Diario de Valladolid

Sucesos

Denuncian al juez de paz de Arroyo por vender seguros que no existían

Trabajaba hasta el pasado mes de abril como gestor de pólizas en un despacho que la compañía Allianz tiene en La Flecha / Los pagos se realizaban en efectivo en la propia oficina / Acumula varias demandas de vecinos de la localidad

Andrés Adán, María Teresa Ares y Pilar Sánchez, delante de la oficina de Allianz, en la Flecha.-Alberto Mingueza

Andrés Adán, María Teresa Ares y Pilar Sánchez, delante de la oficina de Allianz, en la Flecha.-Alberto Mingueza

Publicado por
Estibaliz Lera

Creado:

Actualizado:

Al menos tres denuncias acumula un agente de seguros de Arroyo de la Encomienda por supuestamente vender pólizas inexistentes a varios vecinos de la localidad. Tan preparado tenía su plan para que nadie sospechara que, según relatan los afectados, podría haberse puesto en contacto con talleres de confianza para que los asegurados llevaran a reparar allí sus vehículos.

La historia hasta aquí tiene su miga. Sin embargo, lo más llamativo es que el sospechoso no es otro que José Luis Martín, juez de paz del municipio, que trabajaba hasta el pasado mes de abril en un local que Allianz tiene en La Flecha.

«Un hombre honorable por el cargo que ocupa y mi vecino de toda la vida», subraya Pilar Sánchez, una de las perjudicadas por la presunta estafa. Esta vallisoletana contrató un seguro de coche para su marido. «Le pagué 356 euros en efectivo, me dio un recibo y me fui tan tranquila». Nunca sospechó nada, pero los rumores empezaron a aflorar por los bares de La Flecha y Pilar decidió llamar a la compañía para comprobar que todo estaba correcto. Su sorpresa fue cuando la dijeron que solo había estado dado de alta dos días porque los recibos habían sido devueltos.

«No entendía nada. Yo lo tenía pagado y de repente el seguro no existía», explica, para añadir: «José Luis me dijo que pondría un banco al azar y yo no le di importancia, pero por lo que hemos averiguado, debía reflejar su cuenta en el documento y cuando llegaban los recibos los devolvía y la compañía automáticamente cancelaba las pólizas».

Una situación impensable, ya que Pilar ve a José Luis todos los días. Viven en la misma calle. «No me podía explicar cómo me había hecho eso. He estado tres días llorando sin parar y con fiebre», dice aún sorprendida.

Pero no es la única que ha sido presuntamente timada por el juez de paz. De hecho, sospechan que la supuesta estafa afecta a muchas personas no solo de Arroyo, sino también de Valladolid y de municipios de los alrededores.

Andrés Adán es otro de los que confió ciegamente en José Luis. Es dueño de una empresa de catering y fue uno de los que abrió la caja de pandora. Todos los años hace campaña por los Ayuntamientos y envía junto a la propuesta la copia del seguro de responsabilidad civil que tiene que contratar para ofrecer sus servicios. Sin embargo, nadie contestó a su oferta. «Me parecía muy raro, por eso decidí llamar y me dijeron que no me habían contratado por falsedad documental», señala.

Estuvo un año sin póliza. «Me ha costado mucho levantar este negocio y un sinvergüenza podía haberme arruinado la vida», asegura, al tiempo que agrega: «Si alguna de las personas que acuden a las paellas o chocolatadas les hubiera ocurrido algo, me hubieran llevado a mí a la cárcel».

Está impotente. Su situación es diferente a la del resto. «He perdido cerca de 30.000 euros por contratos que no han llegado a cerrarse por no tener seguro».

María Teresa Ares, camarera del bar H2o, está en la misma situación. Contrató hace 10 años cinco seguros con él y debido a los rumores decidió llamar a Allianz. La compañía confirmó sus peores presagios y, por lo menos, durante dos años ha estado sin seguro de moto y de vivienda. «Me fié de él, porque estamos pared con pared, pero puede que haya estado desde el principio sin pólizas», cuenta.

Otro de los afectados es Francisco Vergara, dueño de La Bodeguilla de Paco. A éste, el juez de paz le dejó sin seguro de vida. «Allianz me verificó que no tenía póliza, a pesar de haber pagado».

Carlos Arenas, dueño del bar La Reja, también cayó presuntamente en las redes de José Luis. Contrató un seguro por un año para su negocio. Un buen día recibió una carta de Allianz en la que decía que no habían renovado con ellos ningún seguro. Su sorpresa fue grande, ya que Carlos tenía guardados todos los recibos con el sello de la compañía que el juez de paz le había entregado tras cada pago.

Ahora la compañía se ha hecho cargo y les ha ofrecido un año de póliza más sin ningún coste. «Se ha solucionado, pero no es justo», sostiene el dueño del bar La Reja, al tiempo que añade que no han denunciado por miedo. «Llevamos siete años en Arroyo y nos ha frenado la presión que podía hacer para que los clientes no entraran en nuestro bar».

Todos los afectados tienen en común que se fiaron de «un vecino más» de una localidad pequeña.

tracking