Diario de Valladolid

la espuela: Javier Carballo, actor y cantante

«En cachondeo no pueden recortarnos»

Lleva tres décadas sobre las tablas, aunque en la calle -y en los bares- es más popular como el guasón cantante de Los Pichas Rondilleros. Chulesco e irreverente al micrófono rumbero, muestra su cara más dulce cuando actúa con Teloncillo para el público infantil

El actor y cantante Javier Carballo-Miguel Ángel Santos

El actor y cantante Javier Carballo-Miguel Ángel Santos

Publicado por
Esther Neila
Valladolid

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Nacionalista de La Rondilla, hace de cicerone durante un recorrido por las calles. «Éste es el ‘casco histórico’, en esta plazuela antiguamente se celebraban verbenas...», describe con natural simpatía este chico de barrio, el hijo de la Felisa, comprometido con la cultura de base, esa que palpita –cuando la dejan– para mantener viva la ciudad.

Pregunta.- Los Pichas es el nombre de su banda. ¿Qué diría Freud?

Respuesta.- La gente piensa que nos llamamos así por lo evidente, pero es por el concepto de pisha de Cádiz. Eso somos, un grupo de colegas.

P.- ¿Y el público qué dice, ‘ojú, qué arte’?

R.- Nuestro público lo pasa bien, sobre todo las chicas, que son más de salir a bailar. Ellos están pendientes de los graves y los agudos y nosequé. Y no se animan hasta que les hace efecto el tercer cubata.

P.- Cumplen diez años, ¿se pagarán una rondilla para celebrarlo?

R.- Las pagamos todos los días. Es posible que no salga de copas, pero el vermú lo llevo a rajatabla.

P.- La rumba rondillera, ¿es un género propio?

R.- Nos criamos escuchando a Los Chichos y Los Chunguitos en un transistor. Lo único que hacemos es cambiar un poco las letras y hacerlo a nuestra manera. Tratamos de que suene lo mejor posible, pero nuestra pretensión es pasarlo bien y que la gente disfrute. Que ya está bien, que hay recortes en todo, pero en cachondeo no pueden recortarnos.

P.- ¿Qué tema jamás versionaría?

R.- Particularmente no me gustan los cantautores, me aburren soberanamente. Decía Mario Benedetti que ya se confundía la canción protesta con la canción próstata. No soporto que me den lecciones de vida quienes luego resultan ser unos hipócritas. Los lánguidos tipo Álex Ubago o Pablo Alborán tampoco los soporto.

P.- ¿Cuál es su aportación para mejorar el mundo?

R.- De entrada me cuesta mucho decir que no. Luego hay cosas con las que te implicas más. Hace poco colaboré en un acto de la Fundación Segundo y Santiago Montes, porque todo lo que tiene que ver con América Latina me toca especialmente. Un alemán es un vecino, pero un salvadoreño para mí es un hermano.

P.- ¿Nunca han grabado un disco?

R.- No, lo nuestro es más de ver. Ysi un día lo grabamos no lo vamos a vender:rogaremos a la gente que lo piratee.

P.- En los conciertos charla tanto como canta. ¿Lo suyo es incontinencia teatral?

R.- Me da mucho pudor cuando me presentan como músico. Sólo soy el típico chico que tiene más cara que espalda. No canto excepcionalmente bien, pero sé estar encima de un escenario y eso es una ventaja.

P.- Su faceta principal es la de actor, pero es más conocido como cantante. ¿Le molesta?

R.- Molestarme no. Lo que he entendido es que la música es importante para la gente y el teatro no. Es un problema de sensibilidades. Pocas veces me han parado por la calle para decirme: te he visto actuar en una obra.

P.- ¿Alguna vez un fan fue tan pesado que quiso mandarle ‘a la mieeeerda, como haría Fernando Fernán Gómez?

R.- No, porque soy muy majo. Pero me gusta el anonimato y no me cambiaría ni por Cristiano Ronaldo, ni por el rey.

P.- Sólo es el rey de su casa.

R.- Ni eso, ¡manda el gato!

P.- El minino de Rosario Flores hacía uy, uy, uy. ¿El suyo le habla?

R.- Sí. Hemos llegado a un acuerdo y compartimos las tareas de la casa. Me quita las pelusas:cuando se revuelca siempre se lleva algo. Y cuando hace miau es que quiere salir. Le gusta mucho la calle.

P.- Su onomatopeya favorita.

R.- La humana que más me gusta es ‘ay’, porque puede ser positiva y negativa. Ahora trabajamos las onomatopeyas de la fauna en Los Animales de Don Baltasar , un espectáculo sin palabras. Pues resulta que antes de ir a Vitoria nos piden que adaptemos el texto, que allí el perro no hace guau, sino swan. Dijimos que ni de coña. Hicimos guau, cua-cua y muuuu y lo entendieron perfectamente. Los adultos a veces son infinitamente más torpes que los niños.

P.- ¿Su madre no le regaña por salir con la camisa abierta, con el frío que hace en Valladolid?

R.- Por eso no, pero me riñe por meterme en fregados. Tengo una opinión política y no me importa involucrarme, porque la mejor manera de respetar a los demás es respetarse a uno mismo. Yo soy así y así seguiré, nunca cambiaré… ja, ja.

P.- El mes pasado acudió con la compañía Teloncillo a recoger el Premio Nacional de Artes Escénicas para la Infancia y la Juventud. Durante el acto, Wert dijo que la compañía «forma a ciudadanos creativos». ¿Se ha reconciliado con el ministro?

R.- No. Leyó un buen discurso, pero se lo escribieron. Tengo diferencias brutales con él. Sucedió algo curioso y es que nadie le dio la mano.

P.- Otros ni van a recogerlo...

R.- Bueno, es una opción. Hay que diferenciar entre quién te concede el premio y quién te lo entrega. Que lo dé el ministro son los daños colaterales. De hecho, lo entregó el Rey y sigo siendo igual de republicano. Por otro lado, mucha gente se puede permitir renunciar a un premio que conlleva una dotación económica. En nuestro caso, ese dinero nos va a permitir hacer otro espectáculo.

P.- A quién se llevaría de vinos, ¿a Montoro o Wert?

R.- ¿No puedo decir otro? Desde luego el peor era Gallardón, con quien no iría ni a la vuelta de la esquina. ¡Venga, a Montoro! Le llevaría a sitios escandalosamente caros para que pagara él.

P.- ¿Y entre la consejera Alicia García y Mercedes Cantalapiedra?

R.- A Alicia García no la conozco. Conocí a Salgueiro, que me parecía muy maja, independientemente de su posición política. Y con Cantalapiedra me podría ir de vinos perfectamente. Se puede hablar con ella.

P.- Se declara fan de Berlanga. León de la Riva, como alcalde suyo que es, ¿le debe una explicación?

R.- Me debe una retirada. Me da muchísima rabia estar en la furgoneta viajando por Murcia, poner la radio y escuchar: ‘polémicas declaraciones del señor León de la Riva’. Y me molesta que la mayoría de sus exabruptos sean contra las mujeres. La gente de fuera de Valladolid se queda con lo que dice. Pero nosotros, además padecemos lo que hace. Tiene un concepto de la democracia distinto al mío:eso de creer que quien piensa diferente a mi es mi enemigo, no va conmigo.

P.- ¿Qué rumba le cantaría?

R.- Joaquín el necio, de Albert Pla.

P.- Dice que su sueño es ser cantante de casino. ¿Por las propinas?

R.- No sé. Porque imagino que ligan bastante, ja, ja. Siempre he admirado mucho a Tom Jones, Dean Martin y esta gente. Tienen un rollo bohemio, entre el lujo y el fracaso. Es un perfil muy teatral también. Me imagino a un señor con una de esas americanas de lentejuelas pero que por dentro tiene el forro to’ jodido.

P.- De no haber sido actor ni cantante, ¿qué sería?

R.- Me gustaba mucho el periodismo. La radio.

P.- ¿Y cree que viviría mejor?

R.- No. Me da mucha pena porque hay muy poca gente independiente. La publicidad ha bajado y buena parte de los medios viven de las administraciones. Les cuesta morder la mano que les da de comer y se les ve mucho el plumero.

P.- ¿El mejor consejo que le han dado?

R.- Vive.

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