El Colegio de Economistas dice que la «incertidumbre» frena la inversión

Un buen número de empresarios de Castilla y León han detenido planes que necesitaran de nuevas inversiones o contrataciones, debido a la «gran incertidumbre» del país por su «inestabilidad política» al carecer de un Gobierno estable. Así lo subrayó ayer el decano y presidente del Colegio de Economistas de Valladolid, Juan Carlos de Margarida, durante la presentación del Observatorio Económico de Castilla y León referido al cuarto trimestre de 2015.

De Margarida se refirió a la «duda existencial» que tienen los emprendedores, ya que desconocen qué políticas estructurales pondrá en marcha el próximo Ejecutivo o si frenará algunas de las reformas que se han llevado a cabo hasta la fecha. También aprovechó el momento, en declaraciones que recogió Europa Press, para hacer un llamamiento a los distintos partidos políticos para que se pongan de acuerdo ante la «necesidad de mantener el actual rumbo de la economía».

Esa incertidumbre es una «debilidad» de la economía nacional, para la que auguró un crecimiento del 2,7% en 2016, frente al 3,2% que registró en 2015. «Parece una caída brusca pero realmente sigue ganando, aunque en menor cuantía», explicó. En el caso de Castilla y León, las previsiones del Colegio de Economistas sitúan el crecimiento del PIB en un 2,6%, una décima menos que la media nacional, un cálculo «prudente» en el que está descontada ya esa inestabilidad política que tendrá efectos en la evolución económica del primer semestre.

Margarida reconoció la «tranquilidad» que supone la estabilidad del Gobierno de Castilla y León y las «bondades» del Diálogo Social, que podrían atraer inversiones a la región, donde ya se ha registrado un incremento de empresas. 734 sociedades limitadas y 1 sociedad anónima se crearon en el cuarto trimestre en Castilla y León, mientras que se disolvieron 327 sociedades mercantiles. Supone un ascenso del 32,91% respecto del trimestre anterior.

También definió el ciclo económico de Castilla y León como una economía en expansión y constató un cambio del modelo productivo en el que ha ganado y ganará más peso la industria (ya lo ha hecho, sobre todo en el sector de la agroalimentación), en detrimento del sector servicios, con un «pequeño repunte» de la agricultura. Otros factores positivos son un incremento del PIB per cápita en la Comunidad, si bien es negativa la caída de población, que la sitúa como la de mayor nivel de envejecimiento del país.

En cuanto al mercado laboral, reconoció signos de mejora, si bien admitió también que los empresarios están generando ahora «el empleo justo y por el menor tiempo posible». De hecho, la tasa de actividad prácticamente mantiene los resultados del trimestre anterior al situarse en el 54,86% (-0,02%). La tasa de paro se situó en el 17,58% lo que supone, con respecto al cuarto trimestre de 2014, un descenso del 13,31%.

De Margarida advirtió una tendencia al alza en la conversión de contratos temporales en indefinidos, aunque aún insuficiente. El 93% de los 61.304 contratos registrados en diciembre fueron temporales.

Entre las debilidades de la economía regional, el decano de los economistas advirtió del incremento del déficit público, que habrá que reducir de forma «drástica». La Comunidad ya debe el 19,5% de su PIB, lo que se traduce en 10.501 millones de euros, aunque el porcentaje aún es menor que la media española, que alcanza el 23,6% del PIB.

El Colegio destacó como oportunidades para el crecimiento de la economía en Castilla y León el menor precio de la energía y la inyección de liquidez del Banco Central Europeo (BCE), por lo menos hasta marzo del próximo año 2017.