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A pesar de que el Presidente Mañueco ha manifestado en reiteradas ocasiones su intención de agotar la Legislatura y no repetir los sustos del último adelanto electoral, el actual escenario político parece haberse dibujado expresamente para tentar al Presidente con la dulce y ansiada imagen de la tan deseada mayoría absoluta. Es cierto que el transcurso de los acontecimientos ha dejado despejado el tranquilo y placentero camino de la Legislatura para el Gobierno de Castilla y León pero la tentación está ahí. Pareciera como si los Dioses se hubieran conjurado para disponer las cuestiones terrenales con el único objetivo de hacer caer al Presidente en la tentación electoral mordiendo la manzana de la ambición política.

En primer lugar, el eterno líder de la oposición se encuentra en sus peores momentos atenazado desde Ferraz con un desprecio que agrieta a pasos agigantados su liderazgo en el PSOE de Castilla y León. Probablemente sea imposible encontrar una situación más propicia para enfrentarse electoralmente a un PSOE más descabezado y desprestigiado interna y externamente que nunca. Pase lo que pase en las filas socialistas, la debilidad de su candidatura a presidir la Junta no se va a resolver a corto plazo ni con la reelección de un Tudanca políticamente quemado, ni con un candidato nuevo y más o menos desconocido.

En segundo lugar el panorama político del PSOE a nivel nacional no es mucho mejor, La reciente imputación del Fiscal General del Estado, las permanentes exigencias separatistas cada vez más acuciantes por la aprobación de los Presupuestos y los presuntos casos de corrupción que acechan al Presidente parecen diseñar el mejor escenario posible para una convocatoria electoral. El caso Abalos no pinta nada bien para el Presidente y la situación judicial de su mujer y de su hermano tampoco ayudan a mejorar la desgastada imagen de las siglas socialistas.

Tampoco falta, a nivel regional, la valiosa contribución de Vox para alimentar la seductora tentación de apretar el botón rojo electoral. Su salida del Gobierno le ha hecho perder protagonismo político y, por ende, intención de voto y, además, su negativa a la aprobación de los Presupuestos regionales le pone en bandeja al Presidente la escusa perfecta para caer en la tentación. Pese a todo, no es precisamente el Presidente de la Junta dado a dejarse llevar por dulces tentaciones ni cantos de sirena, por lo que es previsible que aproveche esta plácida situación para agotar la Legislatura sin sobresaltos y sin tentaciones por muy dulces y apetecibles que sean.

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