Las bicis no podrán circular a más de 10 km/h al lado de los peatones

Como montados en una de esas raras, pero existentes, bicicletas para tres, el grupo de Gobierno del Ayuntamiento de Valladolid y los dos de la oposición pedalearon al unísono en el Consejo de Movilidad celebrado en el Ayuntamiento de Valladolid en la mañana de ayer, aunque todavía queda un sprint final en el que pretenden empujar un poco más lejos al equipo de Gobierno en la aprobación de la nueva regulación de la movilidad en bicicleta en Valladolid.

Así, en la reunión del miércoles, al borrador presentado por el concejal de Movilidad, Manuel Sánchez, se añadieron varias enmiendas del PSOE e IU, además de la Asamblea Ciclista, con el objetivo «de crear en máximo consenso posible a la hora de garantizar la convivencia de los ciclistas con los peatones».

La ordenanza regula la circulación de las bicicletas en la ciudad y toca puntos sensibles que fueron discutidos en el Consejo.

Las bicicletas tendrán la obligación de circular por la calzada o por los carriles dispuestos al efecto. Cuando estos estén en la acera la velocidad máxima será de 10 kilómetros hora y las bicicletas tendrán que abandonar la calzada cuando se encuentren con el inicio de un carril bici que les obligue a ello.

Estos puntos fueron los más discutidos y el PSOE e IU, sin romper el consenso de lo que consideran una ordenanza necesaria, intentarán convencer al grupo mayoritario para encontrar una mayor flexibilidad.

El socialista Javier Izquierdo señala que la limitación de 10 kilómetros por hora es excesiva, «ya que muchas personas que practican running llegan a más velocidad». De la misma opinión es la representante de IU, María Sánchez, que considera que la regulación de circulación en la que trabaja el Gobierno será más flexible en este punto y permitirá «los 30 kilómetros por hora». Manuel Ortiz, de la Asamblea Ciclista, señala esa es una velocidad que «afecta no solo a personas que circulan por ocio, sino que ralentiza a las que van a su trabajo».

Izquierdo considera, además, que se ha tomado el límite horario de las calles peatonales siguiendo el patrón de las zonas del centro, como la calle Santiago o Teresa Gil, «cuando en otras zonas de la ciudad podría flexibilizarse mucho más». Y, al igual que a Asamblea Ciclista e IU, considera que la circulación podría de las extenderse en el horario de carga u descarga «hasta las once de la mañana». Algo que el concejal Manuel Sánchez no contempla: «Arrojaríamos a los peatones de esas calles».

Un último punto en el que IU y la Asamblea Ciclista tuvieron que ceder fue en materia de sanciones, ya que pretendían un régimen más blando para las bicicletas que para los vehículos de motor. El Ayuntamiento propone que se regulan por tráfico de manera igual para todos ellos.

Con todo, la satisfacción por el consenso fue generalizada. El concejal de Movilidad Manuel Sánchez se mostraba satisfecho ayer por «todo un ejemplo de colaboración constructiva» y señaló que la ordenanza todavía puede sufrir variaciones con la nueva reglamentación estatal, «pero serán menores» porque el esfuerzo de ordenación ya se ha hecho, aseguró.

Las alegaciones aceptadas se refieren sobre todo al compromiso, dentro de la ordenanza, de completar la malla de circulación en bicicleta en Valladolid y que este modo el transporte va unido de manera mucho más firme al concepto de ciudad sostenible.

Una de las alegaciones de IU tendente a publicitar a ciclistas y viandantes mediante una campaña el régimen de sanciones y derechos y deberes que asegure su convivencia fue recogida por Manuel Sánchez, quien aseguró que se emplearán los medios necesarios para sensibilizar e informar a la población por diversos medios, incluida la página web del Ayuntamiento, así como, la publicación de la red existente en la ciudad y las ubicaciones de los estacionamientos.