Diario de Valladolid

Arroyo de la Encomienda

Primera piedra del 'cole'

Cerca de 300 padres y madres simulan el comienzo de las obras del quinto colegio de la localidad en una jornada reivindicativa para que «se convierta en una realidad»

Cientos de padres y madres en el solar donde se edificará el quinto colegio de Arroyo de la Encomienda-J.M.Lostau

Cientos de padres y madres en el solar donde se edificará el quinto colegio de Arroyo de la Encomienda-J.M.Lostau

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M. Díez Garrido

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«No podemos tirar la toalla». Con esta frase, María Rodríguez expresa la situación a la que se enfrentan cientos de padres y madres de Arroyo de la Encomienda, como ella, que tienen que desplazarse fuera de la localidad para poder llevar a sus hijos al colegio. Testimonios como este se repitieron en la jornada reivindicativa celebrada ayer por la Plataforma de Ciudadanos por la Educación Pública de Arroyo, en colaboración con las Asociaciones de Madres y Padres, que consiguieron reunir a cerca de 300 personas para exigir «la construcción de un colegio y que el instituto de Arroyo se convierta en una realidad».

El resultado de esta situación son 600 niños desplazándose a diario para poder asistir a clase, que dentro de cinco años serán 2.000, según Jorge Gasent, de la organización. Y es que el caso de Arroyo de la Encomienda es atípico, como explicó Viviana Pulgar, de la AMPA de Kantica, ya que se está produciendo un crecimiento de la población excepcional.

«Hay muchas familias jóvenes con niños pequeños, por lo que en unos años habrá gran parte de población adolescente», señala Pulgar. Este es uno de los motivos que les llevan a exigir también la construcción de un instituto. Los colegios de Arroyo se ven «desbordados» por estos motivos, ya que existe mucha demanda.

«Los padres se ven obligados a adaptar el plan de cada día al lugar en el que estudian los niños», destaca Miguel Gómez. Él es padre de una niña de cuatro años que sí estudia en Arroyo, pero que en el futuro «tendrá que coger el autobús para asistir a clase».

Otro de los problemas a los que se enfrentan los padres y madres es el de aquellos que tienen dos hijos y aún no saben si podrán llevarles al mismo centro. «Lo que no podemos es tener a cada hija en una punta», declara indignada Virginia Santos, con dos pequeñas de cuatro y tres años.

Con pinturas de cera como única arma, los niños colorearon monigotes como símbolo de su inocencia ayer en el pabellón deportivo donde se celebró la jornada. Al evento acudieron representantes de todas las formaciones políticas presentes en el Ayuntamiento. Tras leer un manifiesto en el que exigieron el derecho de los pequeños a la educación pública, los padres partieron en una marcha reivindicativa hacia el solar vacío en el que está previsto que se construya el centro.

A grito de «coles ya» y «queremos un instituto», cruzaron la Avenida Salamanca en un ambiente festivo y armados con globos verdes con más monigotes inocentes pegados en ellos.

Al llegar al solar, Miguel Ángel Cotobal, de laPlataforma, colocó, a modo de metáfora, la primera piedra del futuro colegio. Algunos pequeños se acercaron a continuación de forma espontánea, pedrusco en mano, a colocarlo también y a aportar de esta forma su ‘granito de arena’.

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