos más.

P.– Gobernar en minoría ha llevado a aprobar asuntos poco habituales. Por ejemplo, la última proposición en Pleno sobre la elaboración de un mapa de fosas comunes de represaliados de la Guerra Civil y el Franquismo, y el apoyo presupuestario a las excavaciones. ¿Cómo se sustantivará esta iniciativa?

P.– Sí es cierto que ha habido un cambio importante, un giro, en relación a todos los aspectos relativos a la memoria histórica. Es una proposición que plantea Valladolid Toma la Palabra, a la cual nos sumamos todos los grupos, de manera unánime. Habilitaremos la partida correspondiente para ver cómo canalizamos la ayudas necesarias para colaborar con las distintas asociaciones desde el año 17. Aún no se sabe en qué cantidad ni de qué forma.

P.– Dos concejales del PP han secundado la moción de censura en Valdestillas, apoyando a un candidato de Ciudadanos. ¿Era necesario?

R.– La moción de censura es un instrumento legal, pero a mí no es un instrumento que me guste. No me parece la mejor manera de gestionar determinadas situaciones. Lo que sí que es cierto es que en determinadas circunstancias se hace inviable la gobernabilidad en un Ayuntamiento.

Nuestros concejales en Valdestillas nos transmitieron que la situación no era para mantenerse en el continuismo. Yo creo que ahora, después de que esos acontecimientos de crispación, que a nadie le gustan, se han resuelto, yo espero que las aguas vuelvan a su cauce con toda normalidad.

P.– Puede que las diputaciones necesiten algunos cambios para sacudirse ese poso decimonónico que puedan tener... ¿Usted cree que se deben iniciar esos cambios?

R.– Aparte del reconocimiento constitucional, 15 millones de habitantes en este país viven en el mundo rural. Uno de cada cinco habitantes, el 20%, vive en municipios de menos de 5.000 habitantes. En una provincia como Valladolid, el 76% de los municipios tiene menos de 500 habitantes. Por eso tiene que haber una administración que asista, que coopere con ese mundo rural en comunidades como Castilla y León o provincias como Valladolid. Las diputaciones son un instrumento necesario.

Ahora bien, constatada la necesidad de su existencia, sí es cierto que deben afrontar una serie de adaptaciones, de cambios que las pongan a la altura del siglo XXI. A mi modo de ver, son tres los cambios fundamentales que hay que afrontar. En primer lugar, una clarificación competencial. Tenemos que saber exactamente qué le corresponde a cada institución.

En segundo lugar, algo que muchos hemos venido reclamando, en el desierto diría yo, que es que necesitamos una financiación local suficiente. Hace 38 años, el Título VIII de la Constitución creó las comunidades autónomas, que inmediatamente tienen su financiación propia y específica. Y todavía no nos hemos sentado para que se dote de una financiación adecudada, justa y suficiente al mundo local, tanto ayuntamientos como diputaciones provinciales. ¿Cómo voy a gastar, y en qué, si no sé cuánto tengo para gastar? Esta es la situación en la que nos encontramos.

Y la tercera gran reforma, el sistema de elección de los diputados. Ahora es un sistema de elección indirecta, de los concejales para concejales. Es el momento de que se aborde mediante una modificación en la ley electoral, a través de la cual sean los propios vecinos de nuestros pueblos los que elijan a los diputados provinciales, de entre los propios concejales.

Los vecinos de la provincia de Valladolid tienen que decir si el presidente de la Diputación merece que continúe o tiene que cambiar. No tiene por qué ser a través de la estructura de los partidos o la elección indirecta. El objetivo es conseguir unas diputaciones modernas, adaptadas al siglo XXI.

También hay un cuarto gran ámbito de actuación, que es gestionar aquellos servicios que los municipios decidan voluntariamente, como por ejemplo se está haciendo, aquí en Valladolid, con el plan de ruinas.

P.– En ese caso, sería incoherente que representantes de municipios de más de 20.000 habitantes, como es su caso, o el caso del presidente de las diputaciones de Soria o Burgos, entre otras, tuviesen responsabilidades en las diputaciones.

R.– Actualmente cinco diputados provinciales de Valladolid proceden de municipios de más de 20.000 habitantes.La ley lo permite, pero eso que dice usted tiene todo el sentido. Los diputados podrían ser elegidos por municipios de menos de 20.000 habitantes.

P.– Entre esas reformas, ¿es necesario incorporar transparencia? En las últimas semanas la diputada de Ciudadanos acusó de falta de transparencia a la Institución en los contratos menores de Sodeva...

R.– En la Diputación de Valladolid trabajamos con unos estándares de transparencia dentro de lo que nos marca la ley, incluso mejorados. Es obra del trabajo realizado por los funcionarios y trabajadores de esta casa, y por las diferentes corporaciones. Pero todo lo que suponga ahondar y ganar en transparencia, bienvenido sea, y hacerla compatible con la eficacia y la eficiencia. Es una opción querida por todas las formaciones políticas.

P.– Hay dos grandes tropelías administrativas en esta Comunidad, en cuanto a dinero público gastado de forma estéril. Una es la Ciudad de Medio Ambiente de Soria, y otra es Meseta Ski, aquí en Valladolid, donde incluso se ha tenido que tirar parte de lo hecho. Después de tanto dinero invertido y estancado, ¿para cuándo va a ser eso una realidad por fin?

R.– Meseta Sport es un proyecto que nace con la idea de dinamizar desde un punto de vista económico y social la zona sur de Valladolid. Hubo unos errores que constata la Administración de Justicia y nosotros, aceptando esas resoluciones jurisdiccionales, readaptamos el proyecto de Meseta Ski a Meseta Sport. En esa fase es en la que estamos, pero yo no me atrevería a calificarlo de tropelía.

Hace pocas fechas hemos obtenido la declaración de impacto ambiental, ahora estamos en fase tanto de autorización de uso excepcional de suelo rústico por parte del Ayuntamiento de Tordesillas como de las correspondientes licencias. Cuando tengamos claro todo eso, y que se ha ejecutado la sentencia adecuadamente según los órganos jurisdiccionales, procederemos a ejecutar el proyecto, adaptado a la nueva realidad, para dinamizar la zona sur de la provincia.

No me comprometería a decirle un plazo, porque ahora dependemos de otras administraciones. Nosotros ya tenemos una partida en los presupuestos. En cuanto lo tengamos nos pondremos manos a la obra. Yo creo que en los primeros meses de 2017 podría ser una realidad la licitación. Pero ya tenemos la experiencia, y sabemos que no podemos hacer nada sin la certeza de que estamos haciendo las cosas bien.

P.– Quién les iba a decir a ustedes que al final sería el PP el que suprimiera el Toro de la Vega...

R.– Son las Cortes de Castilla y León las que han decidido que el torneo del Toro de la Vega se celebre en otras circunstancias. Fue un decreto del Gobierno regional, pero lo convalidaron las Cortes con consenso de todos los grupos salvo la abstención de Ciudadanos.

Ahora, tanto el alcalde de Tordesillas como el portavoz del PP tienen mucho mérito en canalizar los sentimientos de los tordesillanos, que son comprensibles. Vamos a poner todos lo mejor para que las cosas se conduzcan de forma tranquila y conforme a la legalidad. Por otra parte, hay que dar tiempo al tiempo para que se resuelvan los recursos que el Ayuntamiento de Tordesillas pueda presentar. Es una decisión legítima que le corresponde, celebrarlo o no, cambiar o no el reglamento hasta que se resuelvan las cuestiones legales que planteen.

Las tradiciones no son sólo repeticiones. Necesitan una adaptación a los nuevos tiempos. Y las Cortes de Castilla y León es lo que acaban de hacer: adaptar el Toro de la Vega, tan enraizado en la provincia, a los nuevos tiempos.

P.– ¿Le intranquiliza que Ciudadanos ponga como condición para un pacto la supresión de las diputaciones? ¿Su partido claudicaría a cambio de un gran acuerdo?

R.– Lo único que me preocupa es que España pueda salir de la crisis. Para eso necesitamos un gobierno estable, serio y responsable. El PP cree profundamente en el mundo rural, y en las diputaciones como respuesta a sus necesidades. No sé si Ciudadanos pondrá el asunto sobre la mesa, pero estoy convencido de que el PP no va a poner como moneda de cambio de ningún acuerdo la existencia de las diputaciones.

Mariano Rajoy fue presidente de la Diputación de Pontevedra. Sabe perfectamente lo que hacen las diputaciones. Sabe cuál es el trabajo para cada uno de los vecinos, alcaldes y concejales. Y en territorios como la Comunidad gallega, Castilla y León o Andalucía, es un papel clarísimo, fuera de toda duda.

Cargando contenidos...