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sociedad

Más mudanzas por un empleo

Uno de cada 7 contratos firmados en Valladolid implica cambio de provincia / 28.159 profesionales salieron por un trabajo en 2014 / Castilla y León es la tercera comunidad con más tasa de movilidad

Movilidad laboral entre provincias-El Mundo de Castilla y León

Publicado por
Alicia Calvo
Valladolid

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En estos tiempos pesa más el acceso al empleo que el amor al terruño. Uno de cada seis contratos firmados durante 2014 en Castilla y León –uno de cada 7 en Valladolid– implicó que el trabajador tuviera que cambiar de provincia para trabajar, según refleja el informe Randstad sobre los datos de migración interprovincias y contratación recogidos en el Servicio Público de Empleo Estatal.

Este estudio indica que más de 127.000 personas que residían en Castilla y León cambiaron el año pasado su lugar de residencia por haber encontrado un trabajo, la mayor cifra de los últimos años. También constata que en esta comunidad se hicieron más maletas tras una nómina que en otras, ya que sufre la movilidad laboral con mayor incidencia que la media nacional y que el resto de comunidades, salvo Castilla-La Mancha y La Rioja.

La tasa de movilidad, que recoge el porcentaje de contratos que implican desplazamientos sobre el total de los suscritos (más de 730.000), se situó en el 15,7% el año pasado. Esto choca con los datos del país que rebaja la cifra al 12,6%.

Mientras 127.509 profesionales salieron en 2014 y acudieron a trabajar a una provincia diferente de la que estaban empadronados, las nueve provincias recibieron a 101.297 personas que llegaron con un trabajo, lo que deja un saldo negativo de 26.212 individuos.

Retrocediendo en el tiempo se ve cómo el efecto de la crisis ha incrementado este fenómeno migratorio en Castilla y León. Las cifras de 2007 revelan que en ese año los castellanos y leoneses estaban más ‘quietos’. Los desplazamientos sólo se vinculaban a uno de cada diez contratos (10,2%) y, pese a que la tasa de paro y las oportunidades laborales eran mejores, ‘sólo’ 101.392 profesionales abandonaron una de las nueve provincias por haber encontrado un empleo en otro lugar. También entraban menos, 65.598.

Víctor Espinosa, director de zona de Castilla y León de Randstad, asegura que la tercera posición en este ranking nacional con el tercer ratio de movilidad más elevado «es lógica ante la ausencia de una oferta sólida de empleo en Castilla y León», pese a que sostiene que «los castellanos y leoneses son más conservadores y les cuesta desplazarse». «Muchos después de tiempo en paro ya no miran dónde es el trabajo, sino que es trabajo».

Rosa Eva Martínez, de CCOO, habla de «falta de dinamismo industrial autonómico, huida de jóvenes, de talento» y de la eterna demanda de la desconexión entre formación y empleo. «Preparamos a los jóvenes para profesiones que luego su provincia no oferta», critica y aboga por «replantear y acompasar las enseñanzas que se ofertan en relación a la industria y posibilidades de la Comunidad».

El análisis de Randstad constata que en el territorio nacional existen más provincias emisoras de mano de obra que las receptoras. Entre estas últimas, con saldos positivos porque entran con trabajo más de los que emigran, sólo se sitúan Soria y Palencia, que tras la resta de los que dijeron adiós y a los que dieron la bienvenida suman 2.100 en la provincia soriana y 1.000 en la palentina.

Las que se colocan en el otro extremo son León, que encabeza la sangría con 6.340 trabajadores menos, se marcharon 18.509 porque lograron una nómina fuera por los 11.719 que recibió; Valladolid, la segunda con peor saldo (-5.330) vio cómo 28.159 profesionales lograron una nómina en otra zona el año pasado y dio trabajo a 22.829; y Salamanca registra un saldo parecido -5.263. De la provincia charra partieron 15.822 empleados fuera.

Respecto a la tasa que mide estos desplazamientos, los datos del Servicio Público de Empleo reflejan que Zamora y Ávila tienen la sexta tasa de movilidad más elevada del país, ambas de un 20,3%, con dos de cada cinco contratos que implicaron mudanza.

Pese a que cuentan con los peores saldos, también acumulan la mayor actividad y León, Salamanca y Valladolid registran las tasas más bajas, del 13,6%, 14% y 14,4% –similar a la de 2007–, respectivamente, por debajo de la media autonómica, aunque siguen superando la tendencia nacional.