'Dalí. La Divina Comedia' reúne en La Pasión un centenar de xilografías

La sala de exposiciones del Museo de La Pasión de Valladolid acoge hasta el próximo 1 de marzo la exposición 'Dalí. La Divina Comedia', un “viaje del alma, de la oscuridad a la luz”, en palabras de la comisaria, Rosa Perales. La muestra reúne la colección completa de cien xilografías realizada por el artista de Figueras durante cinco años, por encargo del Gobierno italiano, para conmemorar el 700º aniversario del nacimiento de Dante Aligueri en 1265.

Como detalló en la inauguración el alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, con esta serie Dalí recrea a grandes maestros del Renacimiento y del Barroco como Rafael, Piero Della Francesca, Vermeer, Velazquez, Zurbarán o Miguel Ángel. “De cada uno de ellos mostrará las distintas facetas por las que Dante-Dalí se verá inmerso en el Infierno, Purgatorio y Paraíso, redimido por su propia Beatriz-Gala. De alguna manera, Dalí siguió los pasos de la ilustradora Phoebe Anna Traquair, que en 1890 fue la primera en personalizar 'La Divina Comedia', prestando más atención a los personajes que a los espacios físicos en sus ilustraciones”, desgranó la comisaria.

La Pasión acoge una de las escasas series completas que se conservan, con 34 xilografías dedicadas al paso de Dante por el Infierno (con piezas como la morada de los hombres desesperados, donde aparecen personajes míticos como Caronte o Prometo enfrentados a fuerzas superiores); 33 con las que ilustra su paso por el Purgatorio (“para Dalí el purgatorio era el paraíso en la tierra”, detalló Perales), donde se aprecia que “la espiritualidad va creciendo” en el artista y ganas protagonismo las recreaciones del inconsciente; y 33 más en la planta superior de la sala, dedicadas al Paraíso, en las que las figuras aparecen entre la recreación de un espacio casi abstracto, testigo de la “nueva espiritualidad” que Dalí estaba viviendo en aquellos años.

Un encargo polémico

La elección de Dalí para ejecutar el encargo despertó una agria polémica en Italia, y muchas voces censuraron la decisión del Ejecutivo de asignar la tarea a un artista extranjero. Con el debate abierto, el proyecto se canceló cuando el catalán ya había realizado más de cien acuarelas, pero Dalí decidió seguir adelante, y fue en 1964 cuando dos editoriales francesas publicaran una edición de lujo con 'La Divina Comedia de Dalí'.

Para realizar la obra, Dalí contó con la ayuda de los grabadores en madera Jacquet y Taricco, que colaboraron con él en el proceso de pasar las cien acuarelas definitivas a 3.500 tacos xilográficos, uno por cada color y alrededor de 35 para cada acuarela. Ese proceso le permitió “conseguir nuevos colores” en algunas de las piezas, según detalló la comisaria.

El resultado definitivo, para Perales, es “una reflexión personal sobre la redención del ser humano”. “Dalí se implicó de una manera espiritual en el proyecto, y plasmó en él su propia transformación personal y revelación religiosa. Lo hizo aplicando la técnica clásica de la xilografía, pero trabajada de una manera vanguardista”, detalló la comisaria.

Citando al propio Dalí, el alcalde de Valladolid subrayó que Dalí consideró este trabajo como “uno de los proyectos más importantes de su carrera”. Por su parte, Perales recalcó que en algunas de las xilografías se aprecian destellos cinematográficos, que recuerdan sus colaboraciones en el séptimo arte con cineastas como Buñuel. Todas las piezas exhibidas en Valladolid están firmadas y selladas por el artista, y a salvo de la duda despertada en torno a muchas obras de Dalí tras la actuación del capitán Moore, el polémico secretario personal del artista, que en los años 60 falsificó numerosas obras de su mentor.