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Sociedad

Acaba la obra para desmontar el tejado del depósito de locomotoras

Las placas han sido retiradas desde noviembre con cuidado para protegerse del amianto

Labores de desmontaje de la uralita del tejado durante la pasada semana-PABLO REQUEJO

Publicado por
Ismael Pérez

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Las obras de mantenimiento que se están llevando a cabo en el antiguo depósito de locomotoras situado junto a la estación de trenes finalizarán esta semana, después que se hayan retirado las uralitas de fibrocemento del tejado. La operación, que ha necesitado varias grúas y especial protección para protegerse del amianto de las placas, comenzó en noviembre y ha sido realizada por la empresa Emfesa, filial de Adif, según informa la propia compañía.

Los trabajos han tenido un coste de 30.000 euros más IVA y sirven para proteger unas instalaciones exclusivas en la arquitectura ferroviaria hasta que la economía y la voluntad política permita darles algún uso. El depósito de locomotoras diseñado en 1863 por el francés Theopile Luc Ricour es único en Europa al tener forma de herradura y llegó a tener más de cien máquinas.

La instalación, ya en desuso, tenía proyectado una futura utilidad como biblioteca que la llegada de la crisis aparcó de manera indefinida, pese a ser presentada hasta marzo de 2011, dos meses antes de las últimas elecciones municipales.

Ya a finales de 2008 se empezó a hablar de licitar un proyecto que incluía también las plataformas giratorias, las vías y fosos, el dormitorio de maquinistas y los depósitos de agua para recuperarlo como zona de ocio por un importe de 300.000 euros en seis meses.

En febrero de 2009 el alcalde visitó las instalaciones y presentó la que sería la biblioteca más grande y moderna de Castilla y León después de que se barajasen un centro cívico, un mercado, un recinto deportivo y hasta un palacio de congresos como opciones. El espacio sobre el que se planeaban esos usos consta de 7.500 metros cuadrados y diez metros de altura, por lo que podría acoger hasta dos plantas.

León de la Riva repitió visita dos meses después, el 6 de mayo de 2009, esta vez acompado del arquitecto ya designado, Primitivo González, autor de la revitalización del Archivo de San Agustín. Entonces se aseguró que el recinto acogería 60.000 libros entre el sótano y su planta baja, además de fonotoca, videoteca, infoteca, salas de lectura, zona infantil y de animación para niños, hemeroteca, salón polivalente y otros 600 metros cuadrados para informática, adquisiciones, publicaciones, catalogación y clasificación después de demoler la parte de hormigón construida en 1964.

El dormitorio de maquinistas anexo se propuso en 2009 por parte del edil como la futura Casa del Ciudadano que integraría en un solo edificio todos los servicios municipales.

En abril de 2010, un mes después de la muerte de Miguel Delibes, se decidió que la futura biblioteca llevaría el nombre del escritor vallisoletano. Un año más tarde, en marzo de 2011, León de la Riva mostró su deseo de que en 2013 el edificio estuviera en obras, para lo que el Ayuntamiento ya tenía apartados 4,3 millones de euros para el equipamiento mientras que la Socidad Valladolid Alta Velocidad aportaría 2,5 millones. Se explicaba entonces que el dinero llegaría de lo ahorrado en la urbanización Los Santos-Pilarica, donde ya no habría que construir dos pasos inferiores al estar incluida ya esa zona en el soterramiento.

El antiguo dormitorio de maquinistas dejó de ser entonces la futura Casa del Ciudadano para convertirse en la posible sede de la Fundación Miguel Delibes, un equipamiento que se complementaría con una cafetería y una zona para el bookcrossing.

El penúltimo capítulo de esta historia, después de que el proyecto de la biblioteca entrase en un cajón, se escribió el pasado mes de julio. En ese momento Izquierda Unida pidió la salvación del depósito de locomotoras de la «ruina absoluta» con medidas de protección para garantizar que los elementos fundamentales del inmueble se conservaran de la mejor manera.