La Catedral abre un mirador a 70 metros de altura en su torre sur como reclamo turístico

A 70 metros de altura Valladolid ofrece la imagen de una ciudad compacta, una amalgama de ladrillo y calles en la que no resulta fácil distinguir algunos de los edificios más singulares de la ciudad. No es París visto desde la torre Eiffel, pero la estampa desde la cúpula de la torre sur de la catedral ofrece una imagen de la capital diferente, desconocida para la inmensa mayoría de los vallisoletanos y, desde luego, para los visitantes.

Desde allí, a los pies de la imagen del Sagrado Corazón, el arzobispo Ramiro Gandásegui ofició la misa un 24 de junio de 1923, parece que sin micrófono, ante los más de 100.000 fieles reunidos en las inmediaciones de la catedral, según las crónicas de la época, con motivo de la inauguración de la estatua que domina los cielos de la ciudad. La ceremonia para estrenar el ascensor que permite subir hasta el final de la torre sur y al mirador abierto en su cúpula no fue tan multitudinaria y tampoco asistió el arzobispo, Ricardo Blázquez, en compañía de los seminaristas al celebrarse el Día del Seminario.

Con el nuevo tramo de ascensor que sube hasta la sala de campanas de la torre sur, el que quiera contemplar la vista de la ciudad desde la terraza que rodea la estatua del Sagrado Corazón podrá hacerlo desde hoy previo pago de 5 euros, cuatro para los mayores de 65 años y para los menores de 14. La visita, con una duración de 45 minutos, incluye un recorrido por la garita del campanero, el antiguo reloj que cuelga de una de las paredes de la torre y la gran matraca con la que se convocaba a los oficios de Semana Santa.

Habrá 27 pases a lo largo de la semana, de martes a domingo, ambos incluidos y las entradas podrán comprarse en la catedral.

El precio será de 8 euros si, además de la torre, la visita se amplía a la catedral y a su museo -la tarifa reducida será 6 euros- en un recorrido con guía que tiene una duración de dos horas. Las visitas conjuntas serán de jueves a sábado de 10.00 a 16.30 y los domingos a las 10.00.

El alcalde, Francisco Javier León de la Riva, acompañado en la inauguración de la concejala de Cultura, Mercedes Cantalapiedra, y del vicario, Luis Argüello, dijo que la posibilidad de subir a lo más alto de la torre era «un viejo deseo de todos los vallisoletanos». Recordó que muchas catedrales de España y del mundo cuentan ya con miradores en sus torres y tachó de «demagogia» las críticas por la inversión de 567.000 euros en un ascensor.

León de la Riva añadió que la intervención en la torre sur era «imperiosa» para restaurar la estustura de madera, muy dañada por la humedad y el paso del tiempo, y la limpieza de la piedra. De hecho, subrayó que el coste de instalación del ascensor asciende a 89.900 euros, un 15% de la inversión total, y reiteró que, en cualquier caso, «la partida (para toda la operación) era finalista y no podía destinarse a otra cosa» y «ni un euro» es de las arcas municipales dado que el dinero procede de un fondo creado por la Asociación de Amigos de la Catedral con donaciones privadas a cargo del 1% cultural.

El nuevo tramo de ascensor permite subir desde la planta del archivo, hasta donde ya existía elevador, a la torre de las campanas. Desde aquí hasta el mirador que permite contemplar una panorámica de la ciudad habrá que subir a pie 64 peldaños.