Nada para recordar tras 125 años

Aunque la mona se vista de seda… Y aunque se vista de goyesca. La corrida de ayer, que conmemoraba el 125 aniversario del coso neomudéjar del paseo de Zorrilla, supuso una tarde para el olvido. Y debía ser una corrida para el recuerdo. Si las efemérides deben tener una dirección esa debe ser la que permita, por una parte, recordar qué sucedió respecto de aquello que se conmemora y, por otra, que lo que suceda ahora sea también merecedor de una digna memoria.

Pues bien, ni lo uno ni lo otro. El propio aspecto de los tendidos y graderíos del coso ya daba a entender, a primera vista, que el cartel no había calado en el público y que los aficionados no estaban por la labor de sufragar el cumpleaños del edificio pasando por taquilla.

Tampoco, ni antes ni durante el festejo, se contó con elementos que pudieran desplazar en el tiempo a los espectadores a la lidia de Lagartijo, El Espartero y Guerrita en 1890. Algún guiño… No era cuestión de traer sangre Saltillo a la plaza en esta fecha y con estos toreros, pero la creatividad debe tener su espacio.

Una tarde sin nada para recordar.