Diario de Valladolid

Editorial

La oportunidad de abrir un debate para ensanchar el Diálogo Social

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, mantiene un encuentro con los agentes sociales y económicos del Diálogo Social de Castilla y León

El presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, mantiene un encuentro con los agentes sociales y económicos del Diálogo Social de Castilla y LeónLeticia Pérez ICAL

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El Diálogo social, emblema de Castilla y León, es un elemento vertebrador de la política laboral de nuestra Comunidad. Su éxito y sus bondades están más que acreditadas, especialmente en los momento críticos y de crisis económica. Y en gran medida lo es por la madurez que siempre han mostrado sus actores: políticos, sindicatos y patronal. Pero el Diálogo Social no es un institución inamovible. Y menos en un mundo tan globalizadamente cambiante. En Diálogo Social no cabe la intransigencia de negar la posibilidad de abrir un debate para su mejora y adaptación a la coyuntura, tan distinta a 2008, que fue cuando nació tal y como lo conocemos.

El grupo VOX en las Cortes, con su portavoz a la cabeza, Juan García Gallardo, puso el dedo ayer en esa yaga de su replanteamiento, que hasta ahora parece que es uno de los grandes tabúes de Castilla y León. Es verdad que puedo haberlo hecho cuando dirigía la consejería del ramo, pero entonces su titular estaba más preocupado en protagonizar constantes broncas, a golpe de insulto y difamación, con los dirigentes sindicales que decidieron alimentar su estrategia.

Nunca es tarde si la dicha es buena. Y la propuesta de VOX de ensanchar el Diálogo Social merece al menos ser escuchada y debatida. No hay nada, hoy en día, pueda escaparse del debate en una democracia vigorosa y dinámica. Eso sí, VOX tiene que entender que, especialmente en un organismo que se denomina Diálogo Social no cabe la intransigencia ni la imposición de argumentos, ya sean ideológicos o prácticos. Nadie puede negar ese debate. Porque la realidad, social, pero también política, de Castilla y León, como del conjunto de España o Europa poco tiene que ver con 2008. Y menos la económica y laboral, constantemente sometida a cambios y avatares. Negar ese debate por el mero hecho de que sus actuales actores, UGT, CCOO o CEOE, sean los únicos que pueden formar parte de ese órgano tan esencial como eficaz, es un ejercicio poco recomendable. Es innegable la capacidad de representación que atesoran las tres siglas citadas. Pero hay más. Por ejemplo, y para no detenernos en los simple como las organizaciones agrarias u otros sindicatos con una fuerza enorme en Castilla y León, está, sin ir más lejos, el tercer sector, que ha recorrido un camino inmenso y extenso en estas dos últimas décadas para mejorar la vida de las personas. Un Diálogo Social enriquecido de participantes siempre será más acertado. Los consensos en asuntos de trascendencia universal, y el Diálogo Social lo es, cuanto más amplios, más eficaces, más justos y más democráticos serán.

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