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LA ESPUELA : ENTREVISTA A VIDAL RODRÍGUEZ, ACTOR

«El Don Juan canalla y malote ya no se lleva, se tiene que adaptar a los nuevos tiempos»

Más de 22 años como actor de teatro y más de una década siendo el Don Juan Tenorio vallisoletano del grupo ‘Amigos del Teatro’. Un año más se ha preparado para estrenar una obra adaptada por Carlos Burguillo de la que asegura que su puesta en escena es muy vistosa. Además destaca su vestuario que ha sido utilizado en cine y en series de TV

ESTRENO EN CASA DEL AUTOR. En la cripta de la iglesia de los Franciscanos, la compañía vallisoletana prepara desde hace semanas con intensidad una obra que se estrena en el Teatro Zorrilla hoy en doble sesión, y los días 5, 6 y 7 de noviembre.-Pablo Requejo

Publicado por
J. I. Fernández

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Pregunta.- ¡Cuál gritan esos malditos! ¡Pero mal rayo me parta si, en concluyendo esta entrevista, no tengo un titular!

Respuesta.- (Risas). Pues vayamos a ello.

P.- ¿La entrevista se la hago en verso o en prosa?

R.- En prosa mucho mejor. Una de las principales dificultades de interpretar la obra es el verso. Y más aún si es de José Zorrilla, que se le sabe mucha gente, y no te puedes apartar de la literalidad.

P.- ¿Cómo surge lo de ser Don Juan Tenorio?

R.- En el grupo de teatro en el que estaba hacia pequeños papeles, un día, Pedro Martín me animó a participar en la obra, al principio eran papeles menores pero al fin, logré ser Don Juan.

P.- ¿Qué perfil hay que tener para ser el protagonista?

R.- Es un personaje muy potente. Retador, pendenciero y golfo, tienes que estar todo el tiempo en un perfil de agresividad. Te exige mucho, tanto físicamente como de concentración. Son dos horas y media de obra, y sobre la escena estoy más de dos.

P.- Diez años haciendo de Don Juan Tenorio. Algo se le habrá pegado, ¿no?

R.- Para nada. Fíjate que siempre busco algo de nexo de unión, por pequeño que sea, con el personaje que voy a interpretar, pero en este caso no encuentro nada.

P.- ¿Cuánto se tarda en aprender una obra de estas características?

R.- Tiene su trabajo. Lo importante es darle los matices. Te puedes aprender el verso, pero la intención es no soltarlo como si fuera dar la lección en el colegio. La dificultad radica en darle los matices para que los espectadores se olviden que es una obra de teatro, y piensen que es la realidad.

P.- ¿Y de verdad se lo sabe entero de memoria?

R.- Debería. (Risas)

P.- ¿Alguna vez se le ha olvidado estando en escena?

R.- Gracias a Dios, no. Pero he soñado miles de veces que me ocurre, pero afortunadamente no.

P.- No es verdad ángel de amor que en esta apartada orilla…entre usted y yo… ¿cuántas veces ha utilizado estos versos para ligar?

R.- (Risas). Ninguna. Yo ya estoy y no me hizo falta. Me llegó tarde.

P.- Seguimos usando lo de ‘Juan Tenorio’ como algo positivo, cuando queda demostrado que este personaje es un mujeriego, un traidor, vanidoso…

R.- Según vas conociendo al personaje te das cuenta de que es un auténtico canalla. Por eso se tiene que redimir con la pureza de Doña Inés. Cuando vino la actriz Blanca Portillo, que hizo una versión muy libre de la obra, tuve la oportunidad de hablar con ella, y me preguntó cómo veía sl personaje. Le contesté «como un canalla»… bueno no dije esa palabra, pero sí parecida. (risas).

P.- En algunos aspectos es el típico machito que se deja llevar por los amigos.

R.- Puede ser. Por ejemplo en el reto responde a la provocación de Luis Mejías. Pero como romántico que era Zorrilla, refleja un ser muy libre. Es ese personaje sin moral, que llega a rozar el nihilismo, algo que le lleva a la barbarie.

P.- Hablando de la apuesta que realiza con don Luis Mejías. Es la típica conversación de bar que dices: ‘no hay huevos’ a ligarte a una novicia.

R.- Eso es. En ese momento Don Juan se deja llevar por su orgullo. Supongo que eran personas de un estatus social alto que no estaban acostumbradas a que se les dijera que no a algo.

P.- Don Juan Tenorio necesitaba un día para enamorarlas y otro para conseguirlas. ¿Incluso para conquistar a una vallisoletana?

R.- (Risas). Le costaría un poco más, pero seguro que sí. Date cuenta que Zorrilla era de la tierra y tendría que tener práctica con ellas. El autor tuvo una vida amorosa muy tormentosa también.

P.- Se pavonea de sus conquistas, cuenta detalles de las relaciones, se mete en peleas... Hoy en día Don Juan sería carne de ‘Sálvame Deluxe’.

R.- (Más risas). Te capto la idea, pero no creo que se molestara en ir a esos sitios. Él era un pájaro de no anidar en ningún sitio.

P. - ¿A qué personaje del mundo del corazón le podemos asociar?

R.- Es complicado. Dentro de que era un canalla y un mal tío, era una persona viajada y vivida. Ahora mismo la gente del famoseo es demasiado banal y sin vida a las espaldas.

P. - Cada año más gente acude al Teatro Zorrilla para ver la obra. ¿Por qué nos gusta tanto en Valladolid?

R.- Que el autor sea vallisoletano, tira. Pero también porque gusta a varias generaciones. La gente joven va con reservas, por eso del verso, y luego se encuentra con una obra con intensidad, de acción, que atrae mucho.

P.- Su querida doña Inés es uno de los personajes más ñoños de la literatura. ¿Está de acuerdo?

R.- La verdad es que sí. Para una actriz es difícil de interpretar. Pero estamos en el Siglo XIX y es el papel que tenía la mujer en esa época. Es el siglo más misógino. Pero ahora las interpretaciones de los directores, por ejemplo en esta Carlos Burgillo, ya hace una doña Inés más inteligente, que conoce lo que quiere y que se arriesga por amor.

P.- Si Don Juan Tenorio levantara la cabeza…

R.- Pues se daría cuenta de cómo han cambiado las cosas. De ahí viene una de las polémicas existentes en nuestros tiempos. Zorrilla lo escribió como personaje canalla y pendenciero. Un hombre de la época, admirado por eso de estar fuera de la ley, de ser el malote, pero ahora tendría que adaptarse a una nueva sociedad. El teatro nos informa y nos enseña una época.

P.- Muchos actores tienen un Tenorio en su currículum, ¿con cuál se queda?

R.- No sabría decirte. Todos recordamos a los famosos de Estudio 1, como Paco Rabal, pero quizás me decante por los locales como por ejemplo Pedro Martín o Ángel María de Pablos, cada uno en su estilo son magníficos.

P.- ¿Qué moraleja saca usted de la obra?

R.- Creo que lo que subyace es que gracias al amor puedes salvar todos tus años de golfería.

P.- ¿Ha notado el teatro vallisoletano el 21% de IVA?

R.- Claro que sí. Se gravó de esta manera en el momento de crisis en el que era complicado venir al teatro y se ha notado mucho.

P.- Entonces… ¿retamos a duelo a Montoro?

R.- No no, deja, que luego nos hace una inspección. (Risas)

P.- Por último, ¿cuándo ha sido la última vez que ha llamado al cielo?

R.- Lo hago a diario…pero ya sabes… llamé al cielo y no me oyó.

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