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De la niña de Rajoy a la camarera de Pedro Sánchez

El secretario del PSOE repite en su discurso historias como la de la trabajadora de un hotel de Canarias

Publicado por
Felipe Ramos
Valladolid

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Carteles colgando del primer piso con las letras ‘Hacer’ y ‘Tudanca Presidente’, un pequeño atril y detrás un grupo de jóvenes, que eso siempre queda bien y da imagen de candidato cercano a la juventud. Y, alrededor, sillas de madera hasta prácticamente llenar el pequeño hall de la Facultad de Empresariales de la Universidad de León. Esa fue la puesta en escena del Partido Socialista para que el secretario federal, Pedro Sánchez, encumbrara al líder autonómico, Luis Tudanca, como candidato a la Junta.

Y ahí sobre ese escenario, Sánchez volvió a tirar de viejos mensajes. «Somos el partido de la esperanza» o «estamos orgullosos de ser de izquierdas», por no hablar del no menos repetido «en ganas de ganar no nos gana nadie» fueron algunas de las soflamas que el líder de los socialistas lanzó a quienes acudieron a escucharle en León.

Y, entre medias, además de un recuerdo hacia su candidato a la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, del que dijo «es un orgullo contar con él», mucho Madrid, Valencia, Castilla-La Mancha, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero.

Un escenario distinto, con un público diferente, pero un mensaje repetido. Como el de la crítica a la transparencia del PP al que volvió a recordar que para ver sus cuentas «hay que llamar a Bárcenas». Esto mismo, y con las mismas palabras, sin cambiar una coma, es lo que viene repitiendo en el último mes y medio. Será cuestión de las pantallas sobre las que lee su discurso.

Lo que ya no se le puede imputar a esos dos atriles, a izquierda y derecha, es que el líder socialista calque la misma anécdota: la de la camarera del hotel de Canarias que ahora, «por culpa de la reforma laboral, tiene que limpiar el doble de habitaciones con el mismo sueldo». La primera vez que la utilizó fue en una entrevista televisiva en los primeros días de febrero y, a partir de ahí, es una asidua de sus discursos. «Esta camarera va camino de ser como la niña de Rajoy», se oyó entre el público.

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