El PP valenciano no tiene remedio
RESULTA QUE EL presidente valenciano era uno de los barones que para el PP molaba mazón hasta no hace tanto. Uno de los más sólidos y consolidados, después de recuperar El Reino. Un cantante mediocre que arrebató al PSOE lo que el PP considera que le pertenece por derecho propio desde tiempos de los fenicios. No son un simple grupo de trileros para trajinar la Comunidad Valenciana, pero lo disimulan con un esfuerzo titánico. No se sabe si cuando vea la luz este Regalado el cantante seguirá en el centro del escenario del ejecutivo valenciano. Está a un single de tener que explicar qué hacía cuando mataron a Kennedy. Torpe es como un mulo cojo. Él solito se ha metido en una espiral de embuste y contradicciones que ríete tú de Felipe González aclarando que se enteró de los GAL por la prensa. Y lo que le rodea, a Mazón no es para salir corriendo, pero sí para echar a temblar en cuanto asomen un puñado de nubes por el horizonte levantino. No sabían nada, no se enteraron de nada, nadie les dijo nada, no estaban allí. Por no saber no sabían ni que estaban ahí puestos por VOX para gobernar. Ahora ya sabemos qué hacía el célebre Mazón mientras el infierno se desataba a las orillas de su gobierno embarrancado. Ensayando una nueva versión de la célebre canción de Cecilia. Dana, dana / de alta cuna, de baja cama / Esposa de su señor / amante de un vividor. Por si tiene que regresar Marengo, ahora que el atardecer del PP levantino se ha puesto gris, marengo. El caso es que Génova y Feijóo no saben qué hacer con el artista con alma de fenicio. Los barones y la baronesa echan pestes. Tanto barro a la intemperie acaba contaminando todo y no es cuestión de propagar plagas en territorios ajenos. Cada día que pasa con estos figuras al frente de la Generalitat Valenciana, Mazón es más cadáver y el PP menos viable. El PP valenciano no tiene remedio. Y a Feijóo no le va a quedar otra que ponérselo, aunque sea a costa de sacrificar El Reino.