Diario de Valladolid

Día de los difuntos

El puente reduce la venta de flores

Los cementerios vallisoletanos aprecian una menor afluencia durante el Día de los Difuntos también debido a la lluvia

Una florista prepara un ramo de claveles.-Miguel Ángel Santos

Una florista prepara un ramo de claveles.-Miguel Ángel Santos

Publicado por
Cristina S. García

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La lluvia no dio tregua durante el Día de los Difuntos, y así lo notaron los floristas de los cementerios de Valladolid, que también achacaron la poca afluencia de gente al puente celebrado en Castilla y León.

«El año pasado hubo más familias visitando a sus difuntos», es la opinión de los floristas a las puertas del cementerio del Carmen. Las ventas, que todos los años están a merced de las inclemencias meteorológicas, estos días también han tenido que lidiar con el que la festividad haya caido en lunes, ya que, según explican, «muchas familias han aprovechado para irse de puente».

El viernes ha habido «un poco más de movimiento», coinciden sorprendidos pero satisfechos los floristas, pero también durante el domingo se ha visto «bastante afluencia». Visitantes, eso sí, que acuden al campo santo por las mañanas y durante «un ratillo».

Los dueños de los puestos con más historia, algunos llevan abiertos desde los años 40, explican cómo en estos años se está perdiendo la tradición de visitar el cementerio. «La gente está más preocupada por irse de vacaciones estos días, o disfrazarse para Halloween que en venir a ver a sus muertos», cuenta Arancha. Los floristas constatan que, durante los últimos años, ya solo van al campo santo las personas más mayores, «los habituales», les llaman.

David hace solo tres años que lleva en el negocio de las flores a las puertas del Carmen. «La gente ha venido el viernes y se ha marchado de puente», asevera. Además, explica que «desde el puesto» no se ve «mejorar la economía», ya que «los pocos que compran se gastan menos». Opinión que comparte Enrique, que ahora se encarga del negocio que gestionaba su madre. «Ella trabajaba todo el día aquí, pero yo tengo un trabajo de jardinero por las tardes porque sino, con lo que gano aquí no llego», cuenta.

«En vez de gastarse veinte se gastan diez», explica David, a quien sus clientes, la mayoría personas mayores, le han contado que «es un dinero que se quitan de comer porque tienen que ayudar a algún familiar». «Gastan menos y ponen flores menos veces a lo largo del mes, pero lo entiendes», añade.

Los grandes centros de flores, tan elaborados y cuidados, se han vuelto casi obsoletos, olvidados por una crisis que también ha afectado a los muertos. Ya solo se compran claveles o rosas, pero «alguna pieza suelta», «pocos son los que se llevan un buen ramo», revelan los vendedores.

El negocio de las flores en el cementerio «ha visto días mejores», relatan los pocos que todavía permanecen allí con sus caravanas. «Antes en navidades también había gente, pero cada año menos». Además, «aunque en estas fechas siempre se venda más, hay que hacer balance con el resto del año, que no se vende apenas nada», lamentan.

En fechas como el Día de Todos los Santos y de los Difuntos, donde los floristas venden entre tres y cinco veces más que cualquier otro domingo del año, preocupa la competencia de los ‘itinerantes’, y las ofertas abusivas. «Pasamos 365 días año aquí, pasando frío y calor. Pagamos nuestras licencias y tenemos todos los papeles en regla. Llegan estos días y muchos vienen aquí al olor de las sardinas», narra un comerciante.

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