«El Guinness de ondear una bandera española unió lo que no ha unido el congreso»

Es el ‘jefe’ de 15 cuadrillas. Sencillo, humilde y dinámico, este pucelano de 41 años vibra cuando oye los cohetes que marcan el inicio de las fiestas de la Virgen de San Lorenzo. Hoy se la juega con el récord Guinness, en el que las peñas tratarán de reunir al mayor número de personas con gafas de sol. La cita es a las 21.45 horas en la Acera de Recoletos.

Pregunta.- Su nombre es de telenovela, ¿cómo le conoce la gente?

Respuesta.- Todo el mundo me llama Óscar y mis amigos ‘Oskitar, el pequeñín’. Sin embargo, para títulos administrativos tengo que ponerlo todo [dice con voz de pena].

P.- ¿Cómo surgió la idea de la Coordinadora de Peñas?

R.- Queríamos trasladar la fiesta de los pueblos a la ciudad. Así que en 1994, 11 peñas empezamos con esta aventura que no ha parado de crecer hasta hoy.

P.- ¿Qué tiene menos tradición las peñas o el WhatsApp?

R.- Las peñas es una tradición relativamente nueva, pero es imposible concebir las fiestas sin la alegría que aportan.

P.- ¿Su sede no debería estar en el Peñón de Gibraltar?

R.- Ja, ja. Mejor cambiamos el Peñón por el pendón de Castilla. Además, nos gustaría que nuestra sede estuviera cerca de La Antigua, que es el edificio más significativo de los vallisoletanos.

P.- ¿Ya se sabe la canción de Por ser de Valladolid?

R.- Estamos en ello. Con la de veces que la vamos a repetir hoy, estoy seguro de que me la aprenderé de cabo a rabo.

P.- ¿A la juventud actual le define el eslogan ‘Alcohol, alcohol, alcohol, hemos venido a emborracharnos y el resultado nos da igual...’?

R.- A los jóvenes les define el eslogan de la Coordinadora ‘la fiesta vive en ti, porque tú eres parte de esa fiesta’. Estamos alegres y bebemos, pero no bebemos para estar alegres. Es decir, el alcohol no es una condición para disfrutar de la fiesta. Da alegría pero no más que la que compartimos por nuestra manera de ser.

P.- ¿Por qué este año se ha optado por limitar la ingesta de alcohol dentro de la Plaza Mayor durante el pregón?

R.- Lo que queremos es que el desfile se reconduzca a lo que fue en 1994, donde se hacía una degustación de limonada y se repartían caramelos y golosinas. No es lógico enarbolar la bandera de la ingesta desmesurada de alcohol, ni acabar empapados. Para eso se puede habilitar otra actividad como puede ser una mojada popular.

P.- ¿Este año en vez de pregón se podía haber hecho puenting?

R.- [Se ríe]. Sí, además hemos cambiado al León por el Puente.

P.- Mójese, ¿Mercedes Cantalapiedra o Ana Redondo?

R.- Las dos. Con Mercedes hemos tenido un trato exquisito y siempre ha estado a nuestra disposición, nos ha defendido y ha sacado la cara por nosotros. Ana, por su parte, es una persona simpática, agradable, cercana y dicharachera, que nos ha dado total confianza para que la llamemos si tenemos algún problema.

P.- ¿Cuál ha sido el récord Guinness más divertido?

R.- El mayor número de personas ondeando una bandera española. La gente no tuvo complejos en hacerlo, tanto los patriotas como los que no tienen tanto apego a la enseña nacional. El Guinness unió ese día lo que el Congreso no ha unido. Los políticos enredan y muchas veces transfigurar la historia, pero todos tenemos que sentirnos orgullosos de nuestro pasado con sus luces y sombras.

P.- Después del reto de este año, ¿utilizará las gafas de sol para disfrazarse de Stevie Wonder?

R.- Ja, ja. No lo había pensado. Me has dado una buena idea para los próximos carnavales.

P.- ¿A qué político tiraría un frisbee?

R.- A Albert Rivera. Me parece muy simpático.

P.- Durante la partida le podría comentar la ‘hazaña’ de Presencio con la tasa de alcoholemia.

R.- Jesús dijo: ‘Aquel de vosotros que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra’. No podemos criminalizar a nadie por un error. Es verdad que los políticos tienen que dar ejemplo a los ciudadanos, pero a todos nos puede pasar en algún momento.

P.- ¿Su vida es circular, como su parroquia?

R.- No. En mi vida no hay ningún día igual que otro.

P.- ¿Era compatible ser catequista con trabajar en una inmobiliaria...o la confesión lo arreglaba todo?

R.- El amor de Dios es misericordioso y compatible con todo. Los trabajos tienen su lado de honorabilidad y honradez y desde ellos se puede trasmitir la noticia de que Dios es amor y es posible un mundo mejor, más solidario, tolerante y feliz. Cuando vendía pisos intentaba decir la verdad, porque la mentira no conduce a ninguna parte.

P.- ¿Un monitor de ocio y tiempo libre hace un máster cuando está en paro?

R.- Ja, ja. Cuando he estado en paro, he invertido mi tiempo libre en formarme para trasmitir alegría a los distintos jóvenes con los que me ha tocado trabajar a lo largo de los años. Intento educar en valores, pero eso no vende en las redes sociales.

P. - Como economista, ¿estamos saliendo de la crisis?

R.- Hay tres tipos de mentiras, las grandes, las pequeñas y las estadísticas. Depende de donde nos agarremos, unos piensan que estamos saliendo de la crisis, otros que estamos estancados y vamos de mal en peor. Los repuntes les ven las grandes empresas, pero la clase social media, los currantes, tardaremos todavía tiempo en ver esa salida que esperemos que sea lo antes posible.

P.- ¿Su vida es una fiesta como cantaba Raffaella Carrà?

R.- Sí. Un sacerdote me dijo: ‘Procura que todos los días de tu vida sean una gran fiesta’. Por eso, hago una fiesta tomando un café, paseando, ayudando a los demás...

P.- Estos días está muy solicitado, ¿le cansa hablar?

R.- Me gusta, pero tampoco quiero acaparar toda la atención. La Coordinadora de Peñas es como un telediario, uno es la cabeza visible y detrás de él hay un equipo de profesionales que hacen posible todas las actividades.

P.- Su actividad es imparable, ¿qué oculta?

R.- A Jesús. Soy una persona muy normal y siempre pido al Señor que me ilumine en mi día para que todo me salga lo mejor posible.

P.- Habla muy rápido, ¿qué opina de la lentitud?

R.- La lentitud es buena. De hecho, deberíamos apreciar y vivir el momento. Sin embargo, la sociedad nos arrastra y no nos permite detenernos.

P.- ¿Qué limita su libertad?

R.- El respeto a los demás.