patrimonio
De la Riva ve «complejo» salvar el Museo Santa Ana
Sugiere que hay dificultades que «van más allá del gasto corriente y de mantenimiento» / La Junta aportaría mantenimiento, pero no fondos
Una religiosa atraviesa una estancia del Museo de San Joaquín y Santa Ana donde se expone una dalmática-Pablo Requejo
El alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, arrojó dudas sobre la continuidad del Museo de San Joaquín y Santa Ana, tras ofrecerse la semana pasada a «echar una mano» para que continúe abierto.
Aunque su voluntad sigue siendo la misma, el regidor advirtió de que el «conflicto» sobre el posible cierre es «más complejo» de lo que pudo apreciarse en un principio y va «más allá» de solventar «el gasto corriente y de mantenimiento» de este museo, que contiene, entre otros bienes preciados, pinturas de Goya, tallas de Gregorio Fernández, y trabajos textiles y de orfebrería.
Además, la entrada al museo lleva asociada la visita de la iglesia del Monasterio de San Joaquín y Santa (donde se encuentran tres goyas creados expresamente para ese recinto) que, trazada por el que fuera el arquitecto favorito de Carlos III, Francesco Sabatini, el propio autor de la Puerta de Alcalá dijo preferirla a sus piezas más conocidas.
Tal y como adelantó este periódico en su edición del pasado 18 de marzo, la congregación de las Hermanas Bernardas, que mantienen a su costa el museo abierto desde hace 36 años y de manera gratuita hasta 2014, han decidido cerrarlo el próximo mayo ante la falta de fondos para las labores de mantenimiento y el pago del salario del guía y gestor del mismo.
Al día siguiente de esa noticia, el alcalde, que ya había prestado la colaboración municipal en anteriores ocasiones al museo, sobre todo en materia de seguridad, se ofreció a interesarse por su continuidad y mediar con la Consejería de Cultura, así como a estudiar una memoria económica remitida por las Hermanas.
De la Riva desveló que las conversaciones con la Junta ya se habían producido y de ellas parece concluirse que la Junta estaría dispuesta a afrontar ciertas reparaciones en el inmueble deteriorado, sobre todo, por las humedades. Pero no a aportar dinero.
De la Riva también sugirió que los problemas pueden estar relacionados con la situación global del convento de las Hermanas Bernardas.
En este momento, el Monasterio de la Plaza Santa Ana solo está habitado por siete religiosas de mediana y avanzada edad en régimen de clausura. La superiora de la congregación, Sor Ana María, explicó a este periódico que los gastos anuales del museo rondan los 40.000 euros, cantidad para la que ya no tienen suficientes ingresos.