LA SOLANA
Ayudas que no tienen manos que las recojan
UNO de los programas de la Diputación de Soria que se repite año tras año y que cuenta con una gran aceptación es el Plan de Empleo. La institución provincial subvenciona la contratación temporal de personal por parte de los ayuntamientos, con lo que los municipios pueden solucionar problemas o atender necesidades que no pueden cubrir con su personal. Los contratos para los que se puede pedir ayuda pueden se por 60, 120 o 180 días, con jornada completa o inferior, en incluso compartida entre dos ayuntamientos. De los 183 consistorios de la provincia, 107 presentaron su solicitud para conseguir personal. Entre todos, reclamaban 240 contratos. La sorpresa, aunque quizá fuera previsible en una provincia que es la primera línea del reto demográfico, es que dos ayuntamientos han dicho que no pueden aceptar la subvención, porque no encuentran a personas a las que contratar. Uno de ellos es un municipio pequeño, Montenegro de Cameros, con poco más de medio centenar de personas censadas, pero el otro es Medinaceli, con casi 700 habitantes. El problema va a ir a más, porque el hecho de que Montenegro haya tirado la toalla y Medinaceli quiera reducir su petición puede ser la punta del iceberg. Son muchos los que tienen problemas para conseguir el personal, incluso Golmayo, el pueblo del que es alcalde el presidente de la Diputación, Benito Serrano, que supera los 3.000 censados, tal y como desveló la cabeza visible de la institución provincial. La escasez de mano de obra, sobre la que reiteradamente alertan las empresas sorianas, ha llegado también a los ayuntamientos. Aquí, el pleno empleo técnico que roza la provincia de Soria se convierte en un lastre competitivo, sobre todo porque el factor principal que lo provoca es la despoblación. Los ayuntamientos y las empresas de otras muchas provincias tienen menos problemas para contratar y eso demandando mucho mayor número de trabajadores. En Soria, las ayudas pueden no tener manos que las recojan, por falta de habitantes. Y precisamente por eso es necesario ser más ambiciosos con el apoyo a la provincia. Da la sensación de que hay en marcha nuevos diagnósticos, más radiografías para confirmar la enfermedad demográfica. Soria no es que haya tenido derecho a una segunda opinión, es que no hay manera de pasar de la fase diagnóstica. El tratamiento debe ser a través de muchos medicamentos, pero no está claro que se vayan a dispensar. Las ayudas de funcionamiento a las empresas es uno de ellos, pero se ha optado por un dosis mínima a todas luces insuficiente. Si se llega a lo autorizado por Europa, el 20% del coste laboral de las empresas, estas podrían competir en mejores condiciones a la hora de conseguir trabajadores. Sí, claro, se necesitan más medicinas, pero ya que hay una disponible debería usarse en su dosis máxima, que no hay contraindicaciones para el paciente.