Olvido y abandono del Canal de Castilla

El Canal de Castilla fue concebido como una de las obras de ingeniería más importantes de la meseta castellana. Hoy en día, es una zona que muchos eligen para pasear y realizar otros tipos de actividades, aunque la parte que se encuentra en la zona urbana de Valladolid muestra muchos signos de abandono y empeoramiento.

Desde el acceso desde el Barrio de la Victoria al Canal ya se puede observar la situación de descuido, con subidas llenas de baches y zonas que pueden suponer dificultades a personas mayores, como explica el presidente de la Asociación Amigos del Canal ‘La Barcaza’, Miguel Ángel Guerra, que se ocupa de la defensa del canal a nivel cultural y turístico en la Comunidad.

Una vez dentro de la zona, saltan a la vista los residuos que flotan en la superficie y también los que se encuentran en el fondo del agua. Botellas de plástico, trozos de bicicleta y diversos restos de basura vagan por la zona. Guerra comenta que no existe un mecanismo de recogida de residuos del agua y muchas de las zonas ni siquiera son accesibles para poder limpiarlas. Cada año, la asociación pide a la Confederación Hidrográfica del Duero una barca en la que voluntariamente se montan para adecentar el lugar, según las declaraciones de Miguel Ángel Guerra a este periódico.

Asimismo, en el canal crecen juncos salvajes que nadie se encarga de segar, que crean pequeños islotes y que hacen difícil el acceso a los animales que se pasean por el lugar, como patos y gallinas de agua, que son las especies más típicas de la zona.

Los caminos de sirga por los que pasean ciclistas y viandantes muestran señales continuas de irregularidad, con baches, basura y condiciones de poco mantenimiento. Junto a estos caminos se levantan varias naves y pequeñas construcciones. La mayoría están abandonadas y llenas de basura, cuenta Guerra.

El presidente de la Asociación de Amigos del Canal denuncia que llevan tres años sin recibir ningún tipo de inversión de las instituciones. «La Confederación dice que no es su competencia cuidar la zona para su uso turístico y el Ayuntamiento no nos escucha. El canal ni siquiera aparece en su página web», señala indignado. «Se pasan la pelota los unos a los otros y el canal es el más perjudicado», insiste Guerra. Según dice, el Ayuntamiento culpa al vandalismo, aunque la asociación cree que no hay demasiado:«Lo que ocurre es que hay pintadas que llevan años ahí sin que nadie las limpie».

En una de las pasarelas que cruzan el canal, las tablas de madera se tambalean y hay alguna punta suelta. Además, no hay ningún embarcadero para los que quieran navegar por las aguas.

El pasado diciembre la asociación emitió un escrito al Ayuntamiento y a la Confederación, aunque «no tienen muchas esperanzas de ser escuchados». La organización ha presentado ya diversos proyectos para el mantenimiento de los dos kilómetros que recorre el canal en la capital vallisoletana y para su fomento cultural, ya que creen que es la zona «que más puede aportar desde el punto de vista turístico, según Guerra.