Diario de Valladolid

sociedad

El economista Emilio Duró encandila con su visión diferente y feliz de la vida

Lleno total en el salón de actos de Caja España-Duero para seguir la conferencia del optimista gurú del desarrollo profesional y personal

Emilio Duró atiende a la prensa, minutos antes de su conferencia en el salón de actos de Caja España-Duero-Ical

Emilio Duró atiende a la prensa, minutos antes de su conferencia en el salón de actos de Caja España-Duero-Ical

Publicado por
Miguel A. Vergaz

Creado:

Actualizado:

El salón de actos de Caja España-Duero en Fuente Dorada no pudo albergar a todo el numeroso público que quiso seguir la conferencia del economista Emilio Duró. Un gurú de la autorrealización que combina el sentido de humor y el sentido común con sus variopintos conocimientos sobre la naturaleza humana con el objetivo de conducir al éxito profesional y, sobre todo, al gran éxito personal: la felicidad.

La conferencia Piensa diferente: Lo que verdad importa fue otra exhibición del ‘método’ Duró, que vende un «coeficiente de optimismo» por el que se pueden enfrentar duras verdades sin amargura. Y volvió a triunfar ante un auditorio compuesto, sobre todo, por empresarios y autónomos, que rompió a menudo en carcajadas y aplausos a lo largo de casi dos horas.

Como suele ser habitual en las intervenciones de Duró, éste empezó por reírse de su propia trayectoria e incluso de su muy valorado trabajo como asesor de empresas: «Cobro la dieta y me voy».

Recorrió sus primeros tiempos y relató cómo huyó de su primer trabajo cuando su jefe le prometió que «algún día sería como él» para, al fin, reflexionar sobre su vida y darse cuenta de que no era feliz ante la falta pasión por lo que hacía. También habló del fenómeno en el que se convirtió hace ocho años tras una intervención improvisada en un congreso que fue colgada en Youtube.

A partir de ese momento –y utilizando vídeos que ilustraban hasta qué punto nos engaña el propio cerebro con falsas certezas– sumergió al público en una vorágine en la que no dejó títere con cabeza.

Atacó el egocentrismo de quienes piensan que «el universo les está esperando para cargarles de marrones»; la escuela que «no enseña a ser feliz»; aquellos que creen que el mal carácter es necesario para triunfar en los negocios o que culpan de su fracaso a los demás; a los «tontos motivados» y a los «tontos innovadores» que son capaces de llevar a la ruina a una empresa: «Mejor ved al mejor y copiarle todo» e invitó a alejarse de quienes ensalzan el fracaso como método de aprendizaje: «Esos son seres excepcionales, a las personas normales nos conviene fracasar lo menos posible».

Todo un ejercicio de desenfado para recalcar un mensaje trascendental. «Todos somos iguales» y lo que nos diferencia de los primates es la capacidad para ser felices en un mundo que nunca ha sido mejor que ahora: «Nuestros padres se hubieran quedado una semana a vivir en esta sala con asientos y calefacción, pero nosotros no le sacamos más que faltas».

Sólo abandonó su sentido de humor para advertir de la importancia de dar una infancia feliz a los niños y al recordar una hermosa conferencia del director de orquesta Riccardo Mutti, en la que recalcaba lo fácil que es simular dirigir y lo difícil que es hacerlo con verdadero arte.

Un torrente de ideas de autonocimiento, desarrollo profesional con actitud positiva e inteligente para emprender «aquello que puede hacer» y no mirar al pasado.

Una personalidad arrolladora –literalmente, ya que recorrió la sala de arriba abajo– de la que ya advirtió el presentador del acto, el director provincial de Caja España-Duero, Eduardo Luis López Enríquez. En el acto también estuvo presente el director general de banca Comercial de Caja España-Duero, Carlos Ranera.

tracking