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De la percha de Don Salvino al oso panda Chulin

El Museo de Anatomía de la UVA alberga 15.000 tesoros, algunos datan de l860 / La ‘joya de la corona’ es una colección de 113 piezas de cera realizadas por la Casa Tramond de París

Conjunto de huesos.-Pablo Requejo

Publicado por
Estibaliz Lera

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Los cofres del tesoro siempre están bien ocultos. Por eso, no es extraño que el Museo de Anatomía de la Universidad de Valladolid sea tan difícil de encontrar. Situado en el laberíntico corazón de la Facultad de Medicina, este centro no figura en las guías de viajes ni en los catálogos de museos. Sin embargo, es un lugar de peregrinaje para cientos de investigadores de todo el mundo.

Figuras de cera o escayola, instrumental quirúrgico, aparatos médicos, restos óseos de animales, cráneos humanos, esqueletos completos… Entrar en este gabinete de curiosidades es sumergirse en el pasado, volver a tiempos donde los profesores utilizaban estos modelos para que sus alumnos pudieran conocer los casos que pasaban por sus manos.

«Nació en 1865 con fines pedagógicos», explica Juan Francisco Pastor, director del museo. «En el pasado los estudiantes necesitaban conocer el funcionamiento del cuerpo humano y no había muchos cadáveres para el análisis, así que había que usar otros métodos», añade.

Cada vitrina es una sorpresa. No es de extrañar, ya que este enclave alberga cerca de 15.000 artículos. El más antiguo es un conjunto de piezas de escayola datadas en 1860. «Se trata de 100 bajorrelieves procedentes de la colección Velasco». ¿Y la más rara? El profesor Pastor cuenta que la más difícil de conseguir fue un esqueleto completo de un panda gigante. «Nos avisaron del zoo de Madrid que había muerto el oso Chulin y fuimos a recogerlo sin pensarlo».

Además de tesoros humanos de la medicina prehistórica, el museo reúne cerca de 8.000 cráneos y esqueletos de animales. Lo mejor que está representado, según indica Pastor, son los primates. «Tenemos un gran número de esqueletos y una diversidad muy grande», subraya el profesor titular del Departamento de Anatomía con una gran sonrisa mientras señala que es la colección más consultada.

Pero si buscamos la ‘joya de la corona’, ésta es la colección de piezas de cera de la casa francesa Tramond, realizadas entre 1860 y 1920. En este lugar se conservan 113 y está representada casi toda la anatomía. «Están hechas con una exquisitez absoluta, hasta el pelo de la barba y la cabeza es natural».

Esta caja de tesoros también guarda con mimo anécdotas y curiosidades por doquier. La más llamativa fue cuando en una visita que la reina Victoria Eugenia hizo a la ciudad a finales del siglo XIX, se le mostró el museo e instantes antes de que su Majestad accediera a las dependencias, Salvino Sierra, fundador de las instalaciones, subió a toda prisa por las escaleras para cubrir con su sombrero el pene erecto de un modelo que representa el aparato urinario y los genitales masculinos. Desde ese día a la pieza se la conoce con el nombre de la percha de Don Salvino.

Pero no es la única. Pastor recuerda muchos viajes llenos de momentos divertidos. «Una vez nos avisaron de Madrid para recoger un elefante indio, cuando llegamos allí vimos tal cantidad de carne que se nos cayó el alma a los pies. Solo pudimos traer una pata delantera, otra trasera y la cabeza», relata.

Otra anécdota que tiene grabada a fuego en la mente es cuando tuvieron que hacer un viaje, en pleno invierno, con todas las ventanillas del coche bajadas y con muestras de colonia en las fosas nasales por el mal olor que desprendía un dromedario que transportaban.

Dejando la parte graciosa de lado, Pastor critica que los diferentes equipos rectorales han tratado al museo «como una patata caliente». «Solo nos dan 5.000 euros para todo el año. Con ese dinero, tenemos que hacer los traslados de los animales que nos ceden, comprar material...».

Pero, el principal problema, a su juicio, es la falta de espacio. «No hay voluntad, ya no nos sirve que nos den una habitación. La mejor solución pasaría por construir un edificio donde albergar todo el patrimonio museístico de la institución universitaria».

Este museo se abrió al público en 1991. Cualquier persona puede visitarlo de lunes a viernes, de 10 a 14 horas y de 16 a 18 horas. Durante el mes de agosto permanecerá cerrado por las vacaciones estivales de la Universidad. La entrada es gratuita.

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