Monumentos culinarios de Valladolid

Valladolid desembarcó ayer en Madrid Fusión con un equipo de galácticos gastronómicos propios del mejor estadio, que desplegaron toda su maestría en torno a unos fogones y mesas que confirmaron a la cocina que surge en esta ciudad como la tal vez en mejor forma de toda España.

Los pinchos, las tapas, los platos, los bombones, la carne, la materia prima, la verdura, el lechazo, el vino... convirtieron la importante cita culinaria en un sueño vallisoletano, en el que los chefs representantes se movieron como lo hacía, por ejemplo, Zidane en aquellos años mágicos del Bernabéu. Francisco Javier León de la Riva, alcalde de Valladolid, se erigió en el mejor portavoz de un hecho como el gastronómico, que genera actividad y reporta beneficios en sectores estratégicos de la capital como la hostelería y el turismo.

Así, el paseo que el alcalde se dio por unas cocinas que funcionaban a toda máquina resultó un auténtico túnel de los sentidos. Antes, se había celebrado un maridaje espectacular entre vinos de denominaciones de origen de Valladolid y los bombones de Rubén Da Silva.

comienzo dulce

Y la mañana comenzó dulce y triunfal. Si la sobriedad y conocimiento del vino, por ejemplo de Ribera del Duero, son santo y seña del buen beber en todo el mundo, la aportación de Da Silva fue todo un acierto de maestría e innovación.Dos autobuses partieron ayer de Valladolid rumbo a la conquista un año más de Madrid Fusión, siendo la imponente comida degustación organizada por el Ayuntamiento vallisoletano uno de los puntos fuertes en la jornada de clausura. Además de León De la Riva, la concejala de Cultura, Comercio y Turismo, Mercedes Cantalapiedra también acudió, y además hizo un importante destacado al revelar que en la campaña bajo el eslogan Saborea España, Valladolid arroja los mejores resultados. 

Cantalapiedra también valoró lo importante de la presencia en Madrid Fusión y otras ferias gastronómicas, ya que, según estadísticas, «el 25% del turismo extranjero se mueve por el interés gastronómico·, explicó, lo que además llevaría a duplicar el porcentaje en cuanto a españoles.

León de la Riva, por su parte, recitó la alineación de su equipo como un entrenador convencido de tener a los mejores: La Criolla, Los Zagales, El Balcón de las Médulas, Ángela, Ceijo, La Garrocha, Campogrande, María, El Aquarium de Sabores y la bombonería Da Silva.

Ahí es nada, pareció gesticular, mientras a pocos metros, sus chefs daban retoques a sus platos y pinchos. O se veía un lechazo espectacular, junto a unos minibocadillos de salchicha también de lechazo, y al lado un comestible que homenajeaba a los monumentos de Valladolid. Y es que aunque sea arte efímero, unos ravioles por aquí, unas croquetas por otro sitio, todo eran monumentos para la cocina de Valladolid.

León de la Riva explicó entonces que la cita con Madrid Fusión se había convertido en ineludible, y que el año que viene estaría «seguro». Incluso se puso un tanto competitivo con sus vecinos salmantinos: «Ayer estuvo Salamanca, y sin desmerecer a nadie, ganaremos por goleada», dijo convencido del potencial que ya por entonces hacía las delicias con mil y un olores, y con el sabor de algunos apresurados que se lanzaban a degustar desde las mismas bandejas.

CINCO DENOMINACIONES

En cuanto al vino, el alcalde de Valladolid destacó el impagable bien que las cinco denominaciones de origen han hecho a la gastronomía en toda la provincia. Por supuesto que se detuvo de manera especial en Ribera del Duero DO, pero quiso lanzar un guiño a la constante mejora que han experimentado otras como DO emergentes tal es el caso de la de Toro. Y dio por hecho que «en cuanto se haga el balance de este año de Madrid Fusión, seguro que Valladolid será lo mejor», aseveró, además de elogiar junto a los nueve restaurantes que colaboraron en la presentación a las catorce bodegas que hicieron lo propio en cuanto a los caldos.

En total se sirvieron 4.200 raciones, para más de 200 comensales, con diez cocineros al frente. Participaron para dar cobertura al evento la Asociación de Sumilleres de Valladolid, la escuela de cocina Fernando Pérez, el instituto Diego de Praves, entre otros. Y junto a los grandes vinos servidos comenzaron a oírse recetas casi celestiales como Escabechado de lechazo churro; tosta de lacón con queso de Valladolid; pucelitos y postales de Valladolid; ravioli de gallo de corral de Cascajares... Y los bombones de vino de Valladolid.