Empresas
La familia como fortaleza para el éxito de un negocio
Galardonado un doctorando de la UVA en un Congreso Internacional de México por una tesis para evitar conflictos emocionales en empresas
Rodrigo Basco, Isabel Suárez, Ismael Barros, Álvaro Cuervo, Juan Corona, y Mariano Nieto, al presentar la tesis.-E.M.
El engranaje de una empresa puede presentar problemas si las principales piezas que lo hacen funcionar friccionan por cuestiones externas al propio mecanismo. Es lo que sucede cuando en una sociedad familiar los problemas de índole personal se mezclan con los estrictamente profesionales, aunque hay fórmulas para evitar este tipo de interferencias y para lograr, además, mejores resultados empresariales.
Un estudio relacionado precisamente con este tipo de conflictos, realizado por Ismael Barros Contreras dentro de la tesis doctoral desarrollada en el Departamento de Organización de Empresas y Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Valladolid, acaba de obtener el máximo galardón en el Foro Regional IFERA 2015.
Se trata de un congreso de investigación internacional sobre la empresa familiar organizado por la asociación estadounidense International Family Enterprise Research Academy, que se celebró la semana pasada en México, según explicaron fuentes de la UVA.
Barros Contreras, que en la actualidad ejerce como profesor en la Universidad Austral de Chile, analizó para su tesis la «riqueza socioemocional» en empresas familiares y observó la posibilidad de que existan conflictos internos cuando lo afectivo inunda el terreno profesional.
La solución es la firma de unos «protocolos» donde se deje claro cuál es la jerarquía, las funciones que asume cada persona dentro del negocio y que las generaciones futuras hayan recibido información específica previa antes de incorporarse a la empresa.
Además de elaborar este documento, el profesor Juan Hernangómez, encargado de la supervisión de la tesis del doctorado galardonado, destacó también la importancia de que la propia familia no sólo mantenga la propiedad de la empresa, sino que también se encargue de la dirección, pues se obtienen mejores resultados que si delegan dicha función y únicamente esperan dividendos.
Un difícil pero beneficioso equilibrio que, además, garantiza la pervivencia de la cultura y los valores que sustentaron el nacimiento de la empresa familiar.