Diario de Valladolid

CÁTEDRA DE SINDICALISMO Y DIÁLOGO SOCIAL

Méndez y Toxo piden que el modelo «se exporte» a España

Reclaman la reversión de la reforma laboral y el diálogo social como cura de humildad política

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Miguel A. Vergaz

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Un considerable revuelo mediático esperaba a primera hora de la mañana al tándem formado por el secretario general del CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y su homólogo en UGT, Cándido Méndez. Ambos respaldaron con su presencia el arranque de la Cátedra de Sindicalismo y Diálogo Social que germinó en las cabezas de sus máximos representantes en Castilla y León, Ángel Hernández y AgustínPrieto, y que fue recogida con prontitud por la Universidad de Valladolid.

Sus primeras palabras fueron de felicitación para los dos sindicatos en Castilla yLeón y para la universidad, para a continuación poner como ejemplo a la Comunidad de un modelo de diálogo social que debería ser «exportable» al resto de la geografía nacional. «Esta es una Comunidad que aguanta el tipo», afirmó de manera gráfica Toxo.

Una vez dentro del Paraninfo, la solemnidad de la ocasión les llevó a una visión retrospectiva del papel de los sindicatos en la consolidación de la democracia en España, así como de los retos del futuro entre los que destaca uno con carácter inmediato: la derogación y reversión de los efectos de la reforma laboral puesta en la marcha por el Gobierno de Mariano Rajoy.

Ambos recordaron también que el diálogo social será la única forma de un nuevo de Gobierno que tras el 20-N, «cualquiera que sea su color», carecerá de mayoría absoluta y necesariamente tendrá que «ser humilde».

En su intervención, Cándido Méndez destacó ante todo los efectos negativos que en los últimos años ha representado «el brutal aumento de los recortes sin las necesarias medidas de acompañamiento» que considera que «deberían haber venido de la mano del diálogo social y la negociación colectiva».

Para Méndez, el sindicalismo y los trabajadores se enfrentan a un capitalismo financiero que, al contrario que otras formas de capital productivo, «quiere afirmar un poder y no admite ningún contrapoder», lo que condena a la exclusión y la incertidumbre a la mayor parte de la sociedad.

El resultado de todo ello es, para el veterano sindicalista, «allanar el camino del populismo –democracia sin ley– y de los nacionalismos, en donde la culpa de los problemas se echa a los de fuera».

Después de recordar que el sindicalismo contribuyó a la creación de una fuerte clase media a partir de la Transición y que ahora la obtención de un trabajo no es salvaguarda contra la pobreza, señaló que los tres desafíos de futuro son la concertación a través del diálogo social, la obtención de una bolsa de «buenos empleos» y la redistribución de la riqueza.

Más polémica fue la intervención de Fernández Toxo que, aunque felicitó reiteradamente a la Junta por su talante negociador, también afirmó que poco podía hacer con los límites presupuestarios, una afirmación que le fue discutida luego por AgustínPrieto y el propio Hernández, que defendieron que se habían logrado acuerdos valiosos incluso con esas limitaciones.

Toxo denunció al Ejecutivo de Mariano Rajoy por haber planificado de antemano un alejamiento de los acuerdos con los sindicatos y cuya reforma laboral abortó el pacto alcanzado con los empresarios. «Deben saber que si esa reforma no hubiese sido decretada los sindicatos habríamos llegado a la modificación del Estatuto de los Trabajadores porque éramos conscientes de las dificultades de la situación económica», aseguró, para explorar formas de «flexibilidad» que no llegaran al despido.

El secretario general fue especialmente duro con la Unión Europea. A su juicio, a UE fue un impulsor decisivo del diálogo social cuando España entró a formar parte de ella. «Ahora, lo diré de manera brutal, se ha convertido en una rémora pues lo ha sustituido por la Troika», remarcó.

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