El rechazo vecinal amenaza 4,6M€ de la UE para dos proyectos ‘verdes’

El desinterés vecinal hacia dos proyectos basados en la eficiencia energética, hace peligrar ayudas europeas por un valor de 4,6 millones de euros: 3,6 para el plan previsto en el poblado de Fasa y otro millón en el Cuatro de Marzo. Detrás de esta apatía late, en la mayoría de afectados, un problema económico, ya que cada uno de los beneficiarios debe de aportar 3.000 euros en el caso de la barriada de Renault y 8.500 en el Cuatro de Marzo. Demasiado desembolso, entienden, para una promesa de ahorro energético en el futuro.

Los dos proyectos, el R2Cities del Cuatro de Marzo, liderado por Fusiona, y el Remourban de la barriada de Renault, pilotado por Cartif, fueron presentados de forma pomposa en el Ayuntamiento hace meses, con el gancho de la cuantiosa subvención europea, el liderazgo de los centros tecnológicos que guiarán los proyectos, la adhesión de importantes socios y la aportación del Ayuntamiento.

El entusiasmo institucional y empresarial, sin embargo, se ha dado de bruces en el último mes con la recepción glacial de los vecinos a ambos planes justo a la hora de la verdad:cuando tenían que rascarse el bolsillo para formalizar la petición de ayudas europeas.

El pasado 3 de agosto el Ayuntamiento decidió desistir de instalar una gran caldera de biomasa que hiciera de red de calor de distrito en el Cuatro de Marzo porque no había captado un número mínimo de bloques interesados. En concreto, se necesitaba un mínimo de 10 bloques a favor y se solo se adhirieron siete. «Es que además se quedaba como un proyecto sin sentido, con unas comunidades dispersas y mal comunicadas», explicó el concejal de Urbanismo, Manuel Saravia. En este proyecto la UEprevé unas ayudas de 1.050.000 euros.

Urbanismo trabaja ahora a contrarreloj para buscar otras medidas alternativas de eficiencia energética que permitan mantener la subvención de la UE sin necesidad de instalar una gran caldera de residuos vegetales. Y en este caso la urgencia es máxima, ya que el plazo de solicitud de ayudas es de dos años y ya se han consumido dos.

No repuestos de este jarro de agua fría, los promotores de proyecto conocieron el pasado 31 de agosto que el poblado de Fasa tampoco estaba por la labor de acometer su ‘revolución verde’, un plan que cuenta con ayudas por valor de 3,6 millones de la UE. El Ayuntamiento aportará 1,4 millones y los particulares 1,2 millones, a razón de 3.000 euros por vivienda, ya que afecta a las 398 casas de la barriada.

El proyecto prevé la inversión de más de 7 millones para una intervención de regeneración urbana en el grupo de viviendas, así como para el despliegue de vehículos sostenibles tanto municipales como privados, la mejora de la red de recarga y la difusión de información.

Remourban está liderado por Cartif y cuenta con la participación de un amplio consorcio internacional de 22 socios. El Ayuntamiento de Valladolid y las empresas Acciona, Iberdrola, Xeridia, GMV y Dalkia, serán las encargadas de desarrollar las actuaciones principales.

En este caso, se plantea la actuación en 24.700 metros cuadrados y 398 viviendas en las que residen en torno a mil personas. El principal proyecto se dirige a implantar el suministro de energía basado en fuentes renovables, con calefacción de distrito con biomasa, para calefacción y agua caliente sanitaria y paneles fotovoltáicos en fachada para generación de energía eléctrica. Con ello, se prevé un ahorro del 50% en el gasto energético de las viviendas.

Otra parte, Remourban contará con inversiones para la adquisición de al menos un autobús eléctrico y otro híbrido para la flota de Auvasa, un plan de promoción para la adquisición de en torno a 20 taxis eléctricos, adquisición de dos vehículos eléctricos para la flota del Ayuntamiento, y el desarrollo de una promoción de subvenciones para la compra de 20 vehículos eléctricos privados, y cinco vehículos eléctricos de reparto.

Barrio alternativo

Apesar de las excelencias teóricas de esta actuación, los vecinos del poblado de Fasa decidieron en una asamblea en agosto –con 96 votos en contra, 68 a favor y tres abstenciones– rechazar el proyecto. Con fair play, el concejal de Urbanismo, Manuel Saravia, asumió el desinterés vecinal, pero no se rindió y ya esta preparando «ajustes» al proyecto para seducir a los vecinos.

«La idea es reajustarlo y volver a reunirse con los vecinos para saber si sigue adelante con los cambios que se propongan. Si pese a todo se rechaza, buscaremos otro barrio donde aplicar esta experiencia con el objetivo de que no se escape la subvención. Nuestra intención es no perder la ayuda europea», insistió Saravia. El edil no quiso detallar cuáles son los ajustes que pretende introducir en el poblado de Fasa por deferencia a los vecinos «que son los que los tienen que conocer en primer lugar», precisó. «Tenemos tiempo y no tememos que se pueda escapar la subvención», insistió el edil.

Algo menos optimista se mostró Saravia en el caso del Cuatro de Marzo. «Estamos cambiando la propuesta, ya sin pensar en la caldera de biomasa, aunque aquí vamos muy justos de plazos», advirtió. «Se trata de realizar intervenciones para mejorar el rendimiento energético con medidas pasivas: más aislamiento de fachada y de ventanas, entre otras actuaciones», reveló.

Ahora tratarán de que el officer o supervisor del proyecto dé el visto bueno al plan ‘B’. Para ello el próximo 14 de septiembre una delegación de Cartif acudirá a un encuentro en Bruselas y, si lo admite, el Ayuntamiento hará la convocatoria.