Moncloa, otra contra Tudanca

Andan como locos en el socialismo de Tudanca a ver si Mañueco obra el milagro y comete otro adelanto electoral. Pero Mañueco es el único animal político que no tropieza dos veces con la misma convocatoria precipitada. Ya lo hizo una vez, sin tenerlas todas consigo, pero bajo los auspicios y los empujones de los Pinzones de Pablo Casado, que eran unos marineros que viajaban con Colón, que era otro marinero. Y por eso, precisamente por eso, como dice Tudanca con agudeza pero sin tino, está construyendo el relato. El relato presupuestario que le permite al PP seguir haciendo la digestión parlamentaria de la legislatura, dejando claro que él hace su trabajo, lo que le corresponde como ejecutivo, presentar unas cuentas para Castilla y León. Y que cada palo aguante su negativa a aprobarlos. El foco es de Mañueco, porque es el único que marca su propio ritmo y lleva la iniciativa. Nada tiene que ver lo de 2021, con los Pinzones arremetiendo cada poco contra él y su entorno. Los Pinzones desquiciados con la menguante Ayuso. Ahora Génova es consciente, pese a unos inicios titubeantes, que el PP de Mañueco aporta la solvencia y la certeza a la que Feijóo aspira en sus dominios nacionales. No por mucho desearlo, como lo hacen los socialistas de Tudanca, amanece electoralmente más temprano. Por cierto que como les dé a los de Moncloa por aprobar la jornada laboral de cuatro días a Tudanca le arman una buena. Tiene razón el mozo cuando dice que van a por él. Hay que tener muy mala baba para obrar esas ocurrencias de la jornada laboral de cuatro días. Mientras, el alcalde de Soria, Carlos Martínez Mínguez, prefiere seguir rumiando el desgaste de su presunto oponente a las primarias, viendo como, en una secuencia otoñal, se le van desplomando, como hojarasca, los apoyos al defensor del título de secretario autonómico. Hoy Ávila, ayer Palencia, al otro Segovia. Y Ana Redondo que no encuentra fecha para comer con Tudanca.