«Creí que tiraba la puerta pidiendo que llamara a la Policía»

Los vecinos, sobre todo los de la quinta planta, que habían soportado ya pasada la medianoche la monumental discusión que obligó a la primera intervención policial, no sospecharon que aún quedaba lo peor. A las 5.30 horas, O.O. no solo mató a sus dos conocidos a cuchilladas, sino que, en una especie de arrepentimiento, se dirigió a las viviendas de su rellano a pedir la intervención de la Policía.

Nuria Martín, vecina del 5ºD, explicó que los golpes que daba el marroquí pidiendo una llamada al 091 eran tan fuertes que pensó que «tiraba la puerta». De hecho, aseguró que había dejado marcas en el marco con el retumbar de los puñetazos.

El mismo sobresalto se llevó Carmen Pérez, de 79 años, vecina del 5º B. Es más, señaló que incluso se llegó a enfadar con el intruso. «Aporrearon con violencia la puerta y abrí. Le dije ‘¿Qué pasa?’ Yme contestó: Llame a la Policía, llame a la Policía. Yle contesté: Llámale tú que tienes móvil, pero luego sí que les llamé», indicó Carmen. El marroquí le dijo algo más. Le insistió en que «había que hacer algo por la chica», rememoró la vecina. Esta frase se le quedó grabada en la mente. Por ello, cuando llegaron los agentes, pidió ver a Rosa A.M.F., pero los policías se lo prohibieron porque el escenario era dantesco.

La mujer aseguró que esa noche, e incluso durante el día, habían discutido muchísimo, aunque precisó que, casi a diario, «tenían discusiones terribles». «Soy viuda y solo puedo decir que mi marido me trató siempre muy bien. Yo siempre he sufrido por ella, porque no entendía cómo podrían tratarle así», indicó.

Cuenta esta viuda que el cabecero de su cama daba directamente, pared con pared, al de la fallecida y su supuesto agresor. Un día, harta de los gritos y discusiones, decidió cambiar su dormitorio a otra habitación.

Otros vecinos recordaron ayer que la Policía ya había intervenido antes en otras ocasiones en el 5º A por supuestas agresiones del ahora detenido. Estas peleas periódicas provocaron un hartazgo generalizado en el bloque y así se lo trasladaron a la dueña del piso. Rosa A.M.F. vivía en alquiler en el 5º A desde hace menos de un año. «Creemos que la intención de la propietaria era precisamente esperar a que venciera el año de contrato para no renovar el alquiler», aseguró una vecina.

Otros se quejaron del «estigma» que pueda quedar en el barrio, con sucesos como el de ayer o el del presunto autor del crimen de la Alcoholera, G.A.R.M., de 20 años, que se refugió en 2013 en un piso de la vecina calle Serafín.