Victoria Benito: «Sentía que me faltaba algo y ahora estoy encantada»

«Lo tuve claro desde el principio», cuenta Victoria Benito, que en 2012, dos años después de que le extirparan un pecho, volvió a entrar en quirófano para la reconstrucción de la mama. «Me faltaba algo, una parte de mi cuerpo», continúa recordando lo «duro» que le resultaba encontrarse con su desnudez en la ducha.

Hace unos meses completó el proceso y se sometió a la micropigmentación. El color ayuda a cicatrizar sus heridas. Y con una sonrisa inmensa se confiesa «encantada» por haber recuperado la normalidad. «De ver lo que parecía un trozo de carne a verme ahora... hay una gran diferencia», sostiene.

Asegura que en su decisión nada tuvo que ver su marido ni su entorno: al revés, todos le apoyaron. Y que poco le importaban las miradas indiscretas en la playa o en la piscina. «Fue una decisión sólo mía», indica. «Soy muy femenina y es una cuestión de sentirse bien», apunta con orgullo esta mujer que, cada mes de mayo, se ofrece para el desfile en ropa interior y trajes de baño que anualmente organiza en Valladolid la Asociación Española contra el Cáncer.

Explica que la micropigmentación «no duele» y que apenas notaba «unas cosquillas», aunque a otras mujeres «con mayor sensibilidad» sí les resulta molesto.

Anima a todas las mujeres indecisas a reconstruirse por dentro y por fuera, aunque respeta todas las opciones. «Mucha gente es reacia a dar este paso, porque piensan que ya son mayores», explica esta joven vallisoletana con 59 primaveras muy bien llevadas.

Ella, tras la operación y los tratamientos de quimioterapia y radioterapia, se sometió a la cirugía plástica. Once horas pasó en el quirófano del Río Hortega, porque su historial de alergias le hizo optar por su propio tejido –extraído del abdomen– en lugar de una prótesis. «El cirujano fue increíble. Está enamorado de mis pechos», bromea Victoria Benito. «Me hizo muchas fotos. ‘Es que vas a ir a muchos congresos’, me dijo».