Diario de Valladolid

SANIDAD

Satse culpa a los médicos de presionar al Gobierno para no autorizar a los enfermeros la prescripción genérica de medicamentos

El sindicato y el Colegio de Enfermería califican de “radicalmente contrario a las expectativas” el real decreto aprobado en octubre que en la “lógica debía liberar a lo médicos, que se sienten atenazados”

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ICAL

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El sindicato de Enfermería Satse culpó a las presiones de los médicos de la decisión adoptada por el Ministerio de Sanidad de no autorizar a los enfermeros la prescripción genérica de medicamentos de forma autónoma. El colectivo se queja de que sólo pueden hacerlo con aquellos productos no sujetos a esa obligatoriedad, tras la aprobación de un real decreto el pasado mes que lo “supedita a la aprobación de un médico” y que echa por tierra una demanda histórica.

Así lo denunció hoy la secretaria provincial de Satse en Valladolid, Cristina Rodríguez, quien sostuvo que el real decreto es “radicalmente contrario a las expectativas” que se habían formado. Recordó que es un “empeño” que existe desde 2009, con una redacción “consensuada y apoyada por los consejeros de Sanidad de todas las autonomías y por el Consejo de Estado, pero que de forma sorpresiva ha cambiado un punto de gran relevancia”. “Ahora, la prescripción de la enfermera pasa a depender siempre de que un médico lo avale o decida”, criticó.

Actualmente, añadió, en la práctica las enfermeras prescriben en algunas situaciones, pero “este RD lo pone en tela de juicio”. Como ejemplo citó las aplicaciones de vacunas o pomadas que se utilizan continuamente para curas, “productos que se utilizan sin pasar por prescripción médica, pero que este real decreto legalmente no respalda”. “No sólo no hemos avanzado, sino que hemos retrocedido varios pasos”, reprochó.

En este sentido, recordó que hace más de un año el Bocyl publicó un pacto entre sindicatos y la Consejería de Sanidad para impulsar el desarrollo profesional de enfermería y “de los once puntos que incluía, ninguno se había puesto en práctica a final de legislatura”. “Y todo ello, por colectivos médicos que presionan, porque el sistema está hecho por y para los médicos y sólo se debe a presiones ejercidas, igual que ha sucedido en Castilla y León”, espetó.

Profesionalmente, explicó que la “lógica dice que los enfermeros liberarían de carga a los médicos, pero el resultado final es que se sienten atenazados y les asusta la pérdida de autonomía e independencia”.

Por último, culpó también a los políticos del Partido Popular por ser los responsables de esta situación “al haber gobernado estos años en los que se han dejado presionar por la profesión médica”.

Deja inconforme a los enfermeros

El Real Decreto que regula la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos y productos sanitarios de uso humano por parte de los enfermeros se aprobó por el Consejo de Ministros en el mes de octubre. Se trata de una competencia prevista en la legislación desde el año 2009 y en la actualidad está en el texto refundido de la Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios.

Con esta regulación, la capacidad de prescribir medicamentos sujetos a prescripción médica sigue siendo de los médicos, odontólogos y podólogos en el ámbito de sus competencias, como se preveía en la Ley de Garantías de 2006, un extremo que no gusta a los enfermeros, pues en los primeros pasos del documento sí contaban con esa capacidad y autonomía total.

En este sentido, según argumentó el Ministerio de Sanidad, “la aplicación de los principios de atención sanitaria integral y de continuidad asistencial a la realidad de la existencia de espacios de competencia compartidos por distintos profesionales sanitarios y la necesidad de establecer organizaciones multiprofesionales en las que prime el trabajo en equipo basado en criterios de conocimiento y competencia profesional ha servido de fundamento para la modificación legal y, como consecuencia de ello, se ha producido una atribución de competencias a enfermeros que contempla dos tipos de actuaciones”.

En primer lugar, la facultad para, de forma autónoma, indicar, usar y autorizar la dispensación de medicamentos no sujetos a prescripción médica y productos sanitarios, mediante una orden de dispensación. En segundo, poder indicar, usar y autorizar determinados medicamentos sujetos a prescripción médica una vez que se regule la aplicación de protocolos y guías de práctica clínica y asistencial, de elaboración conjunta, acordados con las organizaciones colegiales de médicos y enfermeros y validados por la Agencia de Calidad del Sistema Nacional de Salud.

Esta facultad será objeto de seguimiento por parte del profesional sanitario que haya determinado el protocolo o guía clínica de indicación, a los efectos de su adecuación al mismo, así como de la seguridad del proceso y de la efectividad del tratamiento.

 

 

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