Diario de Valladolid

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Puente: «O soy alcalde o me voy»

Afirma ser «el candidato natural» del PSOE, llama a la unidad del partido y tiende la mano a IU

Óscar Puente, durante la presentación de su candidatura a las primarias-Ical

Óscar Puente, durante la presentación de su candidatura a las primarias-Ical

Publicado por
Fernando Martín
Valladolid

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A la segunda será la vencida o la retirada de la política. O consigue, esta vez sí, ser alcalde de Valladolid tras fracasar en su primer intento, en mayo de 2011, o dirá adiós a ocho años de actividad municipal. Son los dos escenarios sobre su futuro que el martes dibujó el presidente del Grupo Municipal Socialista, Óscar Puente, al presentar su candidatura para competir en las primarias que decidirán el cabeza de lista del PSOE para las municipales de mayo de 2015.

Para conseguir su objetivo, está dispuesto a pactar, pero no con cualquiera. Ante la irrupción de fuerzas políticas como Podemos y su posible repercusión en las elecciones municipales -ya han anunciado que no concurrirán- Puente dejó claro su intención de dialogar «con quien trabaja en la ciudad» y apuntó directamente a IU, grupo municipal para el que no ahorró elogios. «Es una fuerza política que tiene tres buenos concejales, gente honesta y trabajadora», dijo Puente y, en alusión a Podemos, añadió que «la política municipal no se improvisa, hace falta visitar los barrios».

En realidad hay un tercer escenario que también esbozó: la posibilidad de perder las primarias, en cuyo caso se pondría a disposición del partido para saber si tiene sentido seguir con su trabajo de oposición en el Ayuntamiento.

Pero perder las primarias no entra en sus cálculos y eso que no parece que vaya a tenerlo fácil en el seno de su partido si, como todo indica, el ex subdelegado del Gobierno Cecilio Vadillo -ilocalizable el martes, por cierto- le planta cara y compite para ser el candidato socialista a la alcaldía de Valladolid.

Puente no entró en batallas internas, ni siquiera mencionó a su probable oponente. Eso sí, como no podía ser de otra manera, dijo que cualquiera que se presente «será bien recibido» porque «es sano que se contrasten proyectos», pero quiso dejar claro que él, y sólo él, se considera «el candidato natural» del PSOE a la alcaldía y está seguro de contar con el respaldo «de la mayoría de afiliados y afiliadas». De hecho, afirmó que de haber tenido «la más mínima duda» no se habría presentado. El mismo convecimiento que mostró el pasado lunes Vadillo al ser preguntado por este periódico sobre las posibilidades con las que se ve en las primarias si al final decide presentarse y que augura un choque de trenes si materializa su candidatura.

Puente compareció solo y se presentó como el candidato de la unidad, dispuesto a ser el que represente «a todos los socialistas de Valladolid» y a utilizar su «liderazgo en beneficio de la estabilidad y cohesión del partido». Aseguró incluso que están «hablando con todo el mundo» y que existe «una expectativa interesante para unir el partido», un reconocimiento explícito de que existe una división interna evidente.

En una intervención de cuatro folios que llevaba escrita, Puente tiró de sus raíces vallisoletanas, evocó a su padre, funcionario del Ayuntamiento hasta que en 1939 dejó de serlo por su militancia socialista, y recordó los ocho años que lleva «pateando los barrios» desde la oposición. De aquí concluyó que se encuentra «en una posición inmejorable para liderar el cambio que esta ciudad necesita».

En este repaso a su trayectoria vital y política, presumió de mantener una conducta pública «ejemplar» y de haber sido «el primer político de esta ciudad» en hacer públicos sus bienes e ingresos, incluso, dijo, los de su mujer.

Además de adalid de la transparencia, se presentó también ante los ciudadanos para éste su segundo intento de asalto a la alcaldía como azote de la corrupción en el Ayuntamiento. Como ejemplo, recordó la denuncia prsentada por el PSOE por la manipulación del Plan General de Ordenación Urbana de 2003 y no dudó al señalar que, pese a no ser «una lucha fácil, ni siempre bien entendida» es uno de los activos que exhibe «con más orgullo» en su trayectoria política. Convencido de que el cambio en la alcaldía en mayo de 2015 «no sólo es posible sino clamorosamente necesario», en ningún momento citó el nombre del regidor, Francisco Javier León de la Riva, aunque dedicó al alcalde la parte más más dura de su intervención.

Aseguró que su mandato al frente de la alcaldía -cinco mayorías absolutas y casi veinte años- dura ya más «de lo deseable» y le afeó que recete dos legislaturas de cinco años como máximo pero no se aplique la norma a sí mismo y esté dispuesto a presentarse para una sexta legislatura.

Puente lamentó «el deterioro ético y político en el que ha caído la institución», advirtió de la «insostenible situación judicial y política del alcalde» y, frente a este panorama, dijo que la ciudad necesita «un gobierno decente, ilusionado,dinámico, dialogante, humilde y cabal».

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