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Tribunales

El acusado del crimen del Clínico reconoce que no es “razonable” lo que hizo y no sabe explicar su reacción con la víctima

Mientras Domingo S.J. asegura que hubo un forcejeo previo, la hermana de la víctima afirma que antes del navajazo no existió ni discusión verbal

Domingo M.R. y su abogado en la primera sesión del juicio-Ical

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ICAL

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Domingo San Juan, el hombre acusado de asesinar a otro de un navajazo en el pecho en la sala de espera del servicio de urgencias del hospital Clínico Universitario de Valladolid y para quien el fiscal pide una pena de 16 años de cárcel, reconoció hoy que no es “razonable” lo que hizo, a la vez que insistió que no sabe explicar los motivos de su reacción.

En su declaración aseguró que antes de la puñalada mortal que en pocos minutos causó la muerte de Domingo Mancebo, hubo una discusión verbal y un forcejeo en el que perdió la gafas y en el que también intervinieron otras personas.

El acusado relató que cuando su hermana le confirmó que la persona que acababa de entrar en Urgencias era uno de los agresores de su madre, se dirigió a él para recriminarle la acción. “Le pregunté si era de hombres pegar a una mujer mayor y él, en una actitud chulesca, se rió de mí y me amenazó con pegarme. No se cómo explicar lo que ocurrió después. Había brazos que me agarraban, alguien me arrancó las gafas y yo, con la navaja en la mano, estiré el brazo. No sé cómo explicar qué pasó”.

A preguntas del fiscal, también aseguró que no se enteró de la muerte de Domingo Mancebo hasta la tarde del día siguiente y que en el momento del incidente lo que sentía era rabia e impotencia por la agresión de su madre.

Por su parte, durante el interrogatorio de las acusaciones particulares reconoció que ningún momento vio el pecho de su víctima y que el ataque fue como un “acto reflejo”. Además, aseguró que después del navajazo abandonó la sala de Urgencias al sentirse mal y aseguró que no sabía si la víctima le empujó o le propinó algún golpe, reconociendo que después de ese incidente no tuvo ninguna lesión.

A su vez, la acusación particular que representa a la viuda y los dos hijos, subrayó que el acusado estaba entrando en contradicción con las declaraciones que realizó a la Policía Nacional y en el Juzgado de Instrucción, donde nunca habló de un forcejeo previo a la puñalada mortal.

En la jornada de hoy también declaró en la Audiencia Provincial la hermana de la víctima, que negó que hubiera un forcejeo previo. “Se acercó a mi hermano, le preguntó si sabía quién era él y le amenazó con abrirle en canal. Después, amagó con darse la vuelta, pero en ese momento sacó la navaja y se la clavó. No hubo ni empujones ni gritos. Mi hermano no pudo defenderse, fue un golpe seco y directo al pecho”, aseguró. Después, explicó que ella se arrojó sobre el acusado y, tras esquivar un navajazo. le arrancó la gafas.

También declararon ante el jurado el padre de la víctima y su viuda, quien manifestó que su marido tenía secuelas de un accidente laboral que apenas le permitían “mantener el equilibrio”.

Distinta versión

Versión totalmente contraria fue la que ofrecieron los familiares del acusado. La hermana explicó que hubo una agresión mutua, que incluso su hermano recibió en la cara un puñetazo de la víctima y que fue la hermana de Domingo Mancebo la que arrancó las gafas a su hermano antes de la puñalada mortal.

Además, también relató que se agachó y se interpuso entre ambos para evitar la pelea. Las misma versión fue la ofrecieron en sus declaraciones la pareja de la hermana, que en alguna ocasión llegó a decir que se había quedado en blanco y que ni siquiera recordaba que había prestado declaración ante el Juzgado de Instrucción, así como el hijo del acusado, que en el momento de los hechos también se encontraba en las sala de espera de Urgencias.

Los hechos que se juzgan se remontan al 14 de junio del pasado junio cuando una hermana del fallecido y otra del acusado, ambas residentes en el Barrio de España y vecinas de la misma calle, se enzarzaron en una discusión motivada por la convivencia en la guardería de sus hijos. Esta pelea se reprodujo al día siguiente por la mañana y por la tarde y, sobre las 21 horas, se personaron en la casa de la hermana del acusado Domingo M.R. y su hermana, produciéndose un incidente en el que resultaron heridos leves varias personas de ambas familias, reyerta que fue juzgada en su día.

El último episodio, ya mortal, tuvo por escenario la sala de Urgencias del Hospital Clínico Universitario, donde sobre las 23.30 horas coincidieron varios miembros de las dos familias que habían acudido para ser atendidos de las lesiones sufridas en la refriega anterior.

Según sostiene el fiscal, tras un intercambio de expresiones desafiantes, el acusado sacó del bolsillo de su pantalón una navaja que llevaba ya abierta y le propinó un navajazo mortal a la altura del corazón, que le provocó la muerte en pocos minutos a pesar de ser atendido por personal sanitario de forma inmediata. Tras ello, el autor del navajazo salió al exterior con su hijo y allí, siendo retenido por un vigilante de seguridad, dejó la navaja en el suelo y reconoció a este empleado haber sido el autor de la agresión para asegurar, en voz alta, que: “!A mi madre no la pega nadie!”.

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