El jurado deslumbrado por el nivel, celebra la vuelta a la tapa simple

A la décima caló el concepto de tapa de bocado. Los jurados del X Concurso Provincial de Pinchos celebraron ayer no solo el «altísimo nivel» de las 49 tapas a concurso, sino que ya todos los participantes «han entendido que hay que dejarse de efectos especiales y centrarse en la esencia».

Quien habla es Pepe Ribagorda, presentador de informativos Tele 5 y que el miércoles evaluó como jurado alterno la sesión del miércoles. «El pincho ganador de 2013 marcó un punto de inflexión en el certamen. Era un ‘coulant de cocido de garbanzos’, obra de Pedro Martino, y estaba muy bien elaborado. De apariencia muy sencilla, tenía mucho sabor», recordó.

El presentador del programa ‘Cocineros sin estrella’, aseguró que este referente de 2013 ha dejado poso en la presente edición con pinchos «más elaborados, más técnicos y que tienen más perfilada la esencia y se han dejado de estridencias», apuntó Ribagorda.

El periodista confesó que es «feliz» cuando viene a Valladolid, ya que se encuentra con una ciudad «volcada con el concurso» y con las tapas en las barras de los bares. «Cocineros y público interactúan en torno al campeonato de una forma impresionante, algo que no es fácil de ver en otros sitios», aseguró.

En la misma línea, el presidente del jurado, Martín Berasategui, reconoció el altísimo listón de las tapas finalistas. «Tenía referencias de lo que llegaba al Nacional, pero ahora puedo dar fe del enorme nivel del concurso. En los dos días he visto tapas increíbles», afirmó.

El vicepresidente de Comidas y Bebidas de Hoteles Wyndham, Fernando Salazar, desde su perspectiva de ocho años de jurado, corroboró lo anterior. «Cada año veo más creatividad no solo en la ejecución sino en los nombres, algo que ayuda a la comercialización. En la sesión del miércoles he probado tapas con sabores excelentes», aseguró.

El chef vallisoletano Jesús Ramiro, que suma nueve participaciones de jurado permanente, lo resumió de esta forma en las postrimerías del campeonato. «Me quedan ya pocas tapas por probar y me da pena que se acabe. Y llevo 40 catadas», manifestó.

«Me gusta la idea de los trampantojos y valoro que el sabor tradicional no se haya perdido en la mayoría de las creaciones. También me ha gustado que se haya vuelto a lo fácil, rápido de comer y que esté bueno, lo que debe ser el patrón de un pincho ganador. Admito que puede tener su baza una tapa complicada, pero lo normal es que reste unos pocos puntos en la nota final», añadió el dueño del restaurante Zarabanda.

Otra persona feliz en el jurado fue la directora de Canal Cocina, Mandi Ciriza, veterana en el certamen, quien bromeó con la reducción de participantes para felicidad de su estómago. «Antes eran sesiones de 20 o 22 pinchos y ahora solo me toca desayunar 16», dijo, irónica. El director técnico del concurso, Luis Cepeda, aseguró que este año el certamen ha sido «arrollador, mejor que nunca» y explicó que la superación del nivel tiene una explicación: «Los cocineros se exigen cada vez más, y se nota».