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Sanidad

El Clínico crea una técnica pionera mundial en radiación

Idea un protocolo y dos ‘software’ que se aplicarán en todo el mundo para mejorar la eficacia de tratamientos radioactivos para enfermedades de tiroides

Los radiofísicos Raquel Barquero y Hugo Pérez en el Hospital Clínico de Valladolid-J.M.Lostau

Publicado por
Alicia Calvo
Valladolid

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El Hospital Clínico Universitario diseña una técnica pionera mundial destinada a mejorar «la eficacia» de terapias radioactivas en enfermedades de tiroides, como el hipertiroidismo o el cáncer.

Los radiofísicos Raquel Barquero y Hugo Pérez han ideado un método, que ultima los trámites para convertirse en norma internacional, y han registrado la propiedad intelectual de dos programas informáticos para conocer la dosis exacta de actividad radioactiva que capta el paciente. En concreto, cuando se le trata con yodo radioactivo (I-131).

«Ser precisos con la dosificación mejora la calidad del tratamiento», indica Barquero.

Con esta herramienta, que revela cuánta radiación ha absorbido el usuario, el profesional puede evaluar los efectos de la terapia. «Valora si el paciente tiene que seguir con ella o si, por ejemplo, hay que aumentar la dosis porque no ha sido suficiente para matar las células tumorales o bajarla en futuras indicaciones...», indica Hugo Pérez.

Pero no sólo eso. «Se sabe exactamente lo que ha captado, cómo ha sido de eficaz y también si se ha irradiado otro órgano sano. Cuanto más se afine con la dosis, mejor resultado tendrá», señala Barquero, que avanza la importancia de adelantarse a la respuesta que un paciente pueda tener ante determinadas cantidades de ese elemento radioactivo. «Así el facultativo tiene elementos importantes de cara a decidir posteriores tratamientos, para que sea más efectivo y menos dañino, y conoce con más exactitud los posibles riesgos».

El paciente gana «en seguridad, protección y calidad», subraya.

El procedimiento está «a punto» de lograr la aprobación internacional (Norma ISO16644) para su utilización a nivel mundial y ya ha sido validada en sus anteriores fases por expertos en medicina nuclear de 14 países, como China, Estados Unidos y Francia.

«Es una norma internacional muy trascendente, que, aunque no es de obligado cumplimiento, sí garantiza la calidad».

Sus autores defienden la relevancia de estas «innovaciones». Con este protocolo «que se aplicará en todo el mundo», según explicó Sacyl, se unifican metodologías de hospitales de diferentes continentes. «Hasta ahora cada servicio trabajaba de una manera y ahora tendrá unas pautas comunes y unos programas informáticos para poder medir la actividad radioactiva con precisión», indica Raquel Barquero.

La radiofísica, que comenzó en el diseño de este procedimiento en 2010, explica que su protocolo está basado en imágenes reales de los enfermos conseguidas por una gammacámara. Su compañero apunta que estas imágenes facilitan «un mapa de radioactividad» muy útil del paciente.

Ambos especialistas aseguran que una de las principales diferencias que introducen es la aplicación de la medicina personalizada. «Siempre se daba una dosis según una estimación, un promedio, con mucha incertidumbre porque cada paciente responde de manera diferente», sostiene Barquero. «Disponer de la imagen es un filón para intentar individualizar y calcular de forma personalizada», añade.

Barquero confirmó que el Clínico ya ha utilizado estos procedimientos con varios pacientes y precisó que se trata de radioterapia, «pero interna, no la que habitualmente se conoce», que es externa. «Al paciente se le administra el fármaco radioactivo, lo metaboliza, se fija donde queremos e irradia desde dentro».