Diario de Valladolid

Primarias en el PSOE

Vadillo: «Quiero una lista ganadora»

El exsubdelegado del Gobierno, aspirante a las Primarias del PSOE en Valladolid, sugiere que no contará con Óscar Puente si es ganador, y pide al aparato que deje decidir a la militancia

Vadillo saluda a Zancada, al término de la presentación de su candidatura, rodeado de decenas de militantes-M. A. SANTOS

Vadillo saluda a Zancada, al término de la presentación de su candidatura, rodeado de decenas de militantes-M. A. SANTOS

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Raquel Sastre

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Alrederor de 150 militantes abarrotaron ayer la sede del PSOE de Valladolid para escuchar a Cecilio Vadillo proclamarse candidato a las Primarias municipales del 30 de noviembre. La imagen es en sí misma un aviso, una exhibición de fortaleza, sobre todo si se contrasta con la ofrecida por el otro aspirante, Óscar Puente, quien justo una semana antes hacía lo propio en el mismo lugar, pero en absoluta soledad.

Pero, para mensajes, los que lanzó el exsubdelegado del Gobierno; a los ciudadanos, a los militantes, al PP en menor medida y, sobre todo, al que será su contrincante en las urnas el 30-N.

Diez recaditos, algunos más subliminales, otros más directos, pero todos con mucha miga, con los que daba por iniciada la campaña.

Vadillo dejó claro que sale primero a ganar las Primarias –hecho que da casi por descontado– y después, y «por mayoría abosluta», la Alcaldía. «Quiero una lista ganadora», proclamó.

¿En ella tendría cabida el actual presidente del Grupo Municipal Socialista?, preguntó la prensa. «Primero se trata de ganar las Primarias, después haremos la lista ganadora. No quiere decir que [Puente] no pueda estar en una ganadora, pero no va a ser una lista que cojamos por acuerdo para estar todos contentos. Tiene que ser una lista que pretenda que el PSOE recupere la Alcaldía».

Aisladamente, la declaración podría dejar margen para la duda en la interpretación. Pero en el contexto de su intervención, la conclusión es evidente: Vadillo da por superada la era Puente en política municipal y augura, además, que la de Javier Izquierdo al frente del partido tiene fecha caducidad.

No será porque él, personalmente, vaya a «pedir la dimisión» del secretario provincial «ni un Congreso Extraordinario» si gana las Primarias. Pero la derrota del sector oficial en los últimos procesos federal y autonómico (de elección de secretario general o de delegados a los Congresos) –que sacó a relucir– debe llevar a Izquierdo a una reflexión, sugirió. «Debe tomar la decisión pensando en lo mejor para el partido y desde la responsabilidad», señaló.

Las principales críticas política y a la gestión de Puente lanzadas por quien hoy es concejal en Pedrajas de San Esteban fueron la desconexión con la ciudadanía y la incapacidad de ofrecer soluciones a sus problemas. «Lo difícil es aportar soluciones. Las ideas no salen de una mente iluminada, sino de la base, de los ciudadanos, que son los que sufren y padecen los problemas», advirtió.

En su opinión, el PSOE tiene muchos militantes en la calle, «pero a veces se les ve poco». «Los concejales del PSOE tienen que volver a ser referentes para los ciudadanos».

Estas dos recetas fueron acompañadas de dos frases demoledoras. «La gestión hay que hacerla con humildad», dijo tras criticar ese desapego al ciudadano que, en su opinión, ha exhibido el partido en Valladolid. «Tenemos que recuperar la confianza del ciudadano, en el candidato y en el PSOE», sentenció después.

Al respecto, Vadillo dijo tener «más de cien soluciones» a los problemas de los ciudadanos, pero agregó que aún no es el momento [por el día de ayer] de «descubrir bazas ni programas».

Pese a que en su comparecencia de hace una semana Puente había eludido referirse a Vadillo y tiró de diplomacia ante las preguntas de los periodistas, el exsubdelegado del Gobierno salió ayer a responder lo que debió entender como alusiones del presidente del Grupo Municipal Socialista.

Así, al curriculum pura raza vallisoletana exhibido por Puente, Vadillo contestó con ironía: «Yo no tengo ocho apellidos vallisoletanos. No es necesario tener un RH especial para ser candidato», dijo. Y rechazó que no residir en la ciudad sea una razón para deslegitimar sus aspiraciones. «Me hace gracia que algunos me critiquen, porque cuando Javier León vivió en Simancas no oí a un socialista criticarlo», dijo, para lamentar que tampoco censuraran a Óscar López por residir en Madrid siendo secretario general y portavoz en las Cortes o a los «que llevan a cuatro concejales» en sus listas que tampoco viven en la ciudad.

Incluso, Vadillo rebobinó cuatro años en el tiempo para recordar que los secretarios provinciales le pidieron que no se presentara a las Primarias – «se dijo que alguno tenía el capricho»– y le ofrecieron ser candidato en Medina del Campo, algo que rechazó. «En Valladolid es distinto; tengo una casa y llevo bastante tiempo empadronado».

Los dardos a Puente sobrevolaron toda su comparecencia. Desde el principio se presentó como un candidato que quiere ser «útil» para devolver a su partido «al lugar que merece»; como un hombre que aporta experiencia «política, orgánica, e institucional», y que es «coherente con los principios del partido, dentro y fuera».

Está convencido de que «Valladolid no es de derechas» y, por tanto, «es posible ganar con mayorías absolutas». «No nos vamos conformar con tener nueve concejales por si hacemos pactos...». Acuerdos a los que, no obstante, no cerró la puerta;tampoco a Podemos: «Somos gente abierta al diálogo y al pacto».

Aceptó debatir con Óscar Puente, como propuso el presidente del Grupo Municipal. Y pidió al aparato que no ejerza sus influencias: «Dejemos a los militantes que elijan al que creen mejor. Ellos tienen criterio para decidir por sí solos», agregó. Vadillo recibió un prolongado aplauso de los militantes que fueron a acompañarle.

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