Alta Velocidad negociará su deuda con el ‘pool’ bancario para salvarse

Los miembros de la Sociedad Valladolid Alta Velocidad (SVAV) llegaron ayer a un acuerdo para salvar de la liquidación a la entidad mercantil y darle un futuro viable. Los bancos, así, podrán cobrar las deudas pendientes. Sin embargo, la operación del soterramiento del ferrocarril a su paso por el casco urbano, fin último por el que se constituyó, permanece en el aire.

Así se desprende de las palabras pronunciadas ayer por el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, a la salida de la reunión del Consejo de Administración de la SVAV, que sentó en la misma mesa al secretario de Estado de Infraestructuras, Transporte y Vivienda, Julio Gómez-Pomar; el consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones y el primer edil vallisoletano.

Puente advirtió que la creación de un nuevo marco puede implicar, «indudablemente», el redimensionamiento del soterramiento. «Lo que está claro es que si hablamos de un plan de viabilidad para la Sociedad [la SVAV], tenemos que tener planteamientos realistas, que sean realizables. Ya no valen cuentos de la lechera», dijo. El regidor evitó pronunciar la palabra ‘soterramiento’ en su comparecencia ante los medios de comunicación, para llamar al proyecto «operación de integración ferroviaria en Valladolid».

Todos los socios reunidos ayer se mostraron, por otra parte, satisfechos al término del encuentro. El propio Gómez-Pomar valoró la reunión: «Yo creo que felizmente hemos alcanzado un acuerdo de cómo afrontar la situación», dijo. «En primer término se va a proceder a una renegociación con el pool de bancos sobre los términos de financiación de la sociedad», explicó. El secretario de Estado apuntó que la Junta de Castilla yLeón se ha prestado a asumir «un papel de liderazgo» en el proceso, al que marcó un plazo de hasta el 30 de marzo.

Aparte de la financiación, que busca ampliar los plazos para devolver el préstamo de 400 millones de euros, y mejorar las condiciones financieras –se suscribieron a principios de la década de los 2.000 a un interés de Euribor más 4%–, la SVAV elaborará un plan de viabilidad que permita revisión del convenio de 2002, que establece los términos objetivos y las responsabilidades de las partes.

El Consejo de Administración de la SVAV abordó también la situación de los talleres de Renfe. «Estamos todas las instituciones perfectamente alineadas», dijo. «Queremos una puesta en marcha lo antes posible». Para conseguirlo, estudiaron las «limitaciones de orden operativo que todavía hay», como el acopio de material y la formación de operarios. Al mismo tiempo se explorará «un convenio para que aun manteniendo la Sociedad todavía la propiedad de los talleres, pueda Renfe trabajar en ellos y dar solución lo antes posible», aunque no puso plazo al traslado.

En cuanto a la aportación de más fondos por parte de Renfe, Gómez-Pomar anticipó que ésta es consciente del valor de los nuevos talleres que se van a poner a su disposición, y esa circunstancia «se tendrá que reflejar en la revisión del convenio».

Por su parte, Suárez-Quiñones se mostró convencido de que las entidades financieras tienen ánimo de negociar, ya que las condiciones del préstamo «no se corresponden con las condiciones financieras del mercado actual».

El alcalde de Valladolid, muy crítico durante los últimos meses con la deuda de la SVAV, manifestó que entre las condiciones de mejora de la financiación se incluiría un periodo de carencia. Unas condiciones, en resumen, que se mostró convencido de que los bancos aceptarán.